La antigua ciudad de Debir o Quiriat-Sefer (Jos. 15:15) era una ciudad cananea en el territorio montañoso del sur de Judea (Jos. 10:38; 12:13). Estaba ocupada por los anaceos en la época en que Josué la tomó (Jos. 11:21). En algunos relatos la conquista de la ciudad se atribuye a los calebitas (Jos. 15:15-17; Jue. 1:11-15). Posiblemente ellos fueron los conquistadores actuales bajo Josué, aunque los relatos de su conquista pueden referirse a una nueva captura de la ciudad seguida de su pérdida después de una victoria inicial sobre los ocupantes.
Cuando Israel organizó la tierra con propósitos administrativos la ciudad de Debir fue un centro administrativo (Jos. 15:49). También se la menciona como una de las ciudades levíticas (Jos. 21:15; 1 Cr. 6:58).
I. Identificación. La identificación exacta de la ciudad ha sido muy difícil. Topográficamente, debe buscarse el sition en el área de Hebrón (Jue. 1:10 y sigtes.). Históricamente, el sitio fue ocupado en tiempos pre-israelitas y más tarde fue ocupado por los israelitas aunque el Antiguo Testamento no indica la época de su ocupación. Actualmente en el área general de Hebrón hay un número de sitios que son apropiados topográficamente —Zahariyeh (19 kms. al sur de Hebrón), Khir-bet Rabud, Kirbet Zanuta y Khirbet Tarrameh. Sondeos en Sahariyeh no mostraron ningún indicio de la ciudad cananea ( BASOR , 47, 1932, pág. 16). La identificación más aceptable es, sin embargo, la propuesta en 1924 por W. F. Albright, es decir, Tell Beit Mirsim, a unos 28 kms. al suroeste de Hebrón. Las excavaciones durante los años 1926 a 1932 revelan un largo período de ocupación que se extiende desde la parte final de la edad del bronce primera, toda la edad del bronce medio, la última edad del bronce y hasta el fin de la II parte de la edad del hierro.
II. El Relato Arqueológico. El relato arqueológico puede ser fácilmente correlacionado comparativamente con el relato bíblico.
Tell Beit Mirsim fue ocupada en la I parte de la edad del bronce medio ( ca. 2100–1910 a. de J.C. ) y es representativa de las ciudades que existían en Palestina en los días de Abraham. La tierra fue dominada por Egipto durante ésta y la posterior edad media del bronce II. Parece claro que la ciudad fue destruida en la época de la invasión de los hiksos, el período probable de la emigración de Jacob a Egipto. Este pueblo edificó sobre el mismo sitio y protegió la ciudad con una muralla de tierra asentada. Casas bien construidas y trabajo artístico en metal, marfil, hueso y piedra denotan una considerable prosperidad. Cuando los hiksos que gobernaban en Egipto fueron finalmente depuestos ca. 1550 a. de J.C. , Tell Beit Mirsim fue destruida nuevamente aunque más tarde fue reedificada. La ciudad cananea del bronce último fue pobre comparada con la rica ciudad de los hiksos. Esta ciudad fue destruida en la última parte del siglo XIII por un fuego tan grande que dejó casi un metro de cenizas en algunas áreas. La destrucción fue probablemente debida a los israelitas (Jos. 10:38).
La siguiente ciudad fue construida por los israelitas. Evidentemente estaba dentro de la esfera de la influencia filistea a juzgar por la cerámica filistea encontrada en la ciudad. Fue finalmente quemada ca. 1050 a. de J.C. , probablemente en el tiempo de la invasión filistea cuando *Silo fue destruida (1 S. 4). David reconstruyó la ciudad y la fortificó con dobles murallas, ligada a intervalos (con paredes casamatas). La ciudad fue destruida de nuevo, probablemente por el faraón Sisac, en 918 a. de J.C. (1 R. 14:25–28; 1 Cr. 12:9 sigtes.). Fue reconstruida otra vez, posiblemente por Asa ( ca. 913–873 a. de J.C. ; véanse 1 R. 15:23; 2 Cr. 14:6, 7). En años subsiguientes la ciudad llegó nuevamente a ser próspera. Las excavaciones sugieren que una industria textil floreciente fue establecida aquí la que alcanzó su cenit en el siglo VIII a. de J.C. Hay evidencia de ataques posteriores, posiblemente por Senaquerib el asirio en 701 a. de J.C. , y por otros dos invasores durante el siglo siguiente. A fines del siglo VII la ciudad declinó rápidamente. Fue destruida por Nabucodonosor en 587 a. de J.C. y nunca más se reconstruyó.
BIBLIOGRAFIA: W. F. Albright, The Excavation of Tell Beit Mirsim, Annual of the American Schools of Oriental Research, XII, 1930–31; XIII, 1931–32; XVII, 1936–37, XXI-XXII, 1941–43; The Archaeology of Palestine, 1960.
Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico