Las villas se agrupaban generalmente alrededor de una población fortificada a la que la gente podía huir en tiempo de guerra. Los labradores caminaban diariamente a sus campos, algunos bastante distantes de la villa.
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
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Entre los romanos, era la tierra perteneciente a un señor que la cultivaba con esclavos o con colonos que pagaban un tributo. Entre los pueblos bárbaros siguió llamándose así la aldea rural, pero quedó exenta de dependencia de un señor feudal. Por lo general perteneció a la jurisdicción directa de un príncipe o del rey. Se multiplicaron las villas desde el siglo VIII y el hecho de pagar tributos directos al rey dio a sus habitantes cierto tono de libertad y distinción.
La riqueza vino a las villas de la ausencia de tierras de cultivo para todos sus moradores. Por eso los villanos tuvieron que dedicarse a las artesanías y a otros oficios rentables, así como al comercio activo y pasivo que multiplicó los mercados, las ferias y las transacciones con otras villas o con los campesinos de los entornos que acudía a sus plazas a proveerse de lo necesario.
En las villas, que crecieron rápidamente, se perfilaron pronto demarcaciones o parroquias y en ellas se construyeron templos parroquiales. Entre los templos significativos, uno fue el que albergó la cátedra del obispo (catedral). En ese templo, más dotados de bienes y recursos que los otros, se fueron multiplicando las expresiones de arte, las actividades de piedad y los estudios generales promotores de cultura y ciencia.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
Notas: (1) polis, para lo cual véase CIUDAD, se traduce «villas» en Tit 1:5 (RV; RVR: «ciudad»). (2) Para komopolis, traducido «villas» en Mc 1.38 (VHA; «pueblos» en VM, Besson, RVR77, LBA, NVI; RVR: «lugares»), véase LUGAR, A, Nº 3.
Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento