La palabra no aparece en la Biblia, pero es un nombre personal común y uno de los grandes nombres reales de Egipto. Fue dado a cuatro reyes de la XVIII dinastía. El más sobresaliente fue Tutmosis III, uno de los más grandes líderes militares y administradores de la antigüedad. Tutmosis II se casó con su medio hermana Hatshepsut, y la hija de ellos llegó a ser la esposa de Tutmosis III. Después de la muerte de Tutmosis II Hatshepsut fue regente por un tiempo y hasta se hizo proclamar †œrey†; al morir ella, Tutmosis III irrumpió de la oscuridad e intentó eliminar toda mención de esta tía y suegra.
Comenzó sus 17 expediciones a Palestina-Siria con una brillante victoria estratégica sobre una coalición asiática en Meguido. Llegó más allá del Eufrates y levantó un pilar junto al que había dejado su abuelo (Tutmosis I). Extendió la frontera sur hasta Gebel Barkal, justamente debajo de la cuarta catarata. El tributo ganado por sus éxitos enriqueció grandemente el sacerdocio de Amón en Tebas, en tanto que el influjo de productos y pueblos extranjeros efectuó un cosmopolitalismo que eventualmente contribuyó al quebrantamiento del imperio que había sido creado en gran medida por las habilidades de Tutmosis III. Por varias razones Tutmosis III ha sido considerado el faraón de la opresión, y su sucesor, Amenhotep II el faraón del éxodo. Tutmosis IV, el hijo de Amenhotep II, es el último de los reyes de este nombre. El Pilar del Sueño, que aún está entre las piernas delanteras de la esfinge en Giza, relata cómo él llegó al trono.
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano