En los albores de la historia, un pueblo conocido como los sumerios se había establecido en la cabecera del Golfo Pérsico en el sur de la Mesopotamia. Los eruditos sugieren que ellos emigraron al bajo valle del Tigris-Eufrates desde la región de los montes Cáucaso. En el lenguaje sumerio, las palabras †œcampo† y †œmontaña† son idénticas y probablemente fueron los sumerios quienes construyeron las primeras montañas artificiales conocidas como *ziggurats. Ellos se llamaban a sí mismos †œlos cabecitas negras†, en contraste con los pueblos vecinos de cabello rubio. Fue la invención sumeria de la escritura (véase Alfabeto), la que marca la transición de la prehistoria a la historia, aunque una cultura elevada se había desarrollado en los tiempos prehistóricos.
El milenio desde 3500 hasta 2500 a. de J.C. , fue testigo del establecimiento de las primeras ciudades verdaderas a lo largo de las riberas del Tigris y del Eufrates. Las grandes ciudades de *Ur, *Nipur, *Lagas, *Uruc (el Erec bíblico), *Kis y Khafajah fueron construidas con murallas y fortificaciones masivas. Cada una de ellas fue dedicada a la adoración de una de las deidades sumerias. Nipur era la ciudad de Enlil y Ninlil; Uruc de Anu e Inanna; Ur del dios luna Nanna y su esposa Ningal. Un templo monumental dominaba cada ciudad y el ensi o gobernador local, era considerado como el virrey del dios de la ciudad. A diferencia de Egipto, donde el faraón era un dios por derecho propio, el ensi sumerio era un siervo del dios de la ciudad, comisionado con la responsabilidad de velar por sus intereses.
El templo era el edificio más importante de las ciudades sumerias. Los agricultores traían una cantidad fija del producto de sus cosechas al templo o servían como empleados del templo. El templo tenía talleres donde los artesanos se ocupaban de la carpintería, tejeduría, cervecería, labrado del metal, trabajo en piedras o en joyas. Ellos recibían sus salarios en cebada u otros bienes de los almacenajes del templo. Los productos que sobraban de Sumer —cebada, lana, aceite de sésamo, dátiles— eran llevados hacia el norte en caravanas para intercambiarlos por piedra y madera, ninguna de las cuales existía en la Mesopotamia del sur.
De vez en cuando, los estados sumerios pelearon uno contra el otro o con poderes foráneos. Las primeras batallas fueron probablemente peleadas por derechos de territorio y de agua. La guerra servía como un incentivo para el desarrollo de la metalurgia en el antiguo Sumer. Un conquistador victorioso consideró a los extranjeros o a los mismos sumerios derrotados en las batallas como parte del botín de guerra. Como resultado, se desarrolló una clase esclava en las ciudades-estados sumerias.
Los sumerios no fueron el único grupo étnico en el territorio del norte del Golfo Pérsico. Iranios de los distritos montañosos del oriente del Tigris, y semitas del oeste compartieron el valle con ellos. Propiamente hablando, Sumer era el territorio del Bagdad moderno al sur hasta el Golfo Pérsico y, después de la dinastía de *Acad, el territorio al norte de Sumer fue llamado Acad. Con el tiempo, los sumerios, acadios y otros pueblos vivían juntos, la cultura del bajo valle del Tigris-Eufrates llegó a unificarse.
Los estados sumerios se levantaron como resultado de la necesidad de mantener un sistema de represas y canales para hacer uso de las aguas del Tigris y del Eufrates. El terreno del sur de la Mesopotamia era tal que los materiales para el equipo de la agricultura tales como azadones, hoces, espadas y martillos tenían que ser importados desde cierta distancia. Cada agricultor dependía del comercio para sus necesidades tanto como para sus lujos, con el resultado de que se sometía voluntariamente a las medidas restrictivas que ponía el gobierno que posibilitaban el comercio. El templo, que era el centro comercial del gobierno así como de la religión, adoptó un sistema de medidas estandarizadas que regularon todas las transacciones comerciales. Cuando Abraham compró un pedazo de tierra para sepultar a su esposa, †œpesó Abraham a Efrón el dinero que dijo, en presencia de los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata de buena ley entre mercaderes† (Gn. 23:16).
El primer gobernador sumerio, cuyas acciones se registran, fue un legendario rey de Kis llamado Etana. El es celebrado como †œel hombre que estabilizó todos los territorios†, lo que sugiere que gobernó sobre una amplia área. Algunos años más tarde se lee de un rey llamado Meskiaggasher que fundó una dinastía en Erec. Su hijo Enmerkar hizo campaña en †œAratta†, un estado que, según se cree, estuvo ubicado al oeste del mar Caspio en un área conocida por sus ricos depósitos de metal y piedra.
Uno de los guerreros de Enmerkar, Lugalbanda, le sucedió en el trono de Uruc. Las proezas de Enmerkar y Lugalbanda forman la base de una serie de cuentos épicos sumerios. Hacia el fin del reino de Lugalbanda, Uruc estaba amenazada por la ciudad-estado de Kis que estaba surgiendo, lista para dominar en el sur. Enmebaraggesi de Kis es conocido por la conquista de Elam, al este de Sumer y por el gran templo que construyó al dios sumerio del aire, Enlil, en Nipur. Sin embargo, la dinastía de Enmebaraggesi duró muy poco. Su hijo Agge fue reprimido por Mes-Anne-Pada del surgiente estado de Ur.
El período sumerio clásico (2700–2250 a. de J.C. ) es la época cuando las ciudades de Ur, Kis, Umma y Lagas florecieron. De acuerdo con la *lista sumeria de los reyes, el primer rey de Ur, Mes Anne-Pada, reinó durante ochenta años. El fue un poderoso gobernador que se propuso lograr que el estado de Ur tuviera una fuente adecuada de materia prima. Una inscripción del templo afirma: †œA-anne-pada, hijo de Mes-Anne-Pada, ha construido un templo para Ninhursag†. Siendo que A-anne-pada no está mencionado en la lista del rey, parece probable que el reinado de ochenta años del padre incluía el del hijo. Así los ochenta años de Mes-Anne-Pada deberían ser tomados como el período de su dinastía.
El notable †œcementerio real† excavado por C. Leonard Woolley durante su campaña en Ur de 1927–30, probablemente data del tiempo de Mes-Anne-Pada. Bajo un estrato de tumbas que contienen sellos e inscripciones de la dinastía de Acad (2360–2180 a. de J.C. ) había tumbas que se cree que datan de ca. 2500 a. de J.C. Muchas tumbas de gente común fueron encontradas con los cuerpos envueltos en estera o colocados en ataúdes de madera, mimbre o arcilla. Las tumbas contenían objetos personales del fallecido —brazaletes, pendientes, polveras, herramientas y armas— además de comida y bebida. La mayoría de los cuerpos estaban colocados de costado en la posición de dormir. Sus manos sostenían una copa en la boca.
A medida que Woolley continuó su excavación, encontró las así llamadas †œtumbas reales† en cuartos construidos de ladrillo o de piedra. Una tumba contenía un sello cilíndrico con el nombre Abargi. Junto a la pared de la tumba yacía un modelo de plata de un barquillo similar a aquellos que pueden aún verse navegando en los pantanos del sur de la Mesopotamia.
Sobre la bóveda de Abargi estaba la tumba de una dama que fue identificada por un cilindro de lazulita como Shubad. Su cuerpo había sido colocado encima de una plataforma funeraria, y estaba sosteniendo una copa en su mano. Vestía un tocado elegante hecho con ocho mts. de cinta dorada. La peineta en su cabello tenía cinco puntas las que terminaban en flores doradas con centros de lazulita. Aretes en forma de media luna añadían un toque más de adorno.
Conectados con las tumbas, tanto de Abargi como de Shubad, se encontrabanban los fosos de la muerte que revelan los aspectos menos atractivos de la cultura sumeria. Estos, junto con otros fosos cercanos, contenían los restos de carrozas que habían sido conducidas allí. Había también tesoros en honor de los fallecidos. Los restos de un gran número de gente que murió en la época del funeral estaban también en los fosos. Algunos señalan que estos cuerpos eran de sacerdotes y sacerdotisas sacrificados en los ritos de la fertilidad (véase E. A. Speiser en Antiquity, VIII, 1934, pág. 45). Otros sugieren que los siervos de un rey (o sacerdote) le acompañarían voluntariamente en la muerte con la esperanza de continuar siendo de servicio en la vida siguiente. La evidencia indica que las víctimas fueron a la tumba voluntariamente.
Se obtiene cierto conocimiento de la música en el antiguo Sumer por las arpas o liras encontradas en las tumbas. Las cabezas de animales usadas para la ornamentación incluyen las de un buey barbado, una vaca yun ciervo. Cada una de dos estatuillas de Ur representaba una cabra parada delante de un arbusto, aparentemente comiendo las hojas. Woolley compara éstas con el bíblico †œcarnero trabado en un zarzal† (Gn. 22:13) aunque las figuras sumerias son por lo menos medio milenio anteriores a Abraham.
Una bella daga dorada se encontró en la tumba de un guerrero identificado como †œMeskalmdug, héroe de la buena tierra†. El cuerpo del héroe estaba en la posición acostumbrada para el entierro y entre sus manos había una hermosa copa de oro macizo. La daga colgaba de un cinto ancho de plata a su costado. Sobre el cráneo tenía un yelmo en forma de peluca, con rizos de cabello martillados en relieve y cabellos sueltos: todo grabado en líneas delicadas.
En una de las grandes tumbas de piedra, Woolley descubrió el †œestandarte de Ur†, un tablero de madera de 55 cms. de largo por 23 cms. de alto, que probablemente era transportado por los sumerios en un poste durante las procesiones ceremoniales o militares. Estaba grabado con una obra de mosaico por ambos lados, uno de los cuales representaba escenas de guerra y el otro escenas de paz. El trasfondo de madera se había podrido; pero las piezas incrustadas mantenían sus posiciones relativas y el hábil trabajo de parte de los arqueólogos hizo posible restaurar los mosaicos con fidelidad perfecta. Cada lado comprendía tres líneas hechas de figuras de concha puestas en un trasfondo de lazulita.
El lado de †œguerra† muestra al rey, distinguido por su altura, desmontado de su carro. Los soldados le están trayendo un grupo de cautivos desnudos con los brazos atados detrás de sus espaldas. En la segunda línea, la falange del ejército real está avanzando. Los hombres, armados con hachas, tienen capas largas y yelmos de cobre. Adelante de ellos, los hombres de la infantería ligera, sin capas; pero armados con hachas o jabalinas cortas, están peleando. En la tercera línea se ven carros de lanzadores de jabalina quienes rompen en un excitado galope al encontrar los cadáveres desparramados por el sueio.
En el lado reverso, se muestra un motivo de paz, que representa al rey y su familia disfrutando de una fiesta. Los músicos están tocando y los sirvientes traen comida para el banquete. Los despojos de guerra están a la vista. El pueblo está vestido con las características faldas sumerias de piel de ovejas, teniendo la parte superior de sus cuerpos desnuda.
Otros estados sumerios sobresalieron en las décadas posteriores al reinado de Mes-Anne-Pada. Uruc tenía al gran Gilgamesh como su gobernador, en la última historia y leyenda sumeria él sería recordado como el héroe supremo de Sumer. Lugalannemunda de Adab se dice que gobernó desde los montes iranios hasta el Mediterráneo, desde las cordilleras del Tauro hasta el Golfo Pérsico. Mesilim de Kis se recuerda por los templos que él edificó en Adab y Lagas. Como señor de Sumer fue llamado a solucionar una disputa de límites entre Lagas y Umma. El estableció una frontera justa y erigió una estela marcando el sitio para beneficio de futuras generaciones. Lagas y Umma fueron los tradicionales rivales. Eannatum de Lagas ganó hegemonía sobre todo Sumer y su sucesor Urukagina es conocido por sus reformas sociales. Como rey ideal se dice que favoreció la causa del pobre, ayudó a la viuda y al huérfano e intentó limitar a la burocracia de su día. Urukagina fue destronado por Lugalzaggesi de Umma quien destruyó a Lagas y anunció haber ganado la lealtad de cincuenta príncipes a través del territorio. Lugalzaggesi, sin embargo, no pudo competir con el enérgico semita, Sargón de Acad, cuyas conquistas trajeron el período clásico sumerio a su fin.
El último gran período de la civilización y poder sumerios se conoce como la tercer dinastía de Ur (Ur III) fundada por Ur-Nammu, y que duró desde ca. el 2100 hasta el 2015 a. de J.C. Ur-Nammu fue capaz de arrebatar el poder de los gutianos, un pueblo montañés poco conocido que había dominado la baja Mesopotamia después del quebrantamiento de la dinastía acadia. El reconstruyó las murallas de Ur y restauró el ziggurat de la ciudad, el palacio y numerosos edificios públicos.
Un registro de la época de la construcción del *ziggurat se encuentra en la estela de Ur-Nammu, una laja de piedra caliza blanca de ca. 1, 5 mts. de largo y 3 mts. de alto. Los cuadros superiores representan al rey en actitud de oración. Sobre él están volando ángeles que llevan vasos de los cuales fluye agua. Esta es la primera representación artística de los ángeles, que se conozca hasta ahora. El rey parece estar agradeciendo a su dios por el don del agua, tan necesaria en el sur de la Mesopotamia. Una serie de cuadros está luego dedicada a la construcción del ziggurat. En el primero de éstos, Ur-Nammu parado frente a la diosa Ningal y el dios Nanna recibe órdenes para la construcción. El siguiente cuadro lo muestra teniendo un compás, un canasto de mortero, un pico y una llana, comenzando el trabajo. El cuadro final está pobremente conservado; pero en él puede verse un trabajador apoyándose en uno de los lados de la estructura que se erige.
A medida que otros edificios fueron levantados alrededor del ziggurat, se desarrolló una área sagrada extensa. Uno de estos edificios, el templo Gigparku, dedicado a Ningal, tenía una cocina bien equipada. Incluido en su equipo estaba un pozo de agua, calderos para hervir el agua, una mesa de ladrillo revestida de betún para cortar la carne de un animal, una estufa con la parte superior plana y un horno de bóveda. La cocina era una parte importante de los antiguos templos, ya que los animales eran ofrecidos en sacrificio y la carne cocinada era compartida entre el dios, los sacerdotes y los adoradores.
Nuestro conocimiento de la vida comercial del período del Ur III se deriva mayormente de ca. 2.000 tabletas cuneiformes que registran las ofrendas e impuestos dados a Nannar, el dios luna. Los registros eran cuidadosamente llevados por los escribas del templo, y se recogían informes semanales, mensuales y anuales. Los excavadores encontraron los registros de una fábrica de tejido que producía doce variedades de telas de lana. Las tabletas dan los nombres de las mujeres que tejían, las raciones provistas para ellas, la cantidad de lana provista a cada una y la cantidad de tela manufacturada.
Los fragmentos de un código de ley de Ur-Nammu han sido identificados entre los textos sumerios en el Museo del Antiguo Oriente en Estambul. Los textos afirman que Ur-Nammu fue escogido por el dios Nannar para gobernar sobre Ur y Sumer. Ur-Nammu había eliminado la deshonestidad y corrupción y había establecido pesas y medidas honestas. Las pocas leyes que son legibles mencionan multas que se imponían sobre las personas que hubieran causado daños específicos a otros.
La corte de ley sumeria se reunía en el área del templo. El Dublal-mah, la †œgran casa de las tabletas† era el edificio en el cual los registros de las decisiones legales se conservaban en tabletas de arcilla. Desde la puerta del Dublalmah los jueces anunciaban sus decisiones a las multitudes expectantes.
Después de la muerte de Ur-Nammu, la ciudad de Ur empezó a perder su prestigio. Su hijo Shulgi se proclamó a sí mismo †œel Shulgi divino, dios de su tierra†, pero su más grande monumento fue su templo mortuorio y sepulcro, que Woolley excavó. Shulgi fue seguido sucesivamente por Bur-Sin, Gimil-Sin e Ibi-Sin.
Cambios drásticos estaban sucediéndose en el sur de Mesopotamia durante los días de Ibi-Sin. Ishbi-Irra, un amorreo de *Mari, dominó a Acad y ocupó Isin. Los elamitas cruzaron el Tigris, tomaron Sumer y colocaron su vasallo, un amorreo llamado Naplanum, sobre el trono de Larsa. Ur fue saqueado y el rey Ibi-Sin fue llevado cautivo. Alrededor del 1720 a. de J.C. , Hamurabi, un gobernador amorreo de Babilonia, derrotó a Rim-Sin de Larsa extendiendo el poder babilónico a través de todo el sur de la Mesopotamia.
Durante los 2 siglos y medio en que Isin y Larsa lucharon por el dominio, hubo varios intentos de reconstruir a Ur. Ishme-Dagon de Isin dedicó su hija como suma sacerdotisa de Nannar, y reconstruyó el templo de Nannar en Ur. Warad-Sin de Larsa comenzó la reconstrucción del ziggurat en Ur. Cuando Ur se rebeló contra el hijo de Hamurabi, Samsuiluna, él destruyó la ciudad y no se oye más de ésta por siglos. Sumer fue parte del imperio babilónico y la historia de Sumer como tal llegó a su fin.
El fin de la historia política sumeria no significó el fin de la cultura sumeria, ya que la cultura sumeria estaba relacionada con las tierras al occidente de Asia de una manera análoga a la relación entre la cultura grecorromana y la vida de Europa. Los sumerios desarrollaron un sistema de escritura *cuneiforme que posteriormente fue adoptada por los babilonios, asirios y heteos y adaptada para su uso en el alfabeto cananeo de *Ugarit. La escritura cuneiforme, que comenzó entre los sumerios antes del 3000 a. de J.C. , continuó en uso hasta el siglo I a. de J.C. cuando fue finalmente desplazada por una escritura alfabética menos complicada (véase Alfabeto).
En el campo de las matemáticas, los sumerios nos han legado el sistema sexagesimal, que encuentra una expresión moderna en el minuto de sesenta segundos, la hora de 60 minutos y los 360 grados del círculo. En el campo legal, el código de *Hamurabi escrito en acadio semítico está basado en el precedente anterior sumerio, como está ejemplificado en los códigos sumerios de Ur-Nammu y Lipit Istar.
La literatura acadia posterior tiene una deuda continua con los anteriores textos sumerios. El *Enuma Elis y la *épica Gilgamesh pueden trazarse a los antecedentes sumerios. Los dioses de los sumerios reaparecen en forma semítica. El Nannar sumerio llega a ser el Sin semítico; la Innana sumeria llega a ser la lshtar semítica; en la misma manera en que el Zeus griego corresponde al Júpiter romano. Las palabras sumerias prestadas entraron en los lenguajes semíticos del Cercano Oriente y algunas aparecen en la Biblia hebrea. Los sumerios llamaron a un templo o a un palacio E GAL, literalmente †œcasa grande†. Finalmente ésta vino a ser la palabra hebrea hekal, también con el significado de palacio o templo.
BIBLIOGRAFIA: Samuel N. Kramer, History Begins at Sumer, Thames and Hudson, London, 1961. Sumerian Mythology, Harper and Brothers, New York, 1961; The Sumerians: Their History Culture, and Character, University of Chicago Press, Chicago, 1963. George A. Barton, The Royal Inscriptions of Sumer and Akkad, Yale University Press, New Haven, 1929. Edward Chiera, Sumerian Epics and Myths, University of Chicago Press, Chicago, 1934. Sumerian Religious Texts, Crozier Theological Seminary, Upland, Pa., 1934. Edmund I. Gordon, Sumerian Proverbs, University Museum, Philadelphia, 1959. Véase también bajo UR.
Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico
Véanse BABILONIA, UR DE LOS CALDEOS.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado