I. Ubicación Geográfica. La posición geográfica de Siquem virtualmente le asegura un papel prominente en la historia de Palestina. Está situada †œen medio† del territorio (Jueces 9:37) en el extremo oriental del paso entre el monte Ebal y el monte Gerizim, a unos 64 kms. al norte de Jerusalén. El promontorio (Tell Balata), junto a la moderna villa de Balata, mira desde su elevación hacia una gran llanura al oriente. A causa del terreno montañoso, esta localidad abarca todos los caminos a través del territorio montañoso central de Palestina. Sin embargo, su propia posición sin protección encarando la llanura en las bajas faldas sudorientales del monte Ebal (así es el probable significado de Siquem: †œhombro(s)†) hace excepcionalmente imperativo las fuertes defensas, como se puede conocer por las excavaciones.
II. Papel en la Biblia. El papel prominente que Siquem tiene en muchos relatos bíblicos, inevitablemente lo hace el punto focal del interés arqueológico en Palestina. Figura prominentemente en especial en aquellos primeros períodos cuando los problemas de interpretación histórica son más grandes y en donde, como resultado, los servicios del arqueólogo son más necesarios.
El sitio está mencionado primeramente en Génesis 12:6 como un †œlugar† (probablemente en el sentido técnico de †œaltar†) donde Abram primero se detuvo en Canaán y edificó un altar. Pero es especialmente el patriarca Jacob quien concentra sus actividades en esta región. Se cuenta que Jacob compró pacíficamente un lote de tierra (Gn. 33:18-20) de †œlos hijos de Hamor, el padre de Siquem† después de su regreso de Harán. Sin embargo, Génesis 48:22 parece reflejar también una tradición de conquista militar de la región. Tal vez esta última tradición está relacionada con el relato de la violación de Dina y la venganza que tomaron sus hermanos según Génesis 34.
A José se lo encuentra en el sitio en Gn. 37:12-14 un poco después que sus hermanos habían apacentado sus rebaños en la cercanía. Josué 24:32 también señala el sepulcro de José en Siquem (el sitio tradicional es hoy un altar musulmán).
El †œdiscurso de despedida† de Josué (Jos. 24) al concluir sus batallas de conquista y la renovación del pacto por las tribus (a menudo interpretado por los eruditos modernos como la inauguración de la †œanfictionía† de las 12 tribus en su primer centro en Siquem, tiene lugar allí. Esta ceremonia de celebración del pacto en Siquem recuerda la ceremonia de bendiciones y maldiciones antifonales sobre el monte Gerizim y monte Ebal respectivamente, ordenada a los israelitas a su llegada, en Dt. 11:26 y sigtes. y Deuteronomio 27, y el cumplimiento del mandamiento señalado en Jos. 8:30–35.
Jueces 9 dice cómo el †œjuez† Abimelec llegó a ser †œrey de Israel† en Siquem (el hogar de su madre), aparentemente contando al principio con el apoyo de los gobernadores de Siquem a pesar de un atentado abortivo maquinado por Gaal. Una revuelta posterior resultó en la destrucción y devastación de la ciudad (vv. 42 y sigtes.).
Roboam fue coronado y posteriormente estableció temporalmente su primera capital en Siquem (1 R. 12); pero después de esto la ciudad no recibe ninguna otra mención de importancia en la Biblia. Fue designada como una de las seis †œciudades de refugio† (Jos. 20:7) y una de las cuarenta y ocho ciudades levíticas (Jos. 21:21). Otras alusiones bíblicas ofrecen poca información.
Sin embargo, se sabe que en el período postexílico los samaritanos construyeron su templo en la cima del monte Gerizim el cual llegó a ser el punto focal de la oposición samaritana ante los intentos de los exiliados que regresaban para reconstruir los muros de Jerusalén (Neh. 4) y el posterior estado judío. Jesús estuvo cerca o en el sitio, por lo menos una vez (Juan 4) en su conversación con la mujer de Samaria en el pozo de Jacob en †œSicar† (posiblemente una corrupción textual de †œSiquem†).
III. Referencias Literarias Fuera de la Biblia. Siquem aparentemente aparece en uno de los †œtextos de execración† egipcios de la doce dinastía (período bronce medio II A en el siglo XIX a. de J.C. — probablemente también el principio de la †œedad patriarcal†) como un enemigo al que el faraón derrotó. De igual modo, la inscripción Khu-Sebek de aproximadamente el mismo período parece describir la captura de la ciudad por faraón Senusert III ( ca. 1880–40 a. de J.C. ). Estas referencias, si están correctamente interpretadas, pueden indicar la importancia de Siquem ya en la edad del bronce medio primitivo, como un centro de oposición a Egipto. La ciudad figura prominentemente también en el bronce último (1500–1200 a. de J.C. ), en las *cartas de Amarna como el centro del notorio Lab†™ayú en confederación con los invasores habirú y sus intrigas contra el decadente imperio de los faraones y contra otras ciudades-estados cananeas.
IV. Historia de la Excavación. Considerando la obvia importancia del sitio y su utilidad potencial para la erudición bíblica, su accidentada historia temprana de excavación es desafortunada (debido en parte, a la infancia de la ciencia de la arqueología en ese tiempo).
A. Primeras Excavaciones Alemanas. El sitio de Tell Balata fue primeramente identificado como el del antiguo Siquem por el erudito alemán, Hermann Thiersch, en 1903. La mayoría de las subsecuentes excavaciones primitivas fueron dirigidas por Ernst Sellin con varios ayudantes; pero raramente bien equipada la expedición. Muy pocos registros bien hechos se llevaron de las primeras campañas de 1913 y 1914, a pesar de la presencia ocasional del arqueólogo griego G. Welter. Después de la guerra, Sellin regresó de nuevo en 1926, 1927 y (brevemente) en 1928. Cuando Welter empezó a formular serios cargos contra el trabajo de Sellin, éste fue destituido, pero cuando el trabajo de Welter, aparentemente en 1928 y 1932 o 1933 resultó ser aún menos satisfactorio, Sellin fue reinstalado como director. El regresó en 1934 con H. Steckeweh. Dos campañas posteriores se planearon; pero nunca se realizaron.
Sellin concentró sus investigaciones en las fortificaciones de la ciudad que Thiersech había ya observado sobresaliendo del tell en el lado occidental. En el lado noroeste del promontorio, descubrió una gran puerta de la ciudad (la †œpuerta noroeste†) con tres entradas sucesivas, cada una de ellas construida de dos bloques paralelos separados ligeramente el uno del otro. Hacia el sur la puerta estaba enclavada en la gran muralla †œciclópea† (hecha de inmensas piedras sin labrar, inclinadas hacia adentro contra un grueso relleno de tierra). En contraste, la puerta del oriente tenía sólo dos entradas, hechas de dos ortostatos que se proyectaban en forma paralela y estaban conectados con un tipo diferente de pared con secciones de proyecciones alternadas y secciones salientes del otro lado.
En el lado occidental del promontorio, inmediatamente dentro de la muralla ciclópea, Sellin desenterró un inmenso edificio al que identificó (sin lugar a dudas correctamente) como un templo. Estaba edificado sobre un profundo relleno (siendo éste el rasgo más prominente de la ciudad), al igual que el de atrás de la muralla ciclópea y con acceso desde abajo por una rampa. Sellin también descubrió que algunas piedras planas, rotas, que yacían en frente del templo encajaban en los espacios cortados en los grandes bloques de piedra de cada lado de la puerta. Creyendo que éstas eran los masseboth (†œlas piedras sagradas erigidas†) a menudo asociadas con los templos cananeos (confirmado también por investigaciones posteriores), Sellin las unió de nuevo. (Más tarde, Welter se mofó de esta interpretación y derribó las piedras; éstas no fueron erigidas otra vez sino hasta 1962.)
B. Recientes Excavaciones (Americanas). La expedición Drew-McCormick bajo la dirección de G. Ernest Wright fue organizada especialmente para rescatar todo lo que fuera posible de las excavaciones anteriores y establecer científicamente la estratigrafía y cronología del sitio. La primera breve y preliminar campaña de 1956 se concentró en los problemas de la puerta oriental. Lentamente su historia complicada empezó a surgir. Aparentemente, había sido construida durante el periodo de los hiksos ( ca. 1750–1550 a. de J.C. ) para reforzar las anteriores fortificaciones y fue violentamente destruida cuando los egipcios destruyeron Siquem y expulsaron a los hiksos ca. 1550 a. de J.C. Reconstruida nuevamente en el periodo siguiente del bronce superior fue destruida nuevamente en el siglo VIII, probablemente en conexión con la destrucción asiria de Samaria. Fue reconstruida por tercera vez ca. 325 a. de J.C. por los samaritanos y destruida nuevamente hacia finales del siglo II a. de J.C. , después de lo cual el antiguo promontorio no fue ocupado más. Así el gran esquema de la historia del antiguo Siquem empezó a hacerse claro.
Posteriores campañas se hicieron en los veranos de 1957, 1960, 1962 y 1964 bajo la dirección de G. Ernest Wright, de Harvard. Los esfuerzos mayores se concentraron en cuatro áreas: las fortificaciones (puerta y murallas), el templo, el área del †œpalacio† (debajo del templo hacia el nordeste), y un intento de obtener una historia estratigráfica completa de la ocupación del sitio comenzando con la cima del promontorio en un área no tocada por excavaciones anteriores.
Durante la segunda campaña llegó a ser evidente que tanto el templo como la pared ciclópea habían sido edificados en la segunda mitad del periodo de los hiksos (en el siglo después de 1650 a. de J.C. ). La ciudad entera cambió de apariencia en este periodo; la violenta ruptura de tradiciones arquitectónicas puede estar asociada con la probable infusión hurriana (horea) y/o indoeuropea en la anterior estirpe de los hiksos alrededor de este tiempo (véase Gn. 34:2, donde †œhoreo† debiera probablemente reemplazar a †œheveo†). En general, este fue el periodo de más grande prosperidad para Siquem.
Exploraciones continuas en la puerta oriental mostraron cómo las defensas de la ciudad en este punto vulnerable fueron repetidamente reforzadas a lo largo de este periodo. Aquí el sistema de defensa exterior (llamado el †œsistema A† por los excavadores) consistía de dos murallas paralelas unidas por paredes transversales que formaban una serie de cuartos donde cualquier invasor podía fácilmente ser atrapado. La muralla externa de este †œsistema A† parece ser la muralla masiva ciclópea también trazable en el otro lado del promontorio con su puerta noroeste. Poco después de ser completada, fue construida otra muralla (†œB†) dentro y sobre ésta, y dentro de esta última la puerta oriental fue edificada. La puerta consistía de dos inmensas torres rectangulares, cada una de ellas con un cuarto interior angosto para el guarda. La llegada a esta puerta interior era sobre una rampa entre las murallas interna y externa, doblando en ángulo recto dentro de la ciudad en la puerta misma.
A pesar de su fortaleza, la puerta oriental fue destruida tres veces en su breve existencia de sólo cincuenta años. Los ocupantes de la subsecuente edad de bronce superior aparentemente construyeron su muralla detrás de las ruinas de las anteriores y la continuidad de la estrata del bronce superior y el hierro I (israelita), sin una capa de destrucción que interviniera, indicó plenamente que los israelitas recién llegados usaron básicamente la misma muralla y puerta. En el comienzo del periodo helenista, los samaritanos más ambiciosamente limpiaron los escombros hasta los niveles de los hiksos y, en efecto, usaron la antigua muralla †œB† como fundamento para sus propias fortificaciones.
Se comprobó que el templo había sido construido también en el último período de los hiksos, pero había sido destruido en una fecha posterior (presumiblemente en el tiempo de Abimelec, como está registrado en Jue. 9), y abandonado por un tiempo considerable. Algún tiempo en el periodo israelita, probablemente ca. 800 a. de J.C. , otra estructura, orientada en una dirección ligeramente diferente, había sido construida sobre el templo. Su piso de argamasa pesada se encontró directamente sobre la cima de las bases de las columnas del templo anterior. Aparentemente, esta última estructura era un granero, indicando así la importancia de Siquem como centro administrativo del reino del norte.
Las campañas de 1960 y 1962 dedicaron mucho tiempo y esfuerzo a una mayor investigación de los problemas del área del templo (los restos existentes más grandes del templo prerromano de Palestina). La interpretación de estos hallazgos no puede separarse del intenso trabajo en las cercanías del área del †œpalacio†.
En primer lugar llegó a quedar claro que el granero israelita no fue construido directamente sobre las paredes del templo del bronce intermedio (hiksos), sino sobre las paredes de una estructura más liviana construida por los ocupantes del bronce superior alrededor de un siglo después de la destrucción egipcia del primer templo, ocurrida ca. 1550 a. de J.C. Fue este segundo templo (seguido más tarde por el granero) el que había sido primero reorientado en una dirección diferente (tal vez en conexión con algún culto solar que allí se practicaba). La orientación de la inmensa massebah y el altar de piedra mostró que éstos también habían sido planeados y construidos por los que edificaron este último (último bronce superior) templo (que reemplazaba dos pilares más pequeños y un altar de tierra enfrente del primer templo). La ausencia de cualquier señal de destrucción al final del período del bronce superior (como en la puerta oriental) indicó que probablemente fue este último templo el usado por los primitivos israelitas en Siquem (hasta Abimelec).
Varios fosos extraños, ya sea en forma cilíndrica o en forma de frasco y normalmente sin forrar, se encontró que habían sido excavados a través de los pisos del templo en los primeros años de Israel. Su función permanece incierta, aunque probablemente fueron usados para algún tipo de almacenaje.
Las excavaciones debajo de las murallas del templo primitivo demuestran que ningún templo pudo haber sido construido en este sitio antes de ca. 1650 a. de J.C. Mucho más abajo del relleno (más de 6 mts. de profundidad) sobre el cual el templo estaba construido, fueron descubiertos cinco niveles de ocupación calcolítica (cuarto milenio a. de J.C. ), y debajo de éstos, inmediatamente sobre la base de la roca, un foso calcolítico forrado con arcilla y usado como vivienda. Debajo del último templo, también fue descubierta una pared doble, probablemente parte del sistema anterior de defensa. Aparentemente, cuando se construyó la pared ciclópea (†œA†), los límites de la ciudad fueron ensanchados y una tremenda cantidad de tierra fue removida, tanto para la muralla a fin de formar una elevación para el nuevo templo.
Previamente, un templo de tipo enteramente diferente había existido aquí. La evidencia para esto se encontró en el área cercana del †œpalacio†, la cual había sido nivelada por los hiksos en conexión con sus operaciones de relleno. Sellin ya había expuesto una pesada pared que corría de norte a sur hacia el oriente del templo, la cual aparentemente servía para separar el área sagrada del resto de la ciudad. A corta distancia, al occidente de esta muralla, fueron descubiertas tres fases de un edificio primitivo.
La estructura más alta del †œpalacio† había sido en gran parte removida por las excavaciones alemanas; pero debajo de uno de los pisos, se encontró un jarrón de funeral con esqueletos de niños. También se encontraron las bases de 6 columnas, que aparentemente sostenían originalmente el techo de un patio. El otro edificio de más abajo, difería en varios rasgos de la última estructura, y produjo dos jarrones funerarios. La estructura más baja, un edificio mucho más simple que los que le seguían, fue construida ca. 1750 a. de J.C. en la época de los amorreos. Ligeramente anterior, en el mismo periodo BI IIA, cuando la verdadera actividad de construcción empezó primero en Siquem, vino a luz una inmensa plataforma de tierra de función desconocida, retenida por una pared paralela a la última pared que encerraba la ciudad interior.
Sin embargo, ahora ha llegado a ser posible relacionar esta serie de construcciones con el templo mismo. En lugar de †œpalacios† como se creyó primeramente, llegó a ser necesario considerarlos como los primeros precursores de los templos, pero de un diferente tipo de †œpatio† que las masivas fortalezastemplos de épocas posteriores. Sus cuartos estaban todos hacia el norte del †œgran patio†, el centro y eje del cual era un pequeño †œpatio central†. Este último estaba precisamente debajo del altar del último templo y pilar sagrado, que fueron destinados seguramente al igual que sus sucesores. A través de los primeros períodos, un pequeño albergue, probablemente para proteger un altar al aire libre, había estado allí.
Así, añadiendo, parecen haber estado un total de por lo menos 8 templos (o remodelaciones por lo menos) en esta área, 4 del tipo del patio entre ca. 1750 y 1650 a. de J.C. , y 4 del tipo de fortaleza-templo entre ca. 1650 y 1100 a. de J.C. (con alrededor de un siglo de diferencia, ca. 1500–1450 a. de J.C. , entre las dos últimas estructuras del bronce medio y los dos edificios del bronce último).
Esta evidencia de tradiciones de templos primitivos difícilmente puede separarse de las tradiciones constantes de las teofanías y pactos patriarcales en el †œlugar† (altar) de Siquem, algunas veces en conexión con un altar y árbol sagrado. La evidencia actual también indica que el altar más antiguo estaba fuera de la ciudad, como está señalado en los relatos patriarcales. En efecto, la evidencia arqueológica indica que un pilar sagrado estaba asociado también con este altar antiguo; en tanto que la Biblia no menciona explícitamente nada de Siquem (pero véase la †œgran piedra† de Jos. 24:26 y la †œllanura del pilar†, en Jue. 9:6), frecuentemente aparecen en otras partes en los relatos patriarcales, considerados probablemente como los †œtestigos† del pacto, tal vez también como fue celebrado y renovado en las liturgias posteriores.
El otro esfuerzo mayor de las últimas campañas estuvo en el área residencial entre el templo y la puerta oriental. Por comenzar en la cima del promontorio, al extremo de la historia de la ciudad donde no había sido previamente excavada, y al excavar para encontrarse o superponerse con el estrato anterior expuesto debajo de las excavaciones alemanas, se esperaba conseguir una historia completa estratigráfica de Siquem. Sin embargo, hacia el fin de la temporada de 1962, este objetivo no se había alcanzado: 1/10 del estrato había sido probado, posiblemente remontándose hasta el período de la monarquía unida del siglo X; pero si así fue, había todavía unos dos siglos hasta los días de Abimelec. Sobre ésta había estructuras de los siguientes estratos (algunos con más de una fase): (1) IX, de la primera parte del siglo IX, posiblemente destruida por los arameos; (2) VIII, pobremente preservada, pero quizá destruida durante el reino del rey Menahem de Israel (748–738 a. de J.C. ); (3) VII, íntimamente relacionada con la precedente y violentamente destruida, sin duda por los asirios ca. 723 a. de J.C. ; (4) VI, la que representa una ocupación de nuevo durante los siglos VIII y IX, mostrando la presencia asiria por la mucha †œvajilla del palacio asirio†; pero de nuevo destruida violentamente, tal vez en las revueltas posteriores contra los asirios; (5) V, la última fechada en el siglo VI; pero grandemente erosionada por el largo abandono del tell durante gran parte del período persa (desde ca. 500–330 a. de J.C. ); (6) IV, que representa la primera ocupación samaritana del sitio, ca. 330–250 a. de J.C. ), (probablemente porque Alejandro había paganizado la ciudad de Samaria y les había privado de autoridad; por lo cual ellos se habían rebelado contra él) y también por primera vez posible de fechar por monedas encontradas entre los escombros; (7) III, ca. 250–190 a. de J.C. , el mejor conservado de los niveles samaritanos y el que contribuyó con gran número de monedas tolomeas; (8) II, ca. 190–150 a. de J.C. , representando la ocupación seléucida de Palestina en el período macabeo; pero conservado fragmentariamente a causa de la erosión y del cultivo de la superficie; y (9) I, ca. 150–107 a. de J.C. representada por no mucho más que los escombros de la superficie. Las monedas encontradas certifican que la ciudad no fue destruida cuando Juan Hircano capturó por primera vez Siquem en el 128 a. de J.C. y destruyó el templo samaritano del monte Gerizim (como se suponía anteriormente), sino probablemente durante las últimas campañas de Hircano contra Samaria en el 107 a. de J.C. Sin embargo, especialmente, como en los días de los hiksos; pero esta vez a causa de la determinación de Hircano de que estas defensas nunca pudieran usarse nuevamente.
Las acciones de Hircano tuvieron el efecto planeado, ya que con esta destrucción un siglo antes de Cristo, la ocupación del antiguo promontorio aparentemente cesó para siempre. Sin embargo, siempre se han formado pequeñas villas, probablemente alrededor de la excelente fuente ubicada inmediatamente al sudeste del tell, hoy el centro de la villa de Balatah; tal vez este fue el caso en el tiempo de Cristo. Durante el reinado de Vespasiano en el 72 d. de J.C. , los romanos emplazaron la antigua ciudad de Neápolis (†œnueva ciudad† de la cual la moderna †œNablus† es una corrupción) en un nuevo sitio hacia el occidente.
V. Resultados y Comparación con los Relatos Bíblicos. No dejará de llamar la atención que las primeras estructuras mayores descubiertas en Siquem datan del mismo período †œamorreo† ( ca. 1900 y sigtes. a. de J.C. ), un período en el cual Siquem se menciona por primera vez en los registros egipcios y en el cual los patriarcas son generalmente ubicados ahora (véase Gn. 48:22). Algunas de las instalaciones cúlticas descubiertas en el antiguo Siquem también parecen encontrar eco cierto en las primeras tradiciones bíblicas, como se ha anotado anteriormente. Las tremendas fortificaciones de Siquem responden al conocido disturbio del período de los hiksos en el cual probablemente se fijan las tradiciones de Jacob.
La ausencia en la Biblia de alguna información referente a una conquista israelita de Siquem, más el papel prominente que Siquem jugó en los primeros días de la ocupación israelita de Canaán es sorprendentemente paralela con la ausencia de señales de destrucción u otra discontinuidad (tal como la ocupación filistea) entre los niveles del último bronce (ocupación †œhabiru†) y el hierro I (primitivos israelitas).
Muchos problemas aún permanecen en la interpretación de los relatos del breve gobierno de Abimelec sobre Siquem en Jueces 9. Sin embargo, parece cierto que la puerta a la que se refieren los vv. 35 en adelante es la †œpuerta oriental† de los arqueólogos y que el templo que se indica haber sido destruido en ese episodio representa la última fase del templo-fortaleza del bronce último. La deidad del templo es llamada †œBaalberith† (v. 4) o †œElberith† (v. 46) es decir, el †œdios (o señor) del pacto†; el nombre tiene connotación con el significado bíblico en pactos (a menudo hechos o renovados en los primeros tiempos en Siquem) y es muy similar a otros nombres dados a Dios en la época patriarcal.
La †œconstrucción† de Jeroboam (reconstrucción o fortificación) de Siquem como su primer capital (1 R. 12:25) también parece encontrar confirmación en la evidencia arqueológica.
Otra información y clarificación ciertamente vendrá a luz con posteriores excavaciones.
BIBLIOGRAFIA: Informes preliminares de las primeras cuatro campañas en 1956, 1957, 1960 y 1962 pueden ser encontrados respectivamente, en los siguientes números de BASOR : 144, 1956, págs. 9–20; 148, 1957, págs. 11–28; 161, 1961, págs. 11–54 y 169, 1963, págs. 1–60 (los dos primeros escritos por G. Ernest Wright solo; los dos últimos junto con Lawrence E. Toombs, director asociado de estas campañas). Los siguientes números de BA , que mencionan las mismas campañas más popularmente, están dedicados enteramente a Siquem: XX, 1, 1957; XX 4, 1957; XXIII, 4, 1960; y XXVI, 1, 1963; éstos están editados por Edward F. Campbell, director asistente de las campañas americanas. También G. E. Wright, †œThe Samaritans at Shechem†, The Harvard Theological Review, LV, 1962, págs. 357–366. Siegfried H. Horn, †œScarabs form Shechem†, JNES , XXI, 1962, págs. 1–14. O. R. Sellers, †œCoins of the 1960 Excavations at Shechem†, BA XXV, 3, 1962, págs. 87–96. James F. Ross and Lawrence C. Toombs, †œThree Campaigns at Biblical Shechem†, Archaeology, XIV, 1961, págs. 171–179.
Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico