GABAON, GABAONITAS

Unas referencias a Gabaón o a los gabaonitas aparecen 45 veces en la Biblia. Entre los relatos más importantes está el exitoso abandono de Josué por los gabaonitas, la ejecución de un pacto entre ellos y la derrota de la coalición al sur de Canaán bajo Adonisedec de Jerusalén, quien se alarmó por la extensión del control israelita hacia el norte. En este tiempo Gabaón era la ciudad principal de la confederación que incluí­a a Casira, Beerot y Quiriat-jearim. La consecuencia del episodio para Gabaón fue que se preservó de la destrucción por los israelitas o de la coalición cananea, aunque los gabaonitas recibieron sólo una posición secundaria dentro de la confederación israelita como los enigmáticos †œleñadores y aguadores para la congregación, y para el altar de Jehovᆝ, parece sugerir Jos. 9, 10.
Nada más se sabe de Gabaón hasta el tiempo de David, aproximadamente dos siglos más tarde. Poco después de la muerte de Saúl, Es-Baal (Isboset), su hijo, fue coronado por Abner en Mahanaim, al oriente del Jordán, sobre el Jaboc (Nahr ez-Zerqa). David estaba domí­nando el territorio sur de Jerusalén, centrado en Hebrón. Por alguna razón, las fuerzas conducidas por Abner y por Joab, el general de David, se encontraron en Gabaón, cerca del †œestanque†. Un duelo entre doce hombres de cada lado fue propuesto en el curso del cual todos los veinticuatro hombres murieron. Y. Yadin, en la analogí­a del episodio de Goliat, y en un relieve de Tell Halaf (Gozán) que muestra dos hombres en el mismo tipo de combate, sugiere que habí­a un duelo entre héroes, el cual resultó en un empate, y como consecuencia una guerra mayor, en la cual las fuerzas de Abner fueron derrotadas (2 S. 2:12-17).
Más tarde, durante el reinado de David, †œla gran piedra que está en Gabaón† fue el escenario de la ejecución de Amasa por Joab, el sacerdote, cuya demora en juntar al pueblo de Judá en favor de David para defender su trono contra la revuelta de Seba, el bicrita, despertó sospecha en su lealtad y le costó la vida (2 S. 20:4-13).
En algún tiempo durante su reinado, Saúl habí­a matado a un número no bien determinado de gabaonitas en aparente violación del tratado hecho durante el tiempo de Josué (comparar con 1 Cr. 9:35–). Este acto fue interpretado como la causa de un hambre en Israel durante el reinado de David. Para rectificar la situación, los gabaonitas demandaron la vida de siete de los hijos de Saúl. David entregó cinco nietos y dos hijos, quienes fueron ahorcados †œen el monte delante de Jehovᆝ. Aunque asignado a Benjamí­n (Jos. 18:25) del v. 4 parecerí­a que en este tiempo el territorio gabaonita era un enclave semiindependiente dentro de Israel (2 S. 21:1–14).
Las referencias anteriores tanto como los relatos del sacrificio de Salomón sobre el altar del lugar alto antes de su coronación, indican que Gabaón era un santuario de gran importancia en Israel. El tabernáculo y altar de ofrendas quemadas, según se dice, habí­an estado allí­ después de la destrucción filistea de Silo (1 Cr. 16:39; 21:29; 2 Cr. 1:3, 13) mientras que el arca estaba en Quiriat-jearim (1 S. 7:1, 2; véanse 2 S. 6:2; 1 Cr. 13:6), una de las ciudades de la antigua confederación gabaonita. El altar a Jehová pudo haber reemplazado uno anterior dedicado a otra deidad, posiblemente el dios sol Semes (véase Jos. 10:12). La importanciaa de su culto está tal vez implicada por su designación como una de las cuarenta y ocho ciudades leví­ticas (Jos. 21:17).
Gabaón estaba entre las ciudades mencionadas como conquistadas por el faraón egipcio Sisac, quien saqueó tanto Israel como Judá en 918 a. de J.C. Nada más se sabe de Gabaón por tres siglos. Se dice que es el hogar de Hananí­as, el profeta (Jer. 28:1) y el escenario de la confrontación †œen las grandes aguas† entre Ismael, asesino del gobernador judí­o Gedalí­as, y Johanán, su vengador. Ismael escapó; pero sus cautivos fueron libertados (Jer. 41:11–16). Alrededor de un siglo y medio más tarde, un grupo de gabaonitas ayudó en la reconstrucción de las murallas de Jerusalén (Neh. 3:7). Josefo (BJ II xix. 1, 7) concluye los registros antiguos concernientes a Gabaón diciendo que en las primeras escaramuzas de la primera revuelta, el gobernador romano de Siria, Cestio, en octubre del 66 d. de J.C. , acampó en Gabao (Gabaón) en viaje hacia Jerusalén y de nuevo en noviembre al retirarse de Jerusalén. La ruta tomada por Cestio desde Gabaón hasta la llanura costera a través del paso entre el alto y el bajo Bet Horón fue la misma que usaron más de mil años antes las fuerzas cananeas bajo Adonisedec al huir de Josué, y probablemente por los filisteos al huir de David (1 Cr. 14:16; 2. S. 5:25; léase Gabaón por Geba, véase LXX).
El lugar de Gabaón es una colina que se levanta a más de 60 mts. sobre la llanura que la rodea (la cual tiene más de 762 mts. sobre el nivel del mar), un poco más de 8 kms. al norte de Jerusalén. En la parte noroccidental del paso de la montaña yace una pequeña ciudad árabe de el-Jib. La identificación fue sugerida primero por un noble silesiano, Franz Ferdinand von Troilo, en 1666. En 1738, Richard Pococke, más tarde obispo de Meath, observó el-Jib desde la altura cercana de Nebi Samwil y sugirió la identificación con Gabaón. Edward Robinson visitó el-Jib por aproximadamente cuarenta minutos en la tarde del sábado, 5 de mayo de 1838. Notó el hecho de que las primeras dos letras del nombre árabe correspondí­an a las primeras dos del hebreo (JB – GB). A pesar de las afirmaciones más o menos conflictivas de distancia y ubicación, por Josefo, Eusebio de Cesarea y Jerónimo, Robinson llegó a la conclusión de que el lugar que ellos tení­an en mente y aquel que mejor parecí­a corresponder al relato bí­blico era el-Jib. Esta sugerencia fue aceptada por la mayorí­a de los eruditos, excepto en el perí­odo 1926–1956, cuando el gran erudito alemán Albrecht Alt arguyó primero que debí­a identificarse con Tell en-Nasbe, alrededor de seis kilómetros al norte de el-Jib. Cuando las excavaciones de Bade en Tell en-Nasbe demostraron que eso era imposible, él sugirió el-Bireh, opuesto a la moderna Ramallah, porque Gabaón y el-Jib continuaron sugiriéndose como el lugar de la antigua Beerot. Las excavaciones dirigidas por James B. Pritchard de la (entonces) Escuela de Divinidades del Pací­fico y la Universidad de Pensilvania durante cinco temporadas (1956–57, 1959–60, 1962) han probado conclusivamente que el-Jib es el sitio de la antigua Gabaón.
I. La Edad Primera del Bronce (3100–2100 a. de J.C. ). Gabaón fue fundada al principio de este perí­odo. Debajo de los fundamentos de la muralla de la edad del hierro fue descubierto un cuarto en el cual habí­a tiestos de 14 jarrones de almacenaje, cuidadosamente rotos al quemarse las vigas y derrumbarse el cuarto. Los jarrones tí­picos de la primera edad del bronce tení­an una †œasa† distintiva en ellos, haciendo posible asociar esta ocupación con las de Ai, 11 kms. al noreste, Tell en – Nasbe (¿Mizpa

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico