impuestos o contribuciones que tenían fundamentalmente el carácter de reconocimiento de una autoridad. Los países en el A. T. exigían t. a cualquier subordinado; ellos consistían en metales preciosos o productos de la zona, que además reconocían la soberanía del país imperialista. El tributo del Templo era un reconocimiento del dominio de Yahvéh sobre Israel.
Originalmente para la Iglesia, los t. de la comunidad tenían carácter voluntario, pero luego, se convirtieron en una necesidad para su sostenimiento; cuando se convirtieron en carácter obligatorio.
Para la doctrina neotestamentaria las palabras de Jesús constituyen el punto central: †œLo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios†, Mc 12, 17. Pablo justifica los tributos cuando escribe: †œPor eso precisamente pagáis los impuestos, porque sois funcionarios de Dios.
Dad a cada cual lo que se le debe; a quien impuestos impuestos; a quien tributo, tributo; a quien respeto, respeto; a quien honor, honor†.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital