El libro de Nehemías cierra la historia del período bíblico. Estrechamente relacionado con el libro de Esdras, según el concepto judío antiguo, formaban una unidad. Presenta la historia y las reformas de Nehemías el gobernador desde el año 444 hasta aprox. el año 420 a. de J.C.
Bosquejo:
I. Nehemías regresa a Jerusalén (Neh 1:1—Neh 2:20)
II. Construyendo a pesar de la oposición (Neh 3:1—Neh 7:4)
III. Genealogía de los primeros cautivos que regresaron (Neh 7:5-73 [= Ezr 2:2-70])
IV. El avivamiento y la confirmación del pacto (Neh 8:1—Neh 10:39)
V. Los moradores de Jerusalén y sus genealogías (Neh 11:1—Neh 12:26)
VI. Reformas finales (Neh 13:1-31)
La gran tarea que pesaba sobre Nehemías, de reconstruir el muro de Jerusalén, dependía de la obtención del permiso del rey. Con anterioridad, Esdras había regresado a Jerusalén, pero había sido estorbado en su trabajo por decretos reales adversos obtenidos por sus enemigos. En la providencia de Dios, Nehemías obtuvo el restablecimiento del favor real. La tarea en sí de la construcción del muro fue entregada por sectores a los diferentes líderes.
Aunque Nehemías encontró oposición por parte de Sanbalat, el muro fue completado con éxito.
La reforma de Nehemías comprendió la enseñanza de la ley de Moisés por parte de Esdras y otros en la fiesta de los tabernáculos (ordenada en Deu 31:10). Esto llevó a la gran oración de confesión que encontramos en el cap. 9. Se selló solemnemente un pacto de caminar en la ley del Señor tal como les fuera dada por Moisés (Deu 10:29).
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
En el †¢canon hebreo este libro figura entre los †œEscritos† (Ketuvim) como una unidad con †¢Esdras. Así figura también en la †¢Septuaginta y en la Vulgata. Algunos eruditos sugieren que la división de Esdras y N. fue introducida por Orígenes. Lo mismo hizo más tarde Jerónimo, que denominó a los libros †œI y II E.†. El texto de N. y Esdras se ha conservado muy bien.
Autor y fecha. El Talmud reconoce a †¢Esdras, un sacerdote y escriba, como el autor de los libros de Esdras, N. y los libros de Crónicas. Se han señalado varias razones de carácter histórico y literario que sugieren dudas sobre eso. Los libros en sí mismos no dicen específicamente que fueran escritos por Esdras. Por eso algunos exegetas, cuando se refieren al autor de ellos, le llaman †œel cronista†, lo cual puede suponer o no que Esdras fuera el responsable de estas obras.
eruditos opinan que N. fue escrito por varios autores. Que quizás el gobernador N. escribió sólo la primera parte (caps. 1 al 7), puesto que habla en primera persona. Pero que la segunda parte (caps. 8 al 12:26) se atribuye a otro individuo que, en tiempos posteriores, adicionó materiales que formaban parte de los archivos o colecciones de documentos que sirvieron para elaborar los libros de las Crónicas. Se basa esta opinión en los siguientes hechos: a) En esta porción del libro el estilo es diferente. b) N. abandona el primer plano, que es tomado por Esdras. c) En Neh 8:14 se habla del libro de la ley y no se menciona a Esdras por nombre. d) Por el parecido que hay en la redacción de Esd 3:1 y Neh 8:1.
embargo, después de muchas discusiones, todavía persiste la opinión de que los documentos básicos para esta obra provienen de apuntes hechos por el mismo Nehemías, que fueron luego trabajados por historiadores o compiladores en fecha posterior. El libro pudo llegar a tener la forma que vemos hoy en la última mitad del siglo V a.C.
Circunstancias históricas. La historia se desarrolla bajo el reinado del persa †¢Artajerjes I, llamado el †œLongímano† (465 al 425 a.C.). Hay cierta duda sobre quién fue primero a Jerusalén, sin Esdras o N. Lo cierto es que cuando éste va a Jerusalén hacía ya varias décadas del regreso encabezado por †¢Zorobabel. N. es nombrado gobernador. Va a Jerusalén, hace su obra y gobierna durante unos doce años. Luego regresa a Susa, donde queda por un tiempo indeterminado. Entonces regresa a su puesto en Jerusalén.
Malas noticias de Jerusalén. Unos viajeros que regresaron de Judea describen a N. el cuadro de desolación en que se encontraba la ciudad santa (†œEl remanente … están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado…†). N. se entristece y ora al Señor, confesando sus pecados y los del pueblo. Siente el deseo de ir a Jerusalén y pide a Dios que le dé gracia delante del rey para ello (Neh 1:1-11).
Dios mueve al rey. Artajerjes se dio cuenta de que su copero estaba triste y preguntó la causa. Tras escuchar la respuesta, el rey preguntó: †œ¿Qué cosa pides?† N. ora en ese instante y hace su petición de ser nombrado gobernador de Judea. Se le concede el nombramiento y los poderes. N. llega a Jerusalén y calla sus propósitos durante tres días. Inspecciona los daños en los muros. Luego reúne al pueblo y les comunica sus propósitos (Neh 2:1-20).
Comienza la obra de restauración. El que da el ejemplo es †œel sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes†. Cada familia se incorpora al trabajo. Las labores se distribuyen entre todos. Se da la lista de los restauradores indicando la sección de los muros en las cuales pusieron su esfuerzo (Neh 3:1-32).
Primera oposición. †¢Sanbalat, gobernador de Samaria, †œse enojó y se enfureció en gran manera† cuando supo de los trabajos. Comienza una campaña de burla y desprestigio (†œ¿Qué hacen estos débiles judíos?… Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará†) (Neh 4:1-6).
Segunda oposición. Cuando los enemigos de los judíos vieron que los trabajos avanzaban, deciden preparar un ataque sorpresivo (†œ… conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño…. No sepan ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos…†). Judíos que habitaban con los pueblos vecinos alertan a N., quien recurre a Dios en oración, con el pueblo, y organiza la defensa (†œ… con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada†) (Neh 4:7-23).
División interna. Los judíos pobres claman porque están endeudados. N. reúne a †œlos nobles y a los oficiales†. Se comprueba que cobraban interés a sus hermanos. Ante la amonestación de N. se decide perdonar las deudas y devolver las heredades a sus dueños. N. hace constar que no había hecho uso de los derechos de gobernador para su sostenimiento, que hizo también su parte en la reconstrucción, y que no había adquirido propiedad alguna (Neh 5:1-19).
Tercera oposición. Construido el muro y faltándole sólo las puertas, los adversarios invitan a N. a un terreno neutral (†œ… en algunas de las aldeas del campo de Ono†), con el propósito de hacerle mal allí. Su respuesta fue: †œYo hago una gran obra, y no puedo ir† (Neh 6:1-4).
Cuarta oposición. Recurren entonces los adversarios a la difamación. Envían una carta abierta (†œSe ha oído entre las naciones, y Gasmu lo dice, que tú y los judíos pensáis rebelaros…†). Acusan a N. de querer proclamarse rey. éste responde: †œNo hay tal cosa como dices, sino que de tu corazón tú lo inventas† (Neh 6:5-8).
Quinta oposición. Se usó entonces el arma del amedrentamiento. Un agente de los adversarios sugiere a N. que se esconda (†œ… y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte†). La respuesta de Nehemías fue: †œ¿Un hombre como yo ha de huir? ¿Y quién, que fuera como yo, entraría al templo para salvarse la vida? No entraré† (Neh 6:9-19).
termina el muro y se organiza a los porteros, cantores y levitas. Se ponen guardias. Se decide hacer un †¢censo, tomando en cuenta la lista genealógica de †œlos que vinieron con Zorobabel† (Neh 7:1-73).
Lectura de la ley. Se convoca al pueblo y †œel sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación†. Como el pueblo ya no conocía bien el hebreo, un grupo de levitas ayuda a que todos entiendan la lectura. Al principio la gente se entristece, pero luego, animados por Esdras, todos se regocijan. Deciden celebrar la †¢fiesta de los tabernáculos (Neh 8:1-16).
El pacto de N. Otra reunión se celebró en la cual los levitas oraron en alta voz, reconociendo al Dios de Israel y sus hechos en la historia. Hacen confesión de los pecados (†œNuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley†). Pero el pueblo decide que ahora van a reiterar lealtad a Dios (†œA causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes†). Se ponen las firmas en el †¢Pacto de Nehemías (Neh 9:1-38; Neh 10:1-39).
Distribución de la población. Se echan suertes para determinar quiénes vivirán en la ciudad de Jerusalén y quiénes en otras ciudades de Judá. Se da la lista de los escogidos y los que voluntariamente †œse ofrecieron para morar en Jerusalén† (Neh 11:1-36), así como de los sacerdotes y levitas (Neh 11:1-36; Neh 12:1-26).
Festejo por la restauración. Se convoca a todos los levitas del país y se forman dos coros que toman parte en una procesión sobre el muro, encabezada por los príncipes de Judá. Se hacen sacrificios especiales y se recogen grandes contribuciones. Se confirma la ofrenda para el sostenimiento de los levitas y cantores (Neh 12:1-47).
Viaje y regreso de Nehemías. N. vuelve a Susa y permanece allí. †œAl cabo de algunos días† pide permiso y regresa a Jerusalén, y encuentra que el sumo sacerdote Eliasib había tomado medidas desordenadas en la casa de Dios. Se hace una limpieza en el †¢templo. Se restituye el servicio de los levitas que habían abandonado a Jerusalén porque no recibían sus porciones legales. N. reorganiza todo. Hace que se guarde el día de reposo. Resuelve el problema de los matrimonios mixtos que todavía se hacían entre los judíos (†œLos limpié, pues, de todo extranjero, y puse a los sacerdotes y levitas por sus grupos, a cada uno en su servicio†). El libro termina con una oración que ha repetido varias veces: †œAcuérdate de mí, Dios mío, para bien† (Neh 13:1-31).
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
Libro de las Escrituras Hebreas que relata principalmente los acontecimientos que ocurrieron poco antes de la gobernación de Nehemías en Judá y durante el transcurso de la misma. (Ne 5:14; 13:6, 7.) Las palabras de apertura de este registro inspirado identifican al escritor como †œNehemías hijo de Hacalías† (Ne 1:1), y gran parte está escrito en primera persona.
Cuándo se escribió y tiempo que abarca. El mes de Kislev (noviembre-diciembre) de cierto año vigésimo es el punto de referencia con el que empieza la narración histórica. (Ne 1:1.) Según Nehemías 2:1, este año vigésimo debió ser el del reinado de Artajerjes. Obviamente, en este caso el año vigésimo no se calcula empezando en Nisán (marzo-abril), puesto que el Kislev del año vigésimo no podría entonces preceder a Nisán (mencionado en Ne 2:1) de ese mismo año. Por lo tanto, puede ser que Nehemías usase su propio cómputo de tiempo al calcular el año lunar, empezando con el mes de Tisri (septiembre-octubre), un mes que los judíos consideran, incluso en la actualidad, el primero de su año civil. Otra posibilidad es que se contase el reinado desde la misma fecha en que el monarca ascendía al trono. Esto pudo haber ocurrido así, aun a pesar de que los escribas babilonios continuaron, según su costumbre, contando los años del reinado de los reyes persas de Nisán a Nisán, como muestran sus tablillas cuneiformes.
Los datos históricos confiables y el cumplimiento de la profecía bíblica señalan que el mes de Nisán del año vigésimo del reinado de Artajerjes cayó en 455 a. E.C. (Véase PERSIA, PERSAS [Los reinados de Jerjes y Artajerjes].) Por consiguiente, el mes de Kislev que precedía al mes de Nisán de ese año vigésimo correspondía al año 456 a. E.C., y el año trigésimo segundo del reinado de Artajerjes (la última fecha mencionada en Nehemías [13:6]) incluiría parte del año 443 a. E.C. Por consiguiente, el libro de Nehemías abarca un período que va desde Kislev del año 456 a. E.C. hasta algún tiempo después del año 443 a. E.C.
Nehemías salió de Jerusalén en el año trigésimo segundo del reinado de Artajerjes. A su regreso, halló que los judíos no estaban contribuyendo para los sacerdotes y los levitas, se estaba infringiendo la ley del sábado, muchos se habían casado con mujeres extranjeras y la prole de los matrimonios mixtos ni siquiera sabía hablar el idioma de los judíos. (Ne 13:10-27.) El que las condiciones se hubiesen deteriorado hasta ese punto indica que la ausencia de Nehemías se prolongó por un considerable período de tiempo. No obstante, no hay forma de determinar cuánto tiempo después del año 443 a. E.C. terminó Nehemías el libro que lleva su nombre.
Armonía con los demás libros de la Biblia. El libro de Nehemías ensalza a Jehová Dios. Manifiesta que El es el Creador (Ne 9:6; compárese con Gé 1:1; Sl 146:6; Rev 4:11), un Dios que contesta las oraciones sinceras de sus siervos (Ne 1:11–2:8; 4:4, 5, 15, 16; 6:16; compárese con Sl 86:6, 7) y el Defensor de Su pueblo (Ne 4:14, 20; compárese con Ex 14:14, 25). Es un †œDios de actos de perdón, benévolo y misericordioso, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa† (Ne 9:17; compárese con Nú 14:18), †œel Dios de los cielos, el Dios grande e inspirador de temor, que guarda el pacto y la bondad amorosa para con los que lo aman y guardan sus mandamientos†. (Ne 1:5; compárese con Dt 7:9, 10, 21.)
En el libro de Nehemías pueden hallarse numerosas alusiones a la Ley. Estas incluyen: las calamidades que resultan de la desobediencia y las bendiciones que vienen debido al arrepentimiento (Le 26:33; Dt 30:4; Ne 1:7-9), préstamos (Le 25:35-38; Dt 15:7-11; Ne 5:2-11), alianzas matrimoniales con extranjeros (Dt 7:3; Ne 10:30), sábados, la cancelación de deudas (Ex 20:8; Le 25:4; Dt 15:1, 2; Ne 10:31), el fuego del altar (Le 6:13; Ne 10:34), la fiesta de las cabañas (Dt 31:10-13; Ne 8:14-18), la entrada de los moabitas y ammonitas en la congregación de Israel (Dt 23:3-6; Ne 13:1-3) y los diezmos, las primicias de los frutos y las contribuciones. (Ex 30:16; Nú 18:12-30; Ne 10:32-39.)
También hay información histórica en este libro que puede hallarse en otras partes de las Escrituras Hebreas. (Ne 9:7-35; 13:26; compárese Ne 13:17, 18 con Jer 17:21-27.) La historia de la época registrada en el libro ilustra otros pasajes bíblicos. Por ejemplo, los Salmos 123 y 129 hallan un paralelo histórico en lo que experimentaron Nehemías y los otros judíos con relación a la reedificación del muro de Jerusalén. (Ne 4:1-5, 9; 6:1-14.) El que Jehová hiciese que Artajerjes realizase Su voluntad al concederle a Nehemías su solicitud de reedificar el muro de Jerusalén, es un ejemplo histórico de lo expresado en Proverbios 21:1: †œEl corazón de un rey es como corrientes de agua en la mano de Jehová. Adondequiera que él se deleita en hacerlo, lo vuelve†. (Ne 2:4-8.)
Tanto el libro de Esdras (2:1-67) como el libro de Nehemías (7:6-69) incluyen una lista del número de los hombres de las diversas familias o casas que regresaron del exilio babilonio con Zorobabel. Los relatos concuerdan en la misma cantidad total: 42.360 hombres regresaron del exilio, aparte de los esclavos y los cantores. (Esd 2:64; Ne 7:66.) Sin embargo, hay algunas diferencias entre los números dados para cada familia o casa, y en ambas listas las cantidades individuales suman un total de bastante menos de 42.360. Muchos doctos atribuyen estas variaciones a errores de los escribas, y aunque esta explicación no puede descartarse totalmente, hay otras explicaciones posibles para esas diferencias.
Puede ser que Esdras y Nehemías basasen sus registros en fuentes distintas. Por ejemplo, Esdras pudo haber empleado un documento que recogiera a aquellos que se inscribieron para regresar a su tierra natal, mientras que Nehemías tal vez copiara los datos de un registro que incluía a los que realmente regresaron. Puesto que hubo sacerdotes que no pudieron establecer su genealogía (Esd 2:61-63; Ne 7:63-65), no es irrazonable llegar a la conclusión de que muchos otros israelitas se enfrentaran al mismo problema. Por consiguiente, los 42.360 hombres pudieron haber sido el total combinado del número de cada familia más muchos otros que no pudieron establecer su ascendencia. Sin embargo, algunos quizás pudieron averiguar después su genealogía, lo que explicaría diferencias numéricas entre estos dos relatos, aunque ambos coinciden en el mismo total.
[Recuadro en la página 480]
PUNTOS SOBRESALIENTES DE NEHEMíAS
Hechos relacionados con la reconstrucción de los muros de Jerusalén y la posterior eliminación de las malas prácticas de los judíos
Abarca un período que comienza más de ochenta años después del regreso de los judíos de su exilio en Babilonia
Se reconstruyen los muros de Jerusalén a pesar de la oposición
Nehemías se entera en Susa de que el muro de Jerusalén está en ruinas; pide ayuda a Jehová en oración y solicita permiso al monarca persa Artajerjes para ir a reconstruir la ciudad y su muro; Artajerjes accede (Ne 1:1–2:9)
Nehemías llega e inspecciona por la noche el muro derruido; después notifica a los judíos su intención de reconstruirlo (2:11-18)
Sanbalat, Tobías y Guésem —extranjeros los tres— se oponen al proyecto; primero se mofan y después conspiran para pelear contra Jerusalén; Nehemías arma a los trabajadores y la obra prosigue (2:19–4:23)
Fracasan las conspiraciones contra el propio Nehemías; el muro se termina en cincuenta y dos días (6:1-19)
Se inaugura el muro; en la ceremonia dos coros y procesiones de acción de gracias marchan en dirección opuesta sobre el muro hasta converger en el templo; el pueblo rebosa de gozo (12:27-43)
Se ponen en orden ciertos asuntos en Jerusalén
Una vez que el muro está terminado, Nehemías asegura Jerusalén con puertas y asigna deberes a los porteros, cantores y levitas; deja la ciudad al cargo de Hananí y Hananías (7:1-3)
Nehemías comienza a hacer un registro genealógico del pueblo; encuentra el libro de registro genealógico de los que volvieron de Babilonia con Zorobabel; los sacerdotes que no pueden probar su genealogía quedan excluidos del sacerdocio †˜hasta que el sacerdote con Urim y Tumim se ponga de pie†™ (7:5-73)
La población de Jerusalén es escasa, por lo que se designa por suertes a uno de cada diez del pueblo para que resida en la ciudad (7:4; 11:1, 2)
Se intenta mejorar la condición espiritual de los judíos
Los judíos más acaudalados concuerdan en restituir sus posesiones a sus hermanos más pobres, con los que han obrado mal al prestarles dinero con intereses (5:1-13)
En una asamblea pública, Esdras lee la Ley y algunos levitas toman parte en explicarla; el pueblo llora, pero se les anima a regocijarse porque es un día santo; también se regocijan porque entienden lo que se les ha leído (8:1-12)
Al día siguiente de haber leído la Ley, el pueblo se entera de que debe observar la fiesta de las cabañas; esta se celebra en un ambiente de gran regocijo (8:13-18)
Después se convoca al pueblo para que confiese los pecados de la nación y repase los tratos de Jehová con Israel; además, juran guardar la Ley, evitar los matrimonios con extranjeros y aceptar la obligación de mantener el templo y los servicios relacionados (9:1–10:39)
Tras la inauguración del muro, se vuelve a leer públicamente la Ley; cuando comprenden que los ammonitas y los moabitas no deberían entrar en la congregación, comienzan a separar de Israel a †œtoda la compañía mixta† (13:1-3)
Después de una prolongada ausencia, Nehemías regresa a Jerusalén y ve que la situación ha degenerado; limpia los comedores, ordena que se contribuya el diezmo para el sostenimiento de los levitas y cantores, obliga a que se guarde el sábado y censura a los que han contraído matrimonio con mujeres extranjeras (13:4-30)
Fuente: Diccionario de la Biblia
I. Bosquejo de su contenido
a. La misión de Nehemías (1.1–7.73a)
i. Nehemías recibe noticias de Jerualén (1.1–11).
ii. Obtiene permiso para visitar Jerusalén (2.1–8).
iii. Llega a Jerusalén, y hace planes para reedificar los muros (2.9–20).
iv. Lista de edificadores del muro, con la sección que le corrrespondió a cada uno (3.1–22).
vv. Oposición de los samaritanos (4.1–23).
vi. Dificultades económicas y la solución de Nehemías (5.1–13).
vii. El comportamiento de Nehemías como gobernador (5.14–19).
viii. Se completa el muro, a pesar de las intrigas contra Nehemías (6.1–19).
ix. Preparativos para repoblar Jerusalén (7.1–73a).
b. La obra de Esdras (continuación de Esd. 7–10) (7.73b–9.37)
i. Lectura de la ley por Esdras (7.73b–8.12).
ii. Celebración de la fiesta de los tabernáculos (8.13–18).
iii. Día de arrepentimiento y su salmo penitencial (9.1–37).
c. La comunidad de Nehemías (9.38–13.31)
i. El pacto de reforma (9.38–10.39).
ii. La población de Jerusalén y Judea (11.1–36).
iii. El sacerdocio de la comunidad posexílica (12.1–26).
iv. La dedicación del muro (12.27–43).
v. Una comunidad ideal (12.44–13.3).
vi. Reformas durante el segundo gobierno de Nehemías (13.4–31).
II. Composición
Comúnmente se piensa que el libro de Nehemías formaba parte, originalmente, de la obra del Cronista, que incluía también los libros de 1 y 2 *Crónicas y *Esdras. Muy poco, sin embargo, del libro de Nehemías fue compuesto especialmente por el Cronista (es probablemente que 12.44–47 sea uno de tales pasajes), por cuanto tenía a su disposición amplias fuentes de información.
Entre las principales fuentes se encontraban las “memorias” de Nehemías (Neh. 1.1–7.73a; 11.1–2; 12.31–43; 13.4–31), que quizá deban considerarse más apropiadamente como el registro formal de sus actividades por parte de Nehemías, presentado a Dios para su aprobación (nótense los lugares donde Nehemías apela a Dios, pidiéndole que se “acuerde” de él: 5.19; 13.14, 22, 31). Este relato en primera persona es único en el
La otra fuente importante del libro es una sección del relato de Esdras (Neh. 8–9), que se ha incorporado dentro del relato de Nehemías ya sea porque la actividad de Esdras y Nehemías se superpusieron, o porque el Cronista ha arreglado su material temáticamente. La primera explicación, si bien es la más natural, plantea la difícultad de que aunque Esdras había sido mandado por el emperador persa en el 458 a.C. a proclamar la ley pentateuca a los judíos, no fue hasta la llegada de Nehemías en el 444 a.C. que la leyó públicamente al pueblo. La segunda explicación significaría que el Cronista consideraba la obra de Esdras y Nehemías como un todo integral; luego demostró en su relato que la comunidad que fue a establecerse dentro de los muros de la Jerusalén reedificada (Neh. 11.1–2) estaba unida en su lealtad a la ley de Moisés (Neh. 8), se sentía penitente por su desóbediencia a dicha ley (Neh. 9), y resuelta a mantener su fidelidad al más pequeño detalle de la misma (Neh. 10).
Otras fuentes empleadas por el compilador de este libro son listas de diversos tipos:
a. Edificadores del muro (Neh. 3). Puede haber sido incluida en las “memorias” de Nehemías.
b. Exiliados que regresaron (7.6–73a). La misma lista, con variaciones poco importantes, se encuentra en Esd. 2. Aparentemente fue usada por Nehemías para demostrar el puro linaje judaico de los nuevos habitantes de Jerusalén.
c. Signatarios del pacto de observar la ley mosaica (9.38–10.27), juntamente con diversas interpretaciones particulares de la ley que la comunidad se comprometió a obedecer (10.28–39). Este pacto parece reflejar reformas emprendidas por Nehemías durante su segundo gobierno (Neh. 13).
d. Cabezas de familias residentes en Jerusalén (11.3–19).
e. Aldeas rurales con población judía (11.25–36).
f. Sacerdotes, levitas, y sumos sacerdotes (12.1–26).
III. El mensaje del libro
Si, como piensa la mayoría, Nehemías formaba parte de la historia del Cronista (* Crónicas, Libros de), su significación debe considerarse dentro del contexto de la obra total. El propósito del Cronista, en términos generales, era el de mostrar que la comunidad de Judea de su propia época, probablemente el ss. IV a.C., era heredera legítima de las promesas hechas por Dios a Israel y a la dinastía davídica. Si bien ya no había rey davídico, según el punto de vista del Cronista la función principal de la realeza davídica había sido el establecimiento del templo y su culto; ahora que el templo ha sido restaurado, el culto a Dios puede llevarse a cabo efectivamente por la comunidad misma, sin la presencia de un rey. Característicamente, el Cronista concluye su relato propiamente dicho con un cuadro casi idílico de adoración pura y gozosa en el templo restaurado, en el que su sacerdocio es sostenido voluntariamente con los diezmos del pueblo (12.44–47). Después de su largo relato sobre los desengaños, fracasos y tristes períodos de juicio de Israel, la conclusión de su historia debe haberle infundido seguridad a su propia comunidad. Aunque sólo representaban un pequeño enclave dentro de un vasto imperio gentil, por lo menos podían tener la satisfacción de saber que se encontraban bajo el inmediato liderazgo de hombres elegidos por Dios, y que estaban cumpliendo el propósito para el cual había sido creada Israel: el culto a Dios. Un mensaje así naturalmente puede llevar a la autocongratulación y el relajamiento. No tenemos forma de saber cómo respondieron a su estímulo los lectores del Cronista, pero vale la pena tener presente que el pueblo de Dios no tiene necesidad de estar siempre castigándose, sino que a veces tiene derecho a regocijarse por lo que ha logrado hacer.
Por lo que hace a las “memorias” de Nehemías, que, aparte de las listas, forman el grueso del libro, su propósito original bien puede haber sido una especie de informe como el que un servidor del estado presenta a su superior, en este caso Dios. Cuando el “informe” de Nehemías fuera leído por otros, verían en el mismo un cuadro revelador de un hombre de gran espíritu, altivo e irascible, y extremadamente receloso, sin duda, pero apasionadamente dedicado a buscar el bienestar de su pueblo (caps. 1–2), pronto para responder a las solicitudes de confraternidad (cap. 5), y celoso por la pureza del culto judaico (13.4–9); sobre todo, un conductor que era lo opuesto del hombre que se ha formado solo, un hombre permanentemente consciente de la “benéfica mano” y el “temor” de su Dios sobre él (2.8; 5.15; cf. 2.12, 18; 4.9, 14–15, 20; 6.9).
Bibliografía. L. Alonso Schökel, Crónicas, Esdras, Nehemías, 1976; D. Arenhoevel, “El período postexílico, la edad sin nombre”, Palabra y mensaje del Antiguo Testamento, 1972; L. Arnaldich, “Introducción a Esdras-Nehemías”, Biblia comentada, 1967,
J. M. Myers, Ezra, Nehemiah, AB, 1965; U. Kellermann, Nehemia. Quellen Überlieferung und Geschichte, 1967; L. H. Brockington, Ezra, Nehemiah and Esther,
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico