Ecc 4:10 ¡a del solo! que cuando cayere, no habrá
Isa 5:8 ¡a de los que juntan casa a casa, y
Isa 5:11 ¡a de los que se levantan de mañana
Isa 5:20 ¡a de los que a lo malo dicen bueno
Isa 6:5 dije: ¡A de mí! que soy muerto; porque
Isa 10:1 ¡a de los que dictan leyes injustas
Isa 28:1 ¡a de la corona de soberbia de los
Isa 29:1 ¡a de Ariel, de .. donde habitó David!
Isa 30:1 ¡a de los hijos que se apartan, dice
Isa 31:1 ¡a de los que descienden a Egipto por
Jer 22:13 ¡a del que edifica su casa sin justicia
Jer 23:1 ¡a de los pastores que destruyen y
Joe 1:15 ¡a del día! porque cercano está el día
Amo 5:16 en todas las calles dirán: ¡A! ¡A!
Amo 6:1 ¡a de los reposados en Sion, y de los
Mic 2:1 ¡a de los que en sus camas piensan
Nah 3:1 ¡a de ti, ciudad sanguinaria, toda llena
Hab 2:6 ¡a del que multiplicó lo que no era
cf11Hab 2:15
interjección con que se expresa dolor, aflicción, compasión, imprecación, maldición, amenaza. Muy usada por los profetas Is 5, 8-24; Jr 22, 13-19; Am 6, 1-7; Mi 2, 1-5; Ha 2, 6-20. En el N. T. es muy común esta interjección en boca de Jesús, como cuando maldice a los escribas y fariseos Mt 23 13-32; Lc 11 39-48 y 52. Después de las Bienaventuranzas, Cristo lanza las maldiciones contra los ricos, los que están hartos, etc., Lc 6, 24-26.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
Expresión onomatopéyica. Palabra que se usa para expresar lamentación por algún motivo. La primera vez que se usa en la Biblia es en Num 21:29, dentro de una cita de un proverbio: †œÂ¡A. de ti, Moab! Pereciste, pueblo de Quemos†. Son famosos los †œayes† de Isaías contra los que acaparan heredades, los borrachos, †œlos que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad†, los que dicen bueno a lo malo y malo a lo bueno, los sabios en sus propios ojos, los valientes para beber vino y †œlos que justifican al impío mediante cohecho† (Isa 5:8-23). También lanzó un a. por sí mismo cuando vio la gloria de Jehová (†œÂ¡A. de mí, que soy muerto…† [Isa 6:5]).
El Señor Jesús lanzó †œayes†, lamentando las características de diversas personas y casos, siendo más conocidos los que usó al hablar de los escribas y fariseos (Mat 23:13-29). En Apocalipsis se exclaman varios ¡A.!, especialmente los relacionados con los juicios que anuncian las trompetas (Apo 11:14).
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
Traducción de la interjección griega ouai, que significa “pobre de”. Cuando Jesús dice “¡Ay de ti!”, no es tanto que esté pronunciando un juicio definitivo sino deplorando la condición desgraciada, a la vista de Dios, de aquellos a quienes se está dirigiendo. Esa condición radica en buena medida en el hecho de que viven en un paraíso de necios, inconscientes de la desdicha que les espera. El estado de los que se afanan por lo material (ciegos a sus necesidades espirituales debido a las riquezas), de los satisfechos de sí mismos, de los impenitentes e indiferentes, de los que son universalmente populares es, según la declaración de Jesús, desgraciado (Lc. 6.24–26). En forma semejante, la lastimosa condición de los fariseos y escribas (Lc. “intérpretes de la ley”) estriba, les dice Jesús, en el celo hipócrita, la falta de proporción, el amor a la ostentación, y el engreimiento, que desfiguran su religión (Mt. 23.13–33; Lc. 11.42–52). Cuando Jesús dirige a las impenitentes ciudades de Corazín y Betsaida las palabras “¡Ay de ti!” (Mt. 11.21) sigue a esta expresión una profecía del juicio que las espera por cuanto se encuentran en una situación desastrosa por haber rehusado el evangelio. Pablo dice que él mismo se encontraría en un estado lamentable si dejara de predicar el evangelio (1 Co. 9.16). En el libro de Apocalipsis el vidente se vale de la palabra ouai como interjerción en su endecha en torno a la derrotada Babilonia (Ap. 18.10–16), y como nombre sustantivo para describir tres “ayes”, término amplio que abarca diversas plagas y desastres que anuncian el juicio final (Ap. 9.12; 11.14).
Bibliografía.N. Hillyer, NIDNTT 3, pp. 1051–1054.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico