AZOTE

Deu 25:3 se podrá dar cuarenta a, no más; no sea
Jdg 2:3 que serán a para vuestros costados, y sus
1Ki 12:11; 2Ch 10:11 os castigó con a, mas yo
Job 5:21 del a de la lengua serás encubierto; no
Job 9:23 si a mata de repente, se ríe del
Pro 17:10 aprovecha .. más que cien a al necio
Pro 19:29 y a para las espaldas de los necios
Pro 20:30 los a que hieren son medicina para el
Isa 10:26 levantará Jehová .. a contra él como
Mar 5:29 sintió en .. que estaba sana de aquel a
Luk 12:47 no se preparó .. recibirá muchos a
Luk 12:48 sin conocerla hizo cosas dignas de a
Joh 2:15 y haciendo un a de cuerdas, echó fuera
2Co 6:5 en a, en cárceles, en tumultos, en


castigo muy común en las culturas antiguas, que se aplicaba de diferentes formas, con varas, látigos de cuero, †œnervios de buey†, como en el martirio de los siete hermanos, narrado en 2 M 7, con aguijones metálicos 1 R 12, 11-14; mimbres, palos, como fue muerto Eleazar, 2 M 6, 19, etc. En muchos casos el reo era azotado hasta causarle la muerte. El a. fue establecido en el código deuteronómico para ciertas ofensas, cuyo número será proporcional a la falta, que, en todo caso, no podrá pasar de cuarenta azotes, a fin de que la pena no sea excesiva y no se envilezca el hombre Dt 25, 1-3. En el N. T. se dice que la pena del a. se llevaba a cabo en las sinagogas Mt 10, 17 y 23, 34; Mc 13, 9-13; Lc 21, 12; Hch 5, 40 y 22, 19. Jesús anunció su pasión y que serí­a sometido por los romanos a la flagelación Mt 20, 19; Mc 10, 34; Lc 18, 33; y voluntariamente se entregó a este castigo, que precedí­a a la crucifixión entre los romanos, †œy con sus cardenales hemos sido curados† Is 53, 5; Mt 27, 26; Mc 15, 15; Jn 19, 1. Los discí­pulos de Jesús, en muchas oportunidades sufrieron igual castigo tanto de los gentiles como de los judí­os. Pablo recibió cinco veces los cuarenta azotes menos uno de los judí­os y también fue azotado con varas 2 Co 11, 24-25; Hch 16, 22-23. Sin embargo, Roma, mediante la ley Porcia, prohibí­a flagelar a sus ciudadanos, castigo con el que sí­ penalizaba a los esclavos y extranjeros, Hch 16, 37-39 y 22, 25-29.

El término a. se usa en sentido figurado para significar el castigo divino 2 Cro 21, 14; 2 M 9, 11; Is 10, 26; 28, 15-18; en el primer oráculo del profeta Habacub, Dios escoge a los caldeos como el a. para castigar a su pueblo, Ha 1, 4. Los azotes son una figura de la forma paternal como Dios corrige a sus hijos Pr 3 11, 12; Hb 12, 5-11. En el libro de los Proverbios, en varios pasajes, se aconseja la vara a los padres para la corrección de los hijos 13, 24; 22, 15; 23, 13-14; 29, 15-17.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

tip, UTEN LEYE

vet, Nombre del instrumento de castigo, y del castigo mismo, infligido a base de golpes de correas de cuero, frecuentemente armadas con bolas o puntas de metal (He. 11:36), o con varas. La Ley permití­a azotar al culpable, el cual era tendido en el suelo, sobre la espalda (Dt. 25:2, 3). Roboam hace alusión, quizá, a una pena mucho más severa ya aplicada antes de su tiempo (1 R. 12:11, 14). Antí­oco Epifanes empleó en vano este suplicio para obligar a los judí­os a comer carne de cerdo, pero ellos se resistieron, prefiriendo morir bajo los azotes antes que violar la Ley de Moisés (2 Mac. 6:18-31; 7:1-42). El Nuevo Testamento designa de varios modos la acción de azotar. El doctor de la ley estaba, seguramente, autorizado para mandar azotar inmediatamente a un transgresor de la ley. Este es, acaso, el motivo de por qué nadie opuso resistencia a la actuación de Jesús en el Templo (Jn. 2:15), aunque su acción no era un azote propiamente dicho. Un tratado del Talmud da expresas instrucciones sobre los azotes en la sinagoga; también del Nuevo Testamento deducimos que esta pena fue a menudo ejecutada en la sinagoga (Mt. 10:17; 23:34; Mr. 13:9; Hch. 5:40; 22:19). Al parecer, los azotes judí­os con varas sólo poco a poco fueron sustituidos por los azotes romanos, como nos resulta de 2 Co. 7:25, distinción entre los treinta y nueve golpes recibidos cinco veces de los judí­os y las tres veces que Pablo fue azotado (y de los Hch. 16:22 una de las veces que fue azotado con «varas»). La práctica posterior judí­a fue evolucionando de forma que la flagelación constaba de tres correas y así­ cada golpe valí­a por tres y podí­a limitarse a trece golpes. La «Mishna» habla de treinta y nueve golpes, trece sobre el pecho desnudo y trece en cada lado de la espalda. Los azotes romanos («kerberatio») se empleaban: (a) como corrección de esclavos rebeldes y como pena por faltas graves cometidas en el servicio militar; (b) como tormento para arrancar la confesión de un acusado; (c) como preludio para la crucifixión. Según una ley romana llamada «Lex Portia», los dos primeros tipos de azotes no podí­an aplicarse a ciudadanos romanos; en Hch. 16:22-37; 22:24 y siguientes se refiere Pablo a esta ley. Cuando era condenado a la crucifixión, antes debí­a ser azotado con correas o cuerdas, provistas a veces con nudos o bolas de metal, y constituí­a un castigo totalmente inhumano que con frecuencia acarreaba la muerte del reo. Esos azotes, o flagelación, se ejecutaron en Jesucristo (Mt. 27:26), probablemente dentro del pretorio.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Instrumento para flagelar. En el A. T. se habla de la flagelación con varas (Dt 25,2; Prov 10,13). Nunca debí­an darse más de cuarenta golpes. En el N. T. se constata que la flagelación judí­a con varas habí­a sido sustituida por la flagelación romana con el azote, el cual generalmente constaba de tres cuerdas o correas, en las que solí­an ensartarse nudos, huesos o bolas de metal. Se aplicaba indefectiblemente a los condenados a muerte. Jesús usó el azote en el templo (Jn 2,15) y fue sometido a su suplicio antes de la muerte (Mt 27,26; Mc 15,15). ->ón; pasión.

E.M.N

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Véase PLAGA.

Fuente: Diccionario de la Biblia