DESCENSO DE ISTAR

El famoso mito acadio †œDescenso de Istar al Mundo Neutral† (compárese su prototipo sumerio el †œDescenso de Inanna al Mundo Neutral†) es uno de los documentos más importantes para nuestra comprensión de los conceptos mesopotámicos acerca del más allá. Se lo ha considerado como el prototipo de los ciclos del dios de la fertilidad. Los eruditos han intentado descubrir alusiones a este mito tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos.
I. Comparación de las Versiones Sumerias y Acadias. Siendo la primera civilización literaria de la historia los *sumerios legaron un número de mitos importantes a los babilonios semitas que llegaron a ser el grupo étnico dominante de Babilonia durante el segundo milenio. Aunque los rasgos básicos de la historia son los mismos, la versión semí­tica ha omitido algunos elementos y ha añadido otros. La diferencia más importante en las reconstrucciones existentes viene al final del mito. La versión acadia permanece oscura aquí­; pero se sabe de una buena reconstrucción al fin de la sumeria, gracias a nuevas tabletas publicadas. En general, el temperamento de la versión sumeria es †œcalmado, dominado, pasivo y sin emoción; los incidentes se recitan insensiblemente y son repetidos hasta el punto de la monotoní­a. La versión semí­tica, por el contrario, glosa sobre muchos de los particulares, pero expande con lenguaje lo que es caracterí­sticamente apasionado e intenso de aquellos detalles que son ricos en posibilidades emotivas† (Samuel N. Kramer, †œIshtar in the Nether World According to a New Sumerian Text†, BASOR  79, 1940, pág. 20).
II. Historia de los Textos. El texto sumerio de ca.  400 lí­neas viene de ca. 2000 a. de J.C. Las tabletas que han sido usadas para reconstruir este mito fueron descubiertas por la Universidad de Pensilvania en Nipur a principios del siglo. Desafortunadamente las tabletas fueron arbitrariamente divididas entre el museo de Estambul de Turquí­a y el Museo de la Universidad en Filadelfia. Arno Poebel publicó primero 3 fragmentos en 1914, y ese mismo año Stephen Langdon publicó la parte superior de una tableta a 4 columnas que encontró en Estambul. Pocos años más tarde Edward Chiera descubrió la parte inferior de la misma tableta en Filadelfia. El tener el texto completo hoy se debe a los esfuerzos de Samuel Noah Kramer. El publicó primero una traducción del texto en 1937. Su segunda edición publicada en ANET  (1950, 1955) no es la edición más complete disponible al presente. Su tercera edición con la inclusión de una importante tableta de Yale fue publicada en JCS V, 1951, págs. 1-17. Una traducción de la tableta de Yale se puede encontrar en su History Begins at Sumer, págs. 165-167. En 1960 Kramer reunió felizmente 30 fragmentos del mito †œLa Muerte de Dumuzi† que data de aproximadamente 1750 a. de J.C. Esta no es una parte integral del Descenso de Inanna pero sin embargo, está í­ntimamente conectada con éste. Traducciones de este mito tan importante han sido encontradas en Mythologies of the Ancient World, editada por Kramer, págs. 110-115 y en su último libro, The Sumerians, págs. 156-160.
La versión acadia contiene algo más de 100 lí­neas y llega hasta nosotros desde ca. el año 1000 a. de J.C. Hay dos revisiones mayores: una viene de la biblioteca de Asurbanipal en Ní­nive de a mediados del siglo VII a. de J.C., y la otra de Asur de ca. 1000 a. de J.C. En 1949 fueron publicadas 11 lí­neas de una antigua y posiblemente independiente versión de Asur. El texto fue publicado ya para el año 1896. Las traducciones inglesas más recientes son las de Alexander Heidel, The Gilgamesh Epic and OT Parallels, págs. 121-128 y la de E. A. Speiser en ANET,, págs. 107-109.
III. Los Personajes.
A. Inanna-Istar. La diosa súmera Inanna -y su representación acadia Istar- fue la diosa más importante en el panteón mesopotámico. Era la diosa del amor y la diosa de la guerra. En su primera capacidad ella tení­a prostitutas femeninas y masculinos en sus templos. Como la patrona de la guerra a menudo se la representa con un león. Era también la †œseñora de los cielos† y fue identificada con el planeta Venus. La versión bilingüe, sumeria-acadia, †œAscensión de Istar†, se refiere a la elevación de Venus a su cenit (F. Thureau-Dangin, †œL†™Exaltation d†™Istar†. Revue d†™Assyriologie, XI, 1914, págs. 141-158). Aunque el nombre mismo de Istar no aparece en el Antiguo Testamento la forma plural transliterada de Astarot aparece en Jueces 2:13; 10:6; 1 S. 7:3, 4; 12:10; 31:10 y Astoret en 1 R. 11:5, 33 y 2 R. 23:13. Es bien sabido que los fenicios adoraban a Astarte de Tiro, Sidón y Biblos. La frase †œreina del cielo† en Jer. 7:18, 44:17, 18, 19, 25 es probablemente un tí­tulo de Istar (véase también, J. Reider, †œNew Istar epithet in the Bible†, JNES , VIII, 1949, págs. 104-7). Se cree, además, que la diosa griega Afrodita debe mucho de su carácter a Istar. Su centro en Corinto con mil prostitutas sagradas era fuera de lo helénico (Lewis R. Farnell, The Cults of the Greek States, Vol. II, Clarendon Press, Oxford, 1896, págs. 626 y sigtes.).
B. Dumuzi-Tamuz. El Dumuzi sumerio era originalmente un rey de Uruk (Erec, Gn. 10:10) a principios del tercer milenio, a. de J.C., que fue deificado como el consorte de la protectora de la ciudad, Inanna. Aunque era una figura pastoril, algunos eruditos piensan que era el prototipo del dios de la vegetación que morí­a y se levantaba nuevamente, fundamentados en la creencia de que el propósito del descenso de Inanna era resucitarlo de entre los muertos. Se tienen canciones de amor sumerias que son usadas en los hieros gamos o †œmatrimonios sagrados† en los cuales al rey se le hablaba como Dumuzi y se le veneraba como a Inanna (véase Samuel N. Kramer, †œThe Biblical †˜Song of Songs†™ and the Sumerian Love Songs†, Expedition, V, 1962, págs. 25-31). Lamentaciones por Tamuz (el nombre acadio de Dumuzi) son bien conocidas. En Ezequiel 8:14 el profeta encuentra algunas mujeres de Jerusalén llorando por Tamuz. Siendo que Tamuz estaba asociado con Adonis en Siria fue identificado por Sir James Frazer en 1906 junto con Adonis, Attis y Osiris como un tipo de dios muriente. En 1952 P. Lambrechts mostró que aun la creencia en la resurrección de Adonis y de Attis se desarrolló tarde, probablemente prestada del Osiris egipcio durante el perí­odo de un difuso sincretismo bajo los seleucos (323-64 a. de J.C.).
C. Ereshkigal. La hermana mayor de Inanna, conocida entre los semitas también como Allatu, era la reina del averno y la diosa de la muerte. Un mito titulado †œNergal y Ereshkigal† (ANET, págs. 103-4) relata cómo Nergal fue llamada al averno porque no pagó los debidos respetos al mensajero de Ereshkigal Namtar. Sin embargo, Nergal puso sus propias fuerzas en las diferentes puertas y dominó a Ereshkigal. El la preservó y aceptó su proposición de gobernar el averno juntamente con ella. Las deidades del averno fueron grandemente temidas a causa de sus poderes destructivos y a menudo se les suplicaba en oraciones y encantamientos mágicos.
IV. La Trama.
A. El Motivo de la Diosa. La versión acadia no deja en claro por qué la diosa hizo su descenso. El sumerio lee: †œMihija ha demandado el †˜gran arriba†™, ha demandado el †˜gran abajo†™,†¦† Parece que Inanna deseaba tener dominio no sólo sobre el cielo sino también sobre el averno.
B. La Preparación. El texto sumerio dedica aproximadamente 100 lí­neas a los preparativos de Inanna para su descenso. Ella abandona sus templos en 7 ciudades y reúne los decretos y varios adornos. El me o decreto era †œuna serie de reglas y disposiciones asignadas a cada entidad cósmica y fenómeno cultural con el propósito de mantenerlas operando para siempre †¦† (S. N. Kramer, The Sumerians, pág. 115). Inanna le indica a su visir lo que éste debe hacer en caso de que ella no regrese. El texto acadio pierde tiempo en describir los preparativos de Istar.
C. El Arribo. Su llegada al †œpalacio, la montaña lazulita† es más gráficamente descrita en el acadio que en el sumerio. El lugar de terror es descrito ví­vidamente como un lugar:
Donde el polvo es su comida y la arcilla su alimento,
(Donde) no ven luz, residiendo en tinieblas,
(Donde) están vestidos como las aves,
con alas de vestuario,
Istar entonces amenaza al portero, advirtiéndole:
Si tú no abres la puerta para que yo pueda entrar,
Yo destrozaré la puerta. Yo haré trizas el cerrojo,
Yo levantaré los muertos, y comeré los vivos,
De tal manera que los muertos serán más numerosos que los vivos.
Las lí­neas finales son extremadamente interesantes. La versión de Asur dice: †œDe tal manera que los vivos serán más numerosos que los muertos.† En cada caso Istar amenaza que levantará y liberará a los muertos. Es interesante que la promesa de una resurrección se ve aquí­ no como una esperanza sino como una calamidad. Esto fue temido especialmente por Ereshkigal, quien estaba preocupada por que el abastecimiento de la comida, que era ofrecida por los vivos en favor de los muertos, fuera cortado. Ella gime, †œ¿Comerí­a arcilla por pan, beberí­a agua enlodada por cerveza?†
D. El Despojo del Vestuario. En ambas versiones la diosa es conducida a través de siete puertas en cada una de las cuales uno de sus siete objetos de vestir o adornos es quitado hasta que queda totalmente desnuda. Evidentemente, las reglas del averno no permití­an a nadie llegarse a la presencia de Ereshkigal excepto en esa condición. La lista de objetos usados por la diosa difiere en las dos versiones. Son como sigue:
Sumeria Acadia
1. corona 1. corona
2. caña de medir y cuerda de lazulita 2. aretes
3. collar de bolitas de lazulita 3. collar de bolitas en forma de huevo
4. pendiente con bolitas dobles en forma de huevos 4. adornos del pecho
5. un brazalete de oro 5. una faja con la Piedra-de- (fácil) Alumbramiento
6. un pectoral 6. broches alrededor de las manos y los pies
7. traje-pala de señorí­a 7. taparrabo
En la versión sumeria la descripción de sus preparativos incluye otros dos objetos: una †œpeluca† o †œmechones de cabello† y aceite para untarse en los ojos. Las descripciones del aceite y del pectoral son extraordinariamente modernas. A lo primero se le llama: †œÂ¡Hombre, ven, ven!†, y al último: †œEl (el hombre) vendrá, él vendrᆝ, esto es, †œseductora del hombre†, y †œtentadora del hombre†, al igual que un perfume femenino se llamarí­a †œtentación†, en nuestros dí­as. Un catálogo mucho mayor de objetos asociados con la estatua de la diosa es discutido por W. F. Leemans en su monografí­a, Ishtar of Lagaba and her Dress, E. J. Brill, Leiden, 1952. Entre los objetos de piedras preciosas y metales y de vestidos, vulvae de oro y plata, indican la adoración de Istar como una deidad de la fertilidad.
E. La Ejecución. De acuerdo con el texto sumerio la ejecución se realiza ante el Anunnaki, los siete jueces, cuando Ereshkigal clavó su mirada sobre su hermana. El cadáver fue entonces colgado de un clavo. El texto acadio habla de Namtar quien ataca a Istar con sus sesenta enfermedades. A la muerte de la diosa toda reproducción cesa entre hombres y bestias.
F. La Apelación. En el texto acadio el visir de Istar, Papsukkal, acude a Ea pidiendo ayuda. En el relato sumerio, el ministro de Inanna, Ninshubur, sigue sus instrucciones †œdespués que tres dí­as (y) tres noches han pasado†, y levanta una conmoción:
Tocó por ella el tambor en el altar de la asamblea,
Divagó buscándola en las casas de los dioses,
Desgarró sus ojos por ella, desgarró su boca por ella.
El buscó ayuda primero de Enlil, en Nippur y luego de Nanna, en Ur pero sin éxito; recibió ayuda, sin embargo, de Enki, en Eridu. El apeló a Enki indicándole la posible pérdida de los adornos celestes:
No permitas que tu buen metal sea cubierto con el polvo del mundo inferior.
No permitas que tu buen lazulita sea roto en la piedra del cantero.
No dejes que tu boj sea cortado en la madera del carpintero.
Estas pueden ser descripciones poéticas del cuerpo de la diosa misma en vez de referencias a sus adornos.
G. El Rescate. En el relato sumerio, Enki crea dos criaturas asexuales, el kurgarru y la kalaturru a quienes encarga †œel alimento de la vida† y †œel agua de la vida†. Después que Enki se niega a ser sobornado por los regalos, ellos tuvieron éxito en revivir a la diosa rociándola con los elementos de la vida. En el relato acadio, Ea crea un eunuco, Asushunamir -†œSu apariencia es brillante† – quien evidentemente deslumbra a Ereshkigal. A. Leo Oppenheim sugiere que los rescatadores fueron criaturas asexuales para impedir cualquier maldición que Ereshkigal pudiera haber hecho, una maldición que †œpresumiblemente enumeraba todas las divinidades del panteón por nombre, incluyendo expresamente su prole aún no nacida, masculinos tanto como femeninos, en total todos los nacidos de la matriz† (Mesopotamian Mythology III, Orientalia, XIX, 1950, pág. 132).
H. El Ascenso. Una vez traí­da de nuevo a la vida, los problemas de la diosa no terminaban. Todaví­a necesitaba conseguir un substituto para tomar su lugar en el averno. Esto es claramente establecido en la versión acadia: †œSi ella no te da un pago de rescate, tráela nuevamente.†
I. La Búsqueda de Dumuzi. La tableta de Yale de 91 lí­neas, 31 de las cuales son nuevas, las que Kramer publicó en JCS (IV, 1950, págs. 199-214), relata cómo Inanna es acompañada en su búsqueda de un substituto adecuado por una compañí­a de demonios avampirados, pequeños y grandes, que están muy deseosos de cumplir su deber. Por cierto, ellos casi arrastran a Ninshubur, el fiel ministro de Inanna, antes que ella pueda interceder por él. De igual manera, ellos quieren tomar a su peluquero, Shara; pero ella interviene. Ellos llegan a Kullab donde ella encuentra que su esposo Dumuzi, en vez de llorar su ausencia, se †œhabí­a vestido a sí­ mismo en un traje noble, se habí­a sentado noblemente en (su) asiento†. Con furia, Inanna, †œclavó sus ojos sobre él, el ojo de muerte†, y dice: †œEn cuanto a él, llévenselo.† En desesperación Dumuzi le pide al hermano de Inanna, Utu, que lo cambie en una serpiente para poder escapar.
J. La Muerte de Dumuzi. En este punto tan emocionante las tabletas disponibles se habí­an roto; hasta 1960, cuando un nuevo poema, †œLa Muerte de Dumuzi†, reveló claramente el trágico fin. Este mito muestra que Dumuzi tení­a presentimientos de su muerte a través de sueños, los cuales fueron interpretados por su hermana Geshtinanna. El intenta esconderse entre las plantas y entonces le suplica a Utu que lo cambie en una gacela para que pueda escapar de la galla de demonios que lo persiguen. El los elude una vez y entonces escapa por segunda vez hacia la diosa Belili. La tercera vez cinco demonios lo alcanzan cuando iba hacia el redil de Geshtinanna. Los demonios entran uno después del otro. Uno †œgolpea a Dumuzi en la mejilla con una †œpuntilla penetrante†, y otro †œgolpea a Dumuzi en la mejilla con el cayado del pastor†.
La mantequera santa yace (despedazada) no se le echa leche,
La copa yace (despedazada), Dumuzi ya no vive más
El redil es dado al viento.
K. La Conclusión Acadia. Las últimas doce lí­neas del texto acadio han sido generalmente tomadas como una indicación de la resurrección de Tamuz. Las primeras cuatro lí­neas hablan del funeral de Tamuz. Las siguientes cuatro lí­neas son acerca de la diosa Belili, a quien se la considera Istar. El mito sumerio †œLa Muerte de Dumuzi† ahora indica que Belili era probablemente otra diosa. Las últimas cuatro lí­neas terminan así­:
¡Mi único hermano, no me hieras! En el dí­a cuando Tamuz viene a mí­, Cuando con él la flauta de piedra (y) el anillo carmesí­ vengan a mí­, Cuando con él los hombres que se lamentan y las mujeres que se lamentan vengan a mí­,
Puedan los muertos levantarse y oler el incienso.
Este puede no ser un caso de resurrección real sino más bien el ascenso de los espí­ritus a oler el incienso quemado y a participar de las ofrendas hechas por los muertos. De igual manera, los espí­ritus abandonados y hambrientos se levantarí­an y comerí­an de los desechos tirados en las calles, y otros espí­ritus tales como el de Enkidu en la Epica de Gilgamesh serí­an llamados para dar información. (Alexander Heidel, The Gilgamesh Epic and O. T. Parallels, pág. 207).
V. Relación con los Estudios Bí­blicos.
Hubo un tiempo cuando algunos eruditos buscaron reducir el Antiguo Testamento a una colección de mitos babilónicos. Alfred Jeremias, por ejemplo, vio el mito de Tamuz en la historia de José (The O.T. in the Light of the Ancient East, G. P. Putnam†™s Sons, New York, 1911, Vol. II, capí­tulo 17). El escribió: †œSe cree que el viaje con los mercaderes de esclavos se detuvo en el averno †¦ La prisión es igualmente el averno† (pág. 65).
Muchos escritores también han visto en Tamuz el prototipo de Cristo. Por ejemplo, Paul Carus dice: †œEl antiguo Tamuz es uno de los prototipos más importantes de Cristo. El es un dioshombre, una encarnación de la deidad que nace como un ser humano, muere en el curso del tiempo y se despierta a la vida nuevamente (citado por Wilfred Schoff, †œTammuz, Pan, and Christ,† The Open Court, XXVI, 1912, pág. 545).
Estos paralelos no pueden ser mantenidos ya, porque: (1) Tamuz no se levantó de los muertos, y (2) Istar no descendió para liberar a los muertos. Istar murió y necesitó un substituto para poder regresar al cielo.
BIBLIOGRAFIA: O. R. Gurney, †œTammuz Reconsidered: Some Recent Developments†, Journal of Semitic Studies, VII, 1962, págs. 147-159. Alexander Heidel, The Gilgamesh Epic and O. T. Parallels, University of Chicago, Chicago, 1949. S. N. Kramer, †œ†˜Inama†™s Descent to the Nether World†™ Continued and Revised†, JCS, V, 1951, págs. 1-17; History Begins at Sumer, Doubleday and Co., Inc., Garden City, New York, 1959; The Sumerians, University of Chicago, Chicago, 1963. E. A. Speiser, †œDescent of Ishtar to the Nether World†, Ancient Near Eastern Texts, ed.  J. B. Pritchard, Princeton University Press, Princeton, 1955.

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico