(heb., sarah, saray; gr., Sara, princesa). Ella era diez años más joven que Abraham y se casó con él en Ur de los caldeos (Gen 11:29-31). Era medio hermana de Abraham (Gen 20:12). Su nombre era originalmente Sarai. Tenía aprox. 65 años de edad cuando Abraham salió de Ur para Harán. Más tarde, acompañó a Abraham a Egipto y fue allá donde la hizo pasar por su hermana porque él temía que los egipcios lo matarían si supieran que ella era su esposa. Años más tarde, Abraham hizo la misma cosa en Gerar (Gen 20:1-18). La intervención de Dios protegió a Sara; Abraham fue reprendido por los gobernantes paganos. Aún sin hijo a la edad de 75 años, Sara indujo a Abraham a tomar a su sierva Agar como concubina.
Un hijo nacido de esta mujer sería considerado como el hijo y heredero de Abraham y Sara. Cuando Agar concibió, ella trató a su ama con tal insolencia que Sara la echó de la casa. Agar, sin embargo, regresó por la orden de Dios, se sometió a su ama, y dio a luz a Ismael. Después, cuando Sara tenía cerca de 90 años, Dios le prometió un hijo; su nombre fue cambiado; y un año más tarde nació Isaac, el hijo de la promesa (Gen 17:15-27; Gen 21:1-3). Unos pocos años más tarde, en una gran fiesta celebrando el destete de Isaac, Sara observó a Ismael burlándose de Isaac, y exigió la expulsión de Agar y de Ismael (capítulo 21). Abraham con renuencia accedió, después que Dios le ordenó que lo hiciese. Sara murió en Quiriat-arba (He-brón) a la edad de 127 años y fue sepultada en la cueva de Macpela, que Abraham compró como sepulcro familiar (Gen 23:1-2). Sara es mencionada de nuevo en el AT solamente en Isa 51:2, como la madre de la raza escogida. Ella es mencionada varias veces en el NT (Rom 4:19; Rom 9:9; Gal 4:21—Gal 5:1; Heb 11:11; 1Pe 3:6).
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
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Se hizo pasar por hermana de Abraham en otra ocasión, en la corte de Abimelec, rey de Gerar, de acuerdo con las instrucciones de su esposo: “Esta es la merced que tú harás conmigo, que en todos los lugares adonde lleguemos, digas de mí: Mi hermano es” (Gn. 20.13), palabras que superen una línea de conducta permanente. Este incidente aumentó aun más la fortuna de Abraham, por los presentes que recibió como compensación como esposo agraviado (Gn. 20.14).
Su esterilidad fue motivo de constante reproche para Sarai, quien entregó su sierva, la egipcia *Agar, a su esposo para que la tomara como concubina. El embarazo de Agar hizo nacer sus celos, y la maltrató de tal forma que Agar huyó durante un tiempo. A su regreso nació Ismael (Gn. 16).
A la edad de noventa años se le cambió el nombre por el de Sara, y el de su esposo de Abram por Abraham. Yahvéh la bendijo, y le dijo que tendría un hijo, y que ella se convertiría en madre de naciones” (Gn. 17).
Cuando a Abraham le fue concedida una teofanía, le pidió a Sara que hiciera panes para los visitantes divinos. Ella oyó la profecía acerca de su hijo y se rio; luego, temerosa, negó haberse reído, con las palabras “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” (Gn. 18.14). Con el nacimiento de Isaac cesó el reproche de Sara. La irritó tanto la burla de Ismael en la fiesta de celebración del destete de Isaac, que pidió la expulsión de Agar y su hijo (Gn. 21).
Murió en *Quiriat-arba a la edad de 127 años y fue sepultada en la cueva de la heredad de Macpela (Gn. 23.1ss) (* Hebrón).
Is. 51.2 nombra a Sara como ejemplo de confianza en Yahvéh. En el
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico