CANTICO

v. Canción, Cantar
Exo 15:2 Jehová es mi fortaleza y mi c, y ha sido
Deu 31:19 escribíos este c, y enséñalo a los hijos
Job 35:10 ¿dónde está Dios .. da c en la noche
Psa 33:3 cantadle c nuevo; hacedlo bien, tañendo
Psa 40:3 puso luego en mi boca c nuevo, alabanza
Psa 42:8 y de noche su c estará conmigo, y mi
Psa 77:6 me acordaba de mis c de noche; meditaba
Psa 95:2 ante .. con alabanza; aclamémosle con c
Psa 96:1; 98:1


(heb., shir, shirah). El canto jugó un papel prominente en la adoración y en la vida nacional de los hebreos. El primer cántico en la Biblia fue entonado por Lamec (Gen 4:23-24). No era poco común para los judí­os componer un cántico para celebrar alguna victoria especial o experiencia religiosa (éxodo 15). El Salterio ha sido designado †œel himnario de Israel†, y contiene muchas clases de canciones. Pablo urge a los creyentes a cantar (Eph 5:19; Col 3:16). El libro de Apocalipsis habla muchas veces de cánticos celestiales (Rev 5:9; Rev 14:3).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

La palabra se deriva del latín canticulum, diminutivo de canticum, «canción». Tal como es usada por autores como Jerónimo y Agustín, la palabra se refiere a aquello que se canta sin acompañamiento, en contraste con los Salmos, que se cantaban con acompañamiento musical. Sin embargo, litúrgicamente el término se restringe a las canciones sagradas u oraciones (además de los Salmos) tomadas de la Biblia y usadas en los servicios diarios.

En la iglesia antigua, tanto en el Oriente como en el Occidente, los cánticos que principalmente se usaban eran los siguientes: las dos canciones de Moisés (Ex. 15:1–19; Dt. 32:1–43), la acción de gracias de Ana (1 S. 2:1–10), las oraciones de Habacuc (cap. 3), Isaías (cap. 12) y Jonás (cap. 2); y del NT las canciones de la Virgen María, Zacarías, Simeón, que todavía se conocen con sus nombres latinos (respectivamente), el Magnificat, el Benedictus y el Nunc Dimittis.

Estos tres cánticos son usados comúnmente en el culto de las iglesias reformadas. El Magnificat (Lc. 1:46–55) ha sido cantado en los cultos vespertinos desde el siglo sexto, siendo el cántico de Vísperas de la iglesia Occidental. Tiene ciertos puntos de similitud con el canto de Ana (1 S. 2), aunque se eleva hasta un nivel espiritual más alto. El Nunc Dimittis, o canción de Simeón (Lc. 2:29–32), también es un cántico vespertino, y ha sido usado en las oraciones diarias de la iglesia desde el siglo cuarto; en el Breviario Romano forma parte del servicio de Completas. La canción de acción de gracias de Zacarías conocida como el Benedictus (Lc. 1:68–79) llegó a ser asociada con el culto matutino de la iglesia, y fue incorporada en el servicio Occidental de Laudes.

El noble himno de alabanza conocido como el Te Deum, aunque no es estrictamente un cántico, puesto que no se deriva de la Biblia, ha sido usado en el servicio litúrgico desde el siglo sexto. Su origen es desconocido. Una canción de alabanza de otro tipo es el Benedicite o himno de la Creación. Ésta es una adición apócrifa al libro de Daniel, que se encuentra en la LXX entre los versículos 23 y 24 del tercer capítulo. Se usa en los servicios cristianos desde fecha muy temprana.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Hardford, M. Stevenson, J.W. Tyrer, The Prayer Book Dictionary; C. Neill, J.M. Willoughby, The Tutorial Prayer Book; A. Barry, The Teacher’s Prayer Book.

Frank Colquhoun

LXX Septuagint

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (96). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología

Aunque la palabra se deriva de canticulum, (diminutivo de canticum, una canción, del latín canere, cantar), se usa en la traducción católica inglesa de la Biblia como el equivalente de la Vulgata canticum en la mayoría, pero no todos, los usos de la palabra; pues donde se usa canticum para una canción sagrada, como en los diez cánticos del Breviario (ver más abajo), siempre se traduce “cántico”, mientras que en otras conexiones (por ejemplo, Génesis 31,27, canciones seculares; Job 30,9, canción de mofa; Isaías 23,15, “canción de la ramera”) se traduce “canción”. La Versión Autorizada no hace tal distinción, pero regularmente traduce del hebreo y del griego “canción”. El Breviario Romano toma del Antiguo Testamento siete cánticos para usar en Laudes, como sigue:

  • Los domingos y fiestas, el “Cántico de los Tres Jóvenes” (Daniel 3,57).
  • Los lunes, el “Cántico de Isaías el profeta” (Isaías 12).
  • Los martes, el “Cántico de Ezequías” (1 Isaías 3,10-20).
  • Los miércoles, el “Cántico de Ana (1 Samuel 2,1-10).
  • Los jueves, el “Cántico de Moisés (Éxodo 15,1-29).
  • Los viernes, el “Cántico de Habacuc (Hab. 3,2-19).
  • Los sábados, el “Cántico de Moisés” (Deut. 32,1-43).

Estos cánticos toman el lugar del cuarto Salmo en laudes. Del Nuevo Testamento el Breviario toma lo siguiente:

  • En Laudes, el “Cántico de Zacarías” (Lc. 1,68-79), comúnmente llamado el “Benedictus” (por su primera palabra).
  • En vísperas, el “Cántico de la Bienaventurada Siempre Virgen María” (Lc. 1,46-55), comúnmente conocido como el “Magníficat” (por su primera palabra).
  • En completas, el “Cántico de Simeón” (Lc. 2,29-32), comúnmente llamado el “Nunc Dimittis” (por sus primeras palabras).

Estos tres cánticos son llamados a veces los “cánticos evangélicos”, pues son tomados del Evangelio según San Lucas. Se cantan todos los días (a diferencia de los del Antiguo Testamento, que como se muestra más arriba, son sólo de ocurrencia semanal). No se sitúan entre los Salmos (como los siete del Antiguo Testamento), sino que se separan de ellos por la capítula, el himno, el versículo y el responsorio, y así viene inmediatamente después de la oración (o antes de las preces, si éstas se recitan). De este modo se les da gran importancia y distinción elevándolos a una gran prominencia, la cual es luego exaltada por la rúbrica que requiere que los cantantes y la congregación se pongan de pie mientras se cantan (en honor al misterio de la Encarnación a que ellos se refieren). Además, mientras que el “Magníficat” se canta en vísperas solemnes, el altar es incensado como en una Misa solemne. [Para la variedad de ceremoniales, uso y explicaciones del simbolismo de su asignación a las vísperas, vea Migne, Encyclopedie theologique, VIII (Liturgia) 745-7.] Todos los tres cánticos se usan en las Iglesias Griega y Anglicana. En el Breviario los diez cánticos antedichos se proveen con antífonas y se cantan en los mismos ocho tonos de salmo y de la misma manera alterna que los salmos.

Para adaptar los siete tomados del Antiguo Testamento a esta manera de cantar, los números 2 a 7 algunas veces dividen un versículo de la Biblia en dos versos, así aumenta el número de versos en el Breviario. Sin embargo, el número 1 va mucho más lejos que esto. Usa sólo una porción del gran cántico en Daniel, y condensa, expande, omite e invierte versos y porciones de versos. En el Breviario el cántico comienza con el versículo 57 y termina con el 56 (Daniel 3); y el penúltimo verso es claramente una interpolación, «Benedicamus Patrem, et Filium…» En adición al uso en el Breviario algunos de los cánticos se usan en otras conexiones con la liturgia; por ejemplo, el “Nunc dimittis!” como un tracto de la Misa de la Fiesta de la Purificación de María (cuando el 2 de febrero cae después de la septuagésima); el “Benedictus” en el entierro de los difuntos y en varias procesiones. Duchesne (Culto Cristiano: Su Origen y Evolución, Londres, 1903, 191-196) describe el uso del “Benedictus” y el “Benedicite” en la antigua Misa Galicana. En el Oficio de la Iglesia Griega los cánticos numerados 1, 3, 5, 6, 7, 8, y 9 se usan en laudes, pero no son asignados al mismo día que en el Breviario Romano. Para viernes y sábados se añaden otros dos (Isaías 26,9-20 y Jonás 2,2-9).

Los diez cánticos antedichos no agotan las porciones de la Sagrada Escritura que se llaman cánticos. Por ejemplo, están los de Débora y Baraq, Judit, el “Cantar de los Cantares”; y muchos salmos (por ejemplo 18(17),1,»este cántico”»; 39(38),1, «cántico de David»; 45(44),1, «cántico para el amado»; y el primer versículo de los Salmos 65(64), 66(65), 67(66), 68(67), etc.). La frase psalmus cantici (el salmo de un cántico) se halla en el primer verso de algunos salmos, y en otros la frase canticum psalmi (el cántico de un salmo). El Cardenal Giovanni Bona piensa que psalmus cantici indicaba que la voz precedía al acompañamiento instrumental, mientras que canticum psalmi indicaba un preludio instrumental a la voz. Esta diferencia resulta de su visión de un cántico como una canción vocal sin acompañamiento, y de un salmo como una canción vocal acompañada. No es fácil distinguir satisfactoriamente los significados de salmo, himno, cántico, como menciona San Pablo en dos lugares (vea canto por la congregación). Canticum parece ser genérico—una canción, ya sea sacra o secular; y hay razón para pensar que su admonición no contempla asambleas religiosas de cristianos, sino su reunión social. En éstas los cristianos cantaban “cánticos espirituales” y no las canciones profanas y lascivas comunes entre los paganos. Estas canciones espirituales no eran salmos o himnos. Entonces el himno se puede definir como una alabanza métrica o rítmica a Dios; y el salmo, un cántico o canción sacra acompañada (San Agustín declaraba que un cántico puede estar sin un salmo, pero no un salmo sin un cántico).

Además de los diez cánticos ya enumerados, el Breviario Romano coloca en su índice, bajo el encabezamiento “Cantica”, el “Te Deum” (al final de maitines para los domingos y fiestas, pero son llamados “Hymnus SS. Ambrosii et Augustini») y el: «Quicumque vult salvus esse» (domingos en prima, pero ahí se llaman «Symbolum S. Athanasii», el «Credo de San Atanasio»). A éstos algunos escritores añaden el «Gloria in Excelsis Deo», el «Trisagion», y el «Gloria Patri» (la doxología menor). En el “Salterio y Cánticos para entonar” (Filadelfia, 1901) para el uso de las congregaciones luteranas evangélicas aparece (p. 445) una “Tabla de Cánticos” que contiene los números 1, 3, 8, 9, y 10, además ciertos salmos, y el “Te Deum” y “Venite” (salmo 95 usado a comienzos de maitines en el Breviario Romano). La palabra cántico es así vista como algo elástico en su comprensión. Por un lado, mientras es usada en el habla común de la Iglesia de Inglaterra para cubrir muchos de los cánticos enumerados, el Libro de Oración la aplica sólo al “Benedicite”, mientras que en su calendario la palabra cánticos se aplica a lo que comúnmente se conoce como la “Canción de Salomón” (el “Cantar de los Cantares” católico, Vulgata “Canticum canticorum”).

Fuente: Henry, Hugh. «Canticle.» The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908.

http://www.newadvent.org/cathen/03301a.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina. rc

Fuente: Enciclopedia Católica