(Del griego theos que significa dios; y sophia que significa sabiduría.)
Doctrina esotérica. Debe distinguirse entre dos asuntos muy relacionados, el teosofismo (una doctrina secreta) y la Sociedad Teosófica fundada por Helena Petrovna Blavatski, Henry S. Olcott y William Quan Judge en 1875. Entre sus principales expositores estuvo Annie Besant.
El teosofismo es una combinación de creencias del ® GNOSTICISMO, ® NEOPLATONISMO, la ® CíBALA JUDíA, el ® OCULTISMO y el ® HERMETISMO. También se les llama «teosofía» a ciertas doctrinas místicas de los siglos XVI y XVII. Algunos asignan ese nombre a varias escuelas con características gnósticas como grupos rosacruces, ciertos grupos espiritistas y ocultistas, e incluso a alguna rama de la masonería; pero esas afirmaciones no deben aceptarse en forma absoluta.
La teosofía, como la proclamaron las señoras Blavatski y Besant, afirma basarse en la verdad divina; en ella se encuentran elementos extraídos de Confucio, Buda, Zoroastro, Pitágoras, Platón, etc., así como de supuestas encarnaciones de Siva y Vishnú, Sankara y Jesús. El hombre, según esa doctrina, es un alma dotada de varios cuerpos (físico, astral y mental). La muerte consiste en abandonar un cuerpo físico para reencarnar en otro. Por tanto, creen en muchas vidas cuyas reencarnaciones dependen del karma (o acción), una ley de causalidad y retribución. Los llamados maestros, adeptos y «mahatmas» de una llamada Gran Fraternidad Blanca se mantienen en contacto con los seres humanos en el proceso de evolución hacia el hombre perfecto.
La Sociedad Teosófica se propone formar una fraternidad universal, estudiar la teosofía y continuar las investigaciones sobre ese y otros temas relacionados. Se ha extendido por numerosas naciones. Se le concede el mérito de haber dado a conocer a un gran sector las creencias y la historia de las religiones orientales.
Uno de los grandes líderes de la Sociedad Teosófica, C.W. Leadbeater, fue consagrado como obispo de la Iglesia Católica Liberal. Desde su sede en Madrás, India, la sociedad proclamó al niño Jiddu Krishnamurti como reencarnación del Maestro Supremo, pero Krishnamurti rechazó esa supuesta condición y se alejó del movimiento.
Varios intelectuales latinoamericanos estuvieron bajo cierta influencia teosófica, así como hasta algunos presidentes de países de la región, entre ellos Maximiliano Hernández Martínez de El Salvador.
Fuente: Diccionario de Religiones Denominaciones y Sectas
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Es el estudio o el saber religioso, es decir referido a Dios (Teos), que implica compromiso o sabiduría práctica (sofos).
El término teosofía se asoció frecuentemente una forma un tanto tendenciosa, parcial y supersticiosa, de entender la realidad divina, a diferencia de la Teología que se apoya en la misma revelación de Dios sobre sí mismo.
La Teosofía se vincula con frecuencia a la realidad misteriosa de Dios en cuanto puede generar determinadas fuerzas y capacidades ocultas (adivinación, poderes ocultos, misterios reservados, poderes taumatúrgicos, etc.)
El término, que fue usado en los tiempos primitivos como sinónimo de sabiduría divina, se degeneró a finales de la Edad Media y en el Renacimiento, como aplicable a los que pretendían conocer cosas divinas en secreto y contar con ayudas celestiales en clave mágica.
Hubo teósofos, como Paracelso, que asociaron la acción divina a sus prácticas alquimistas o mágicas y afirmaron o sugirieron que Dios actuaba a través de sus actividades científicas o antropológicas. Se llamaron a sí mismos «sabios en las cosas divinas» (teósofos).
Esa actitud se desarrolló en el siglo XIX por efecto de las influencias de los racionalistas, positivistas y científicos que pretendieron marginar las religiones positivas para explicar muchos hechos humanos, sociales y personales. Al no poder prescindir de la Teología, pretendieron humanizarla, racionalizarla, y la llamaron «Teosofía». No estuvieron lejos de esta vana pretensión los promotores de sociedades secretas, como la masonería. Por eso se multiplicaron autores que cultivaron la mística natural, la creencia en las fuerzas ocultas de la naturaleza, la defensa a ultranza de un Dios amorfo y natural, propio del Deísmo y de la Filantropía, la duda sobre el presentado como Padre, como Trino en personas y como Providente con los hombres.
Hallaron buen apoyo con frecuencia en las influencias del budismo oriental y de los grupos hinduistas que se extendieron por Occidente. Asociaron a la influencia divina la visión mística de la vida o de la naturaleza. Así actuaron H.P. Blavatsky (1831-1891), R. Steiner (1861-1925) o F. Schelling (1775-1854) y otros que se desviaron hacia el cultivo de las ciencias ocultas como C. du Prel (1839-1999) o hacia la mística filosófica como Ernesto Troeltsch (1865-1923).
Algunos grupos semireligiosos recientes, americanos sobre todo, han empleado el término con sentido parcial, como una síntesis entre el conocimiento natural de Dios y las transformaciones de la sociedad y de la vida por fuerzas divinas naturales, no sobrenaturales. Así ha hecho la «Sociedad teosófica americana» y los muchos autores decimonónicos que cultivaron el esoterismo, el espiritismo, el panteísmo o el misticismo afectivo.
Incluso han existido formas teosóficas cercanas al cristianismo. A. Rosmini, en su libro «Teosofía», define la idea de sabiduría divina de una forma cercana al panteísmo, sin llegar a él. Dios está en el ser de las cosas, desde las naturales a las sobrenaturales. Descubrirlo y adorarlo es de sabios. Los que se dan cuenta de ello son teósofos.
En tiempos más recientes, los afanes y las influencias orientalistas (budistas, lamaístas, hinduistas) han multiplicado las actitudes teosóficas, resaltando la influencia natural de la divinidad en la vida humana y tratando de hallar en actitudes místicas y contemplativas una explicación a la vida mejor que la ofrecida por las ciencias positivas.
En el terreno de las ciencias y de la literatura, también han existido a veces afinidades teosóficas. Y lo mismo se ha dado en algunos grupos o sectas vinculados ideológicamente a las principales religiones monoteístas: cristiana, judaica, islamista. Por eso se asocia con frecuencia el término de teosofía (no teología o teodicea, revelación o razón) a las creencias panteístas, emanatistas y vitalistas frecuentes en Oriente (metempsícosis, nirvana, conciencia íntima, yo divino, iluminación, contemplación, etc.), que se basan más en la intuición y en la imaginación que en la razón.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
Del griego theos – sophía, en su uso más general, este término designa un conocimiento de Dios y de las cosas divinas, como fruto no solamente de un proceso especulativo del entendimiento, sino más bien del ardor del sentimiento religioso que desea penetrar y saborear la ciencia divina.
Pero históricamente la palabra «teosofía» se ha utilizado de dos maneras:
a) en el sentido general de doctrina del ente, para indicar la ontología, la cosmología y la teología natural (cf A. Rosmini, Teosofía, 5 vols., Turín 1874); b) en relación con los que se creen depositarios de un saber inspirado-esotérico. En este segundo sentido pueden considerarse teosóficos la gnosis, el neoplatonismo, las especulaciones de J BOhme (t 1624) y sobre todo la «Sociedad teosófica», fundada por Helena Blavatski (t lS91) en l875 en Nueva York, junto con el coronel H. S. Olcott, verdadero organizador de la sociedad.
Basada en tres principios fundamentales, la hermandad universal de la humanidad, el estudio comparado de las religiones, de la filosofía y de las ciencias, y la investigación de las leyes sin explicar de la naturaleza y de los poderes escondidos del hombre, esta Sociedad pretendía poseer y transmitir una sabiduría secreta que en realidad no era otra cosa más que el resultado de una mescolanza de doctrinas orientales, de investigaciones espiritistas mediúmnicas, de interpretaciones arbitrarias del cristianismo y de las otras religiones históricas.
Hoy, en un contexto socio-cultural de encuentro entre los diversos pueblos y religiones, es posible encontrar incluso como reacción frente a una mentalidad tecnicista cada vez más difundida, un nuevo interés por la teosofía, sobre todo por su idea central de no identificarse con ninguna religión en particular para poder realizar una forma de sincretismo religioso-filosófico universal.
G. Occhipinti
Bibl.: Teosofía, teosofismo. en ERC, VIII, 132- 136; J, García Biedma, Sociedad teosófica española, en J. García Hernando (ed,). Pluralismo religioso. 11, Atenas, Madrid 1993, 585-623; J. Tusquets. El Teosofismo, Subirana, Barcelona 1959.
PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995
Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico
Construido simplemente, el término significa Dios-sabiduría, pero puesto que el teósofo no proclama el conocimiento como una revelación de Dios, sino el conocimiento adquirido (mediante facultades astrales) el término bien puede significar sabiduría divina.
En una manera más elaborada, el término es construido como sabiduría extratemporal porque su logro depende de la experiencia del teósofo de retirarse dentro del cuerpo mental y encontrar allí las respuestas a los secretos de la vida que vienen de los espíritus o que son enseñadas por maestros reencarnados.
La teosofía, por lo tanto, es una especie de religión propagada por la Sociedad Americana de Teosofía y otras de este tipo. El término proclama un sistema religioso autosoteriológico. Las experiencias de salvación dependen del conocimiento que de una manera especial se obtiene del mundo del espíritu directamente o a través de maestros reencarnados. La encarnación del maestro supremo es un Cristo.
BIBLIOGRAFÍA
Wm. O. Judge, The Ocean of Theosophy; J.K Van Baalen, The Chaos of the Cults. En español: El Caos de las Sectas, J.K. van Baalen, TELL; El Plan de la Salvación, B.B. Warfield, TELL; Protestante ¿Por qué?, F. Durrlemann, TELL.
- Sivertsen
Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (605). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Fuente: Diccionario de Teología