Los hurritas aparecieron primero en la historia alrededor de la mitad del tercer milenio a. de J.C. Hasta 1925, este pueblo fue virtualmente desconocido fuera de unas pocas referencias bíblicas y nadie soñaba con que formaba parte de un grupo étnico bien extendido. Pero la evidencia arqueológica de las últimas décadas pasadas revela que los hurritas desempeñaron un papel importante en la historia del antiguo Cercano Oriente durante el segundo milenio a. de J.C. La historia de este grupo étnico puede trazarse más o menos bien a través de nombres personales que pueden encontrarse en documentos diseminados por todo el Cercano Oriente. El registro más antiguo de nombres explícitamente hurritas viene de una tableta dedicatoria de Samarra que data de antes de Ur III. Las referencias geográficas asociadas con estos nombres indican una infiltración de hurritas en la región este del Tigris durante el período acadio antiguo. Que esta infiltración fue gradual está indicado por la ausencia de nombres hurritas durante este período en sitios importantes (por ejemplo *Nuzi, *Alalakh y *Mari) los cuales posteriormente llegaron a ser predominantemente hurritas. Muchos otros nombres aparecen durante el período de Ur III ( ca. 2060–1950). En el período de la antigua Babilonia (que comenzó ca. en 1830), algunos textos religiosos fueron escritos en Mari en el lenguaje hurrita. Un contrato de Hana encontrado en Mari es la referencia conocida más antigua a los hurritas como pueblo. Nombres hurritas se encuentran en números considerables durante este período en sitios tan al oeste como Alalakh en el norte de Siria y tan al norte como Chagar Bazar en el valle del *Habur entre el Tigris y el Eufrates y tan al oriente como Dilbat cerca de Babilonia. El movimiento principal hurrita parece haber surgido durante este período y pudo haber coincidido con la invasión de Ocad por los bárbaros guti desde el monte Zagros. Sin embargo, ya que se tiene muy poca evidencia directa, el período entre la primera dinastía de Babilonia ( ca. 1800 a. de J.C. a ca. 1500 a. de J.C. ) puede ser reconstruida en base a lo que se sabe del período que sigue el año 1500 a. de J.C.
I. Distribución Geográfica. El hogar original de los hurritas estaba probablemente en las montañas de Armenia. Como los textos mencionados anteriormente lo indican, los hurritas estuvieron presentes en la población de la alta Mesopotamia de la primera parte del segundo milenio a. de J.C. La población misma, sin embargo, era predominantemente semítica. En los siglos XVII y XVI hubo una gran invasión de hurritas en la alta Mesopotamia, la región del Tigris oriental, norte de Siria, Palestina y la región noroeste de los heteos. Para ser más específicos, Nuzi (debajo del río Pequeño Zab, al oriente del Tigris) fue, en el siglo XV, casi totalmente hurrita. Alalakh, en el norte de Siria, que tenía muchos hurritas en su medio en el siglo XVII, ahora tenía una abrumadora mayoría de ellos en este período posterior. Hacia el extremo occidental de la costa del norte de Siria del Mediterráneo, en Ras Shamra (el antiguo Ugarit), fueron encontrados numerosos textos compuestos en hurrita, y éstos datan de antes del 1400 a. de J.C. Algunas de las cartas de Amarna mencionan príncipes hurritas en Qatna y Tunip en la Siria central. Los textos de Taanach y Siquem en Palestina dan evidencia de hurritas también en esa región. Los egipcios llamaban a Palestina , y, en algunas ocasiones a Siria, Huru. La presencia de hurritas en Palestina también puede establecerse por la Biblia, donde ellos son llamados los horeos (véase más abajo). Así antes del siglo XV a. de J.C. , los hurritas se extendieron a través de la alta Mesopotamia desde Nuzi en el oriente hasta Ras Shamra en el oeste, y se aglutinaron en un grande y poderoso estado —el reino de *Mitanni. †œMitanni† es primeramente un término político, ya que el estado incluía más de lo que es técnicamente conocido como el territorio de Mitanni o (como en los registros mesopotámicos) Hanigalbat. El centro de este estado estaba cerca de Harrán (*Harán) en el valle del Eufrates medio y la capital fue llamada Washshukanni. Este sitio es aún incierto, pero Fekhkheriyeh generalmente se acepta como la identificación correcta. Asiria en este tiempo fue una dependencia y Mitanni dominaba el reino de Arrapkha en el oriente y el reino de Mukish al norte de Siria. Este estado tenía una población predominantemente hurrita, pero la evidencia de nombres personales indica que la mayoría de la clase gobernante en general y los reyes en particular, eran indoarianos. Esta relación entre los más numerosos hurritas y los dominantes indo-arianos puede ser caracterizada mejor como una completa simbiosis.
II. Historia Política. El reinado de Mitanni probablemente alcanzó su cenit bajo Saushsatar ca. la mitad del siglo XV a. de J.C. Los documentos heteos mencionan que Saushsatar tomó una preciosa puerta de oro y plata de Asur para usarla en su palacio en Washshukanni. Los reyes de Asiria, Arrapkha y Alalakh, fueron indudablemente sometidos a él. Probablemente él controló también las áreas de Alepo y Carquemis al oriente de Alalakh y Qatna y Tunip en Siria. Saushsatar entró en conflicto con Thutmose III de Egipto sobre la posesión de Siria, y parece que fue derrotado por los egipcios perdiendo mucho de su territorio al occidente del Eufrates. Sin embargo, existieron relaciones pacíficas entre los dos países después de esto. Ya fuera bajo Thutmose III o su sucesor Thutmose IV, un tratado de amistad fue firmado entre los dos países en el cual Mitanni recibía Aleppo y el norte de Siria. Artadama I, sucesor de Saushsatar, dio su hija en matrimonio a Thutmose IV. Este procedimiento fue seguido también por Sudarna II y su sucesor Tushratta quienes dieron hijas a Amehotep III. A la muerte de ese faraón, Tushratta dio su hija a Amenhotep IV por esposa. Una voluminosa nosa correspondencia se llevó a cabo entre Tushratta y estos dos gobernadores egipcios. La tableta más grande encontrada en el material de El Amarna fue una carta compuesta casi enteramente en hurrita y dirigida a Amenhotep III. En este tiempo Tushratta era el señor de Siria y Mitannia era todavía un imperio poderoso. Conflictos dentro de Mitanni mismo, sin embargo, y el surgimiento al poder de Suppiluliumas, el gran rey heteo, pronto anticiparon serios problemas en el futuro. Egipto falló en venir en ayuda de su aliado. Tushratta sufrió una derrota militar en manos de Suppiluliumas y perdió mucho de su territorio en el occidente, pero retuvo su trono. Su hijo, Mattiwaza, fue convertido en vasallo de los heteos por Suppiluliumas aproximadamente en la mitad del siglo XIV. A Mattiwaza le fue dado el trono de Mitanni para ejercer su gobierno y la hija de Suppiluliumas como esposa. Al mismo tiempo, en el oriente, Asiria bajo Asurubalit I aprovechó la oportunidad y reafirmó su independencia. De esta manera, el reinado de Mitanni como potencia política quedó fuera de las páginas de la historia.
III. Contribución Cultural. La contribución cultural de los hurritas es tan importante como su logro político y aquélla duró mucho más. Como fue mencionado anteriormente, algunos textos en hurrita fueron encontrados en el sitio de Mari sobre el río Eufrates en la Mesopotamia central que datan del período de Hamurabi. Seis de estas tabletas han sido publicadas hasta ahora, las que consisten de textos religiosos escritos en estilo poético. Estos textos preceden a todos los textos hurritas anteriores por alrededor de cuatrocientos o quinientos años. Desde el sitio de *Boghazkoy han venido textos hurritas puros que incluyen un fragmento de la epopeya de Gilgamesh; pasajes cortos en hurrita esparcidos entre los textos heteos; y textos hurritas más largos con pasajes heteos en ellos. La mayoría de este material es de naturaleza religiosa y trata especialmente con rituales. Pasajes épicos e histórico-mitológicos están también presentes. Materiales de aproximadamente este mismo período (1400 a. de J.C. ) fueron también encontrados en Ras Shamra. El escrito no es silábico, sin embargo, pero consonante en naturaleza. El texto más largo contiene 72 líneas y está dividido en 17 párrafos, cada uno de los cuales es una invocación a una deidad o deidades. La mayoría de los otros textos son cortos y fragmentarios. También se descubrió una tableta de un vocabulario sumerio-hurrita, escrita en cuneiforme silábico con el sumerio en una columna y el equivalente hurrita en la otra. También hay un documento bilingüe hurrita-acadio. Otra tableta, aún sin publicar, fue compuesta en 4 idiomas en columnas paralelas, sumerio, acadio, hurrita y ugarítico. El hurrita y el acadio fueron escritos con el silabario normal acadio. El texto más importante hurrita es la carta de Tushratta encontrada en el Amarna, en Egipto. Las primeras 7 líneas están escritas en acadio y el resto de las ca. 500 líneas está en hurrita clásico. Palabras sueltas hurritas están distribuidas a través de otra de las cartas de Amarna, las tabletas de Nuzi y la larga tableta Qatna y las tabletas de Alalakh.
El lenguaje hurrita no está relacionado con ningún otro lenguaje corrientemente asociado con el semítico del Cercano Oriente, sumerio y con el indo-europeo. El hurrita es exclusivamente un idioma de sufijos. Esto significa que todos los elementos gramaticales están añadidos al fin de la palabra y ninguno se coloca al principio como en otros idiomas del Cercano Oriente. El sistema verbal es muy complicado. El hurrita tiene un gran parecido en morfología, sintaxis y vocabulario solamente con el urartiano (el idioma de la antigua Armenia).
Los hurritas sirvieron como instrumentos a través de los cuales mucha de la cultura de la Mesopotamia fluyó hacia el oeste. Ellos fueron los portadores de obras clásicas babilonias como la epopeya de Gilgamesh y el himno de Nikhal. El gran número de palabras prestadas hurritas en el heteo es un ejemplo de la deuda que los heteos tuvieron, con sus maestros hurritas. Los hurritas tomaron abundantemente de sus vecinos babilonios, pero ellos también dieron contribuciones originales a la cultura de ellos en el campo de la literatura, las prácticas sociales y el arte. Esta última área está bien demostrada por los sellos cilíndricos hurritas. Los artesanos hurritas tomaron el estilo y el tema de los sirios, siro-capadocios, casitas y del arte babilonio. El estilo mitanno es una combinación de varios elementos diversos y es rico en temas y modos de expresión. Propios de Mitanni son los árboles estilizados, los pequeños animales y las series de círculos concéntricos. Este estilo mitanno influyó en el arte glíptico de los siglos posteriores tanto en sus características estilísticas como en sus temas. Los hurritas produjeron una cerámica (loza mitana) caracterizada en su forma por copas altas y anchas, vasos con paredes finas y base de botón. La decoración pintada era usada más a menudo sobre las copas de esta loza delgada y delicada. La cerámica es de acabado fino y generalmente está hecha de una arcilla finísima. La superficie suave se prestaba para la aplicación del color. El color más común era el negro, que era algunas veces aplicado en forma de bandas sencillas alrededor de la vasija, pero más a menudo como base sobre la cual el diseño era superpuesto en blanco. El rojo era usado algunas veces como color base pero no tan a menudo como el negro. El color castaño era menos frecuente. El diseño tenía una tendencia marcada hacia formas geométricas. El rollo corredizo era un tema favorito. Una línea simple en zigzag es común. También los círculos eran temas comunes. Las formas de planta eran usadas algunas veces en conjunto con diseños geométricos. Los animales se usaban en un número de diseños. A causa de la fina calidad de esta cerámica y porque está relacionada íntimamente con los edificios reales puede haber sido una loza lujosa.
La religión hurrita ha sido sugerida arriba en referencia al himno de Nikkal. Esta consorte del dios-luna Sin, llamada Ningal en Harrán, era la figura destacada entre los hurritas y este himno a ella fue probablemente transmitido a través de ellos. Del tratado hecho entre Suppiluliumas y Mattiwaza se sabe que este último invoca a las deidades védicas Mithra, Indra, Varuna y las Nasatyas. Ellos adoptaron también dioses de los mesopotámicos, entre los cuales Istar fue prominente. Además de estos dioses foráneos, los hurritas también adoraron sus propios dioses. Teshup es el dios de la tormenta y Hepa, su consorte, es la diosa del sol o diosa-madre. También estuvieron presentes Shaushka y Shimki, el dios-sol. Kumarpi es la cabeza del panteón hurrita. Los hurritas tuvieron tanto éxito en pasar sus dioses como lo fueron en otros aspectos de su cultura, ya que los dioses hurritas eran más prominentes en los textos heteos que los dioses heteos mismos. Todavía más importante para el estudiante bíblico, sin embargo, es la influencia hurrita en las áreas de la práctica legal y las costumbres sociales. Una semejanza muy estrecha existe entre las costumbres encontradas en el libro del Génesis y las encontradas en la ciudad hurrita de Nuzi.
IV. Material Bíblico. Como se indica anteriormente, las fuentes cuneiformes de Taanach, Amarna y Siquem dan testimonio de una importante población hurrita en la Palestina central de la era patriarcal. La Biblia también señala este hecho. En el texto hebreo del Antiguo Testamento el nombre †œheveo† ocurre varias veces. El texto griego del Antiguo Testamento (LXX) substituye la palabra chorraios por el hebreo en Gn. 36:2 y Jos. 9:7. El griego en estos pasajes refleja el hebreo †œhoreo† el cual es usado para designar a los antiguos habitantes de Edom o del monte Seir que fueron derrotados por Quedorlaomer (Gn. 14:6) y más tarde expulsados por los hijos de Esaú (Dt. 2:12, 22). Hamor, quien es señalado como un heveo, está conectado con Siquem. Gabaón (de acuerdo con Jos. 9:7 y Jos. 11:9) tenía una población hevea. Pero como se ha visto, el griego usaba el término †œhoreo† en Jos. 9:7 y el material extra bíblico indica la presencia de hurritas en Siquem. Por lo tanto, parece ser que el término †œheveo† realmente designa †œhurritas† en estos pasajes. Esto puede ser confirmado aún más por el texto hebreo mismo que intercambia †œheveo† (Gn. 36:2) con †œhorreos† (Gn. 36:20) cuando habla del padre de Zibeón. El término †œheveo†, por lo tanto, parece ser una designación local para los hurritas. Pero no sería posible agrupar a todos los †œhorreos† y †œheveos† en un grupo de hurritas. E. A. Speiser (†œHorites†, IDB ) indica que hay razones válidas para distinguir a los primeros ocupantes del monte Seir o Edom de los hurritas occidentales de Palestina propiamente. Esta confusión puede deberse a la semejanza accidental en sonido. El término como tal se refiere a los horeos preedomitas y puede reflejar la etimología tradicional semítica del †œcavernario†. Cuando se refiere a la gente de Palestina, se remontaría a la raíz hurrita (huru o hurw).
Otro nombre que aparece en el Antiguo Testamento es †œheteo† . En Jos. 11:3 el hebreo se lee †œhoreo† y el griego †œheteo†. ¿Será posible que muchos, si no la mayoría de los pasajes del Antiguo Testamento que se refieren a los heteos, debieran ser reemplazados por horeos
Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico
tip, TRIB
ver, HOREOS
vet, En base a una serie de inscripciones que nombran a un pueblo con las consonantes «khr», se ha supuesto que pertenecían a una antigua civilización, a la que se asignó el nombre de hurritas, identificándolos con los horeos de la Biblia. (Véase HOREOS.) ***
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
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Pueblo que habitaba hacia el 2000 las montañas del norte de Mesopotamia y en el siglo XVIII a C. se extendieron por las cuencas superiores del Eufrates. Se identificaron probablemente con el llamado pueblo Mitani. Luego se difundieron por Siria. Sus leyes y formas de vida influyeron en los primeros patriarcas o al menos los hechos y datos recogidos en la narración bíblica reflejan su influencia.
Se mezclaron con otros pueblos, como los Hicsos, y en determinados períodos, consten o no consten en la Biblia o incluso en documentos arcaicos, influyeron en toda Palestina (cananeos e israelitas) con sus productos, sus estilos artísticos, sus lenguajes, costumbres y sus cultos.
Los hurritas se fragmentaron en diversos grupos, al contacto con las zonas que invadieron como pastores y mercaderes.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa