(el botín se acelera, el saqueo se apresura). Frase escrita por Isaías y dada a su segundo hijo como señal de que Samaria sería llevada cautiva antes de que el niño hubiera desarrollado la capacidad de hablar (Isa 8:1, Isa 8:3).
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano