UR

Gen 11:31; 15:7


Ur (heb. ‘Ûr, «luz» o «fuego» [cuando se usa la palabra como nombre personal] si se aplica a la ciudad de Ur, es la transliteración del ac Uru, tal vez «castillo»). 1. Antigua ciudad sumeria de la Baja Mesopotamia llama «Ur de los caldeos» en la Biblia (porque los habitantes de la región eran caldeos en aquel tiempo). La familia de Abrahán viví­a allí­ antes de su traslado a Harán (Gen 11:28, 31; 15:7; Neh 9:7). La moderna el-Muqaiyar, ubicada a 240 km al sudeste de la antigua Babilonia y a una distancia similar del Golfo Pérsico, ocupa el lugar de Ur de los caldeos. Antiguamente el Golfo Pérsico estaba mucho más cerca de esta ciudad de lo que está hoy, porque su costa se ha ido alejando constantemente por causa de la sedimentación. Era una sede importante del culto a Sin (sum. Nannar), la diosa Luna, y un centro de cultura, erudición y comercio. Antes de la época de Abrahán habí­a sido la capital de la poderosa 3ª dinastí­a de Ur, cuyos reyes gobernaron toda la Baja Mesopotamia. Las excavaciones 1183 practicadas allí­ entre 1922 y 1934 bajo la dirección de Woolley, despojaron el ziggurat (un templo en forma de torre escalonada) de los escombros que lo cubrí­an, y ahora quedó erguido allí­ como uno de los más impresionantes monumentos de Iraq. Además de esto, se pudo desenterrar el palacio del rey, varios templos, algunos barrios residenciales, diversas tumbas reales y una gran cantidad de extraños objetos arqueológicos, que han aumentado en gran manera nuestro conocimiento de la historia, la cultura y la religión de la antigua Mesopotamia (figs 116, 524, 525, 528) Mapa 111C-6. Bib.: Sir Charles Leonard Woolley, Excavations at Ur [Excavaciones en Ur] (Londres,1954). 524. La torre-templo de Ur en su condición presente. 525. Patio y casas bien preservadas de la Ur antigua. En 1958 Gordon sugirió que «Ur de los caldeos» se podrí­a identificar con Ûra, mencionada en varios textos ugarí­ticos como una ciudad desde la cual provení­an algunos comerciantes de la antigüedad. Insinuó que se la ubicara en alguna parte al noreste de Harán. Albright se opuso a esta opinión, porque creí­a que la Ûra de los textos ugarí­ticos era un puerto de Cilicia, por lo que no habrí­a tenido sentido que Taré hubiera viajado de Cilicia a Canaán ví­a Harán, lo que habrí­a significado un gran desví­o. Sin embargo, el problema de la ubicación de Ur de los caldeos se volvió a plantear como consecuencia del descubrimiento de una ciudad llamada «Ur, en el territorio de Arán», en los textos de Ebla del perí­odo patriarcal. Por tanto, es posible que sea errónea la identificación de Ur de los caldeos, la ciudad natal de Abrahán, con la Ur de la Baja Mesopotamia, y que debamos ubicarla en algún lugar al noreste de la Mesopotamia. Bib.: C. H. Gordon, JNES 17 (1958):28-31; F. W Albright, BASOR 163 (Octubre de1961):44, nota 42; Gordon, BAR 3:2 (Junio de 1977), 20, 21. 2. Hombre cuyo hijo, Elifal, fue uno de los valientes de David (1Ch 11:35).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

antiquí­sima ciudad sumeria, hoy, las ruinas de Tall al-Mudayyar, al sur de Irak, centro polí­tico de los sumerios que pasó a formar parte del imperio babilonio/cananeo.

Cuna de Téraj y Abraham Gn 11, 28 y 31; 15, 7; Ne 9, 7.

Se encontraba a orillas del Eufrates a unos 260 km del golfo Pérsico.

Fundada antes del 400 a. C. por una población que los arqueólogos llaman ubaidiana. Las excavaciones son testimonio de la riqueza que se basó en su extenso comercio. Se encontraron tumbas reales que contení­an ofrendas y ajuares funerarios de extraordinario valor.

Hacia el 2340 a. C. U. fue conquistada por el rey Lugal-zag-gisi de Umna y poco después pasó a pertenecer al reino acadio de Sargón I.

Luego el rey Engur, 2064 a. C., fundó la tercera dinastí­a de U., y creó un reino centralista contra la supremací­a del rey Utugengal de Uruk, ganando el control de la ruta comercial desde el golfo Pérsico hasta Siria, expandiendo su economí­a para su reino.

Los principales monumentos arquitectónicos de U. son el templo de Nannar, el dios-Luna y el templo de E-temen-nipur.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Según una tradición israelita, la familia de Abraham era oriunda de Ur; y seguramente que no de la ciudad misma de Ur, sino de sus alrededores. En el centro de la ciudad se alzaba la torre santuario de tres pisos (construida hacia el 2000 a.C.), que más tarde, durante el imperio neobabilónico, fue convertida en una torre de siete pisos. La torre-templo se convirtió en el perí­odo neobabilónico en santuario del dios lunar Sin (o Nannar).
De la época en torno al 2600 a.C. se han sacado a la luz en Ur unas suntuosas tumbas regias, en las que, junto a testimonios espléndidos de una elevada artesaní­a ornamental (yelmos, armas, copas, estandartes, arpas, adornos para la cabeza), han aparecido los cadáveres de guerreros, músicos y servidores, ofrecidos en sacrificio como personal de compañí­a del soberano muerto; se les debió de emparedar con el muerto, bebiendo después la copa del veneno. En una de las tumbas se han encontrado hasta ochenta de tales ví­ctimas en honor del monarca.
Ur fue sin duda una de las ciudades cultas más antiguas del Próximo Oriente. Ya los estratos que han de datarse antes del 3100 a.C. contienen documentos escritos. Desde aproximadamente del 3100 al 2200 a.C. se prolongó el perí­odo de los súmenos. Del 2200 al 529 a.C. tuvo Ur muchos señores. Desde el 529 a.C., cuando los caldeos se convirtieron en los nuevos soberanos de Mesopotamia, la ciudad pasó a ser la segunda ciudad de Babilonia: la †œUr de los caldeos,† como aparece en las historias bí­blicas de Abraham ( Gen 11:28), después que los judí­os del exilio completaron los relatos bí­blicos.

Fuente: Diccionario de Geografía de la Biblia

Aunque hay varias ciudades que han usado la raí­z Ur, el sitio más importante está situado al sur de la Mesopotamia. El principal promontorio, llamado Tell el-Muqaiyar (†œpromontorio la cumbre†) en árabe, se encuentra a unos 257 kms. de la actual cabecera del Golfo Pérsico y como a 354 kms. al sudeste de Baghdad. Se levanta a 16 kms. al oeste del presente curso del rí­o Eufrates, aunque originalmente ocupaba un lugar prominente en la ribera oriental antes que el rí­o cambiara su curso.
El sitio está compuesto de una serie de montí­culos cubiertos de arena, que ocupan un espacio ovalado de ca. 914 por 732 mts. Los ejes alargados del óvalo apuntan generalmente de norte a sur. La vista total está dominada por el *ziggurat o torre del templo con su área sagrada cercada alrededor. Esta montaña artificial, hecha de ladrillos y betún, cubrí­a originalmente un área de 183 por 137 mts. y 64 mts. de altura. Es el mejor ejemplo conservado de un antiguo ziggurat de Mesopotamia.
I. Trabajo Arqueológico. El sitio fue examinado cuidadosamente en los tiempos modernos primeramente por J. E. Taylor, quien era cónsul británico en Basra. El fue comisionado por el Museo Británico para investigar las ciudades arruinadas del sur de la Mesopotamia en 1854. Desde el principio se sintió atraí­do a este lugar por la imponente vista del montí­culo artificial: el ziggurat. Después de hacer una excavación hacia el centro de la mole de ladrillo para asegurarse que la montaña era realmente de ladrillo sólido, Taylor decidió excavar en las esquinas de la estructura. Esta operación fue exitosa ya que muy pronto descubrió algunos cilindros de arcilla cocida con inscripciones cuneiformes (véase Sellos). Estos cilindros fueron fabricados por los obreros de Nabonido, el último rey de Babilonia (556–539 a. de J.C. ). Sobre ellos, Nabonido, conmemoró su reedificación del ziggurat al mismo tiempo que atribuyó la estructura original a reyes mucho más antiguos, Ur-Nammu y su hijo. La identificación del sitio fue plenamente establecida por Nabonido al llamarla †œel ziggurat de E-gish-shir-gal en Ur†.
Aunque J. E. Taylor publicó sus hallazgos en el Journal of the Royal Asiatic Society (XV, 1855, pág. 260 y sigtes.), la ciudad de Ur continuó abandonada por más de 60 años. En 1918, R. Campbell Thompson, un capitán de la Inteligencia Británica, hizo sondeos preliminares en Ur durante una semana antes de dirigirse al lugar del antiguo Eridu. Al año siguiente, H. R. Hall inició un esfuerzo más serio: (1) Excavó parte de un gran edificio de adobe al que llamó †œB† (más tarde serí­a llamado HT o templo de Hall). (2) Despejó, además, parte de la cara sudeste del ziggurat hasta el nivel del piso de Nabonido. (3) Descubrió una sección de la pared que rodeaba el área sagrada. (4) Sacó a luz muchas tumbas y paredes de viviendas. (5) Descubrió y empezó a despejar el sitio de Al-†™Ubaid cerca de 6 kms. hacia el oeste.
Como resultado del trabajo de H. R. Hall, una expedición conjunta fue organizada por el Museo Británico y el Museo de la Universidad de Pensilvania bajo la dirección de Charles Leonard Woolley. Doce temporadas completas de trabajo fueron dedicadas al sitio entre 1922 y 1934. Aunque mucho de la antigua ciudad permanece aún sin tocar, fueron llevadas a cabo excavaciones sistemáticas en las áreas más estratégicas. El grueso del trabajo fue dedicado al área sagrada, los puertos, las murallas de la ciudad, los palacios, los cementerios y las áreas residenciales dispersas. Se hicieron sondeos profundos en el cementerio real y en otras áreas para examinar la estratigrafí­a. El trabajo en el ziggurat se llevó a cabo a través de muchos años ya que la expedición fue financiada por museos que deseaban algo más que información arquitectónica. Gran parte del tiempo en 9 de las 12 temporadas fue destinado a trabajar en el gran ziggurat. Lo detallado del trabajo de Woolley se indica claramente en los voluminosos informes oficiales tanto de las excavaciones como de los textos. Véase la Bibliografí­a al final de este artí­culo.
II. Historia del Sitio. La ocupación más antigua del área que llegó a ser la próspera ciudad de Ur data de los perí­odos protoliterarios, Warka y Ubaid. La alfarerí­a hecha a mano del tipo encontrado en Al †˜Ubaid del 4000 a. de J.C. fue encontrada en el nivel Ur-Ubaid, una capa de tierra limpia de ca. 2, 5 mts. de espesor. Woolley excavó cinco pozos buscando materiales similares; pero los encontró sólo en dos de estos hoyos. Una fase posterior de la cultura Ubaid cubrí­a esta capa de tierra. La interpretación de Woolley de que esto era una ilustración del diluvio mencionado en Génesis llevó a muchos a buscar una evidencia similar. Sin embargo, las capas de tierra limpia que se encontraron en otros lugares de Mesopotamia no coinciden en las fechas unas con otras.
Fue desenterrada bastante evidencia relacionada con el perí­odo de la antigua dinastí­a de Ur. Las tumbas reales que datan de ca. 2500 a. de J.C. , dan un amplio trasfondo de la poderosa dinastí­a de Ur, la cual representa la culminación y la última fase del perí­odo de la antigua dinastí­a de Mesopotamia. Estas tumbas fueron destacadas en cuanto a su arquitectura, contenido y a la luz que arrojaron sobre algunas costumbres, aun cuando no habí­a ninguna referencia a los reyes conocidos de esa dinastí­a (Mes-Anne-pada, A-Anne-pada, Meskiag-Nanna, Elulu y Balulu).
Se conoce muy poco acerca de la segunda dinastí­a de Ur ya sea por las excavaciones en Ur o por otras fuentes. Sin embargo, después de la fuerte dinastí­a semí­tica de Agade (2350–2150 a. de J.C. ) y el eclipse cultural que ocurrió cuando la tierra era controlada por los gutianos (2150–2070 a. de J.C. ) condujo a un renacimiento sumerio. Los reyes fuertes de esta dinastí­a (Ur-Nammu, Shulgi, Amar-Sin, Shu-Sin, Ibbi-Sin) extendieron la influencia de Ur por toda la Mesopotamia y alcanzaron hasta el Lí­bano, en el territorio que más tarde se conocerí­a como Siria. Se ha estimado en más de medio millón la población de Ur durante este perí­odo. El trabajo más grande de construcción fue la erección del ziggurat por Ur-Nammu y su hijo Shulgi.
La poderosa tercera dinastí­a de Ur llegó a su fin cuando los amorreos de Mari invadieron gran parte del centro y del norte de Mesopotamia y los elamitas se posesionaron del sur de Mesopotamia donde estaba situada Ur. La ciudad fue dominada más tarde por *Hamurabi (1728–1686 a. de J.C. ) y fue destruida por su hijo, Samsuiluna, cuando ella se rebeló contra el poder amorreo. Toda la tierra fue devastada más tarde por los bárbaros casitas, lo cual hizo que Ur entrara en un eclipse que duró varios siglos.
Aunque hubo algunos trabajos de reconstrucción de la ciudad por Kurigalzu de Babilonia, y más tarde por Marduk-Nadin-akhe, Ur fue restaurada a su esplendor por Nabucodonosor II y Nabonido. El ziggurat, que fue diseñado de nuevo, se convirtió en la corona de las obras de Nabonido. Fueron hechas otras mejores por los persas bajo Ciro.
Las últimas tablillas de Ur que vienen de mediados del siglo V a. de J.C. , fueron encontradas in situ entre los restos de algunas casas persas. Ciro fue el nombre del único rey persa que se encontró estampado en uno de los ladrillos. Parece ser que la ciudad alcanzó una etapa cuando fue económica y polí­ticamente de poca importancia. Muchos escritores han ligado esto con el cambio del curso del rí­o Eufrates. Aunque no se puede establecer una fecha precisa para el cambio de curso del rí­o, tal cambio debió haber producido desastres económicos para una ciudad que habí­a gozado del tráfico comercial de las regiones de la parte alta del rí­o así­ como del Golfo Pérsico. De la misma manera, el cambio de curso del rí­o debió destruir los sistemas de canales cuidadosamente excavados para la irrigación de los sembradí­os. Unido a esto se debe reconocer el cambio de la situación religiosa, ya que los reyes persas adoptaron el monoteí­smo zoroastriano, rechazando, por lo tanto, las imágenes y los templos idólatras. Cualquiera que haya sido la razón, el fin vino lenta y completamente.
III. Diseño de la Ciudad. Las murallas de la ciudad de Ur eran de forma ovalada, encerrando varios montí­culos que promediaban ca. 29 mts. de altura. El punto más alto de la ciudad era la cima del ziggurat que se levantaba de la planicie a lo largo del Eufrates a una altura de más de 21 mts. Dentro de las paredes exteriores habí­a dos puertos, uno hacia el norte del centro de la ciudad y otro casi al poniente. Ciertas aberturas en la muralla permití­an la entrada de pequeñas embarcaciones hacia el centro mismo de la ciudad.
El área sagrada ocupaba una posición central dentro de las murallas de la ciudad y cubrí­a el tercio central de la mitad norte del lugar. Este fue continuamente expandido, diseñado de nuevo y reconstruido con el resurgimiento y la decadencia de la ciudad de Ur. Una muralla separaba el terreno sagrado, que encerraba los altares religiosos de los cementerios. El punto mayor de orientación estaba dirigido hacia el norte, donde estaba situada la entrada principal. Dentro de un largo camino flanqueado por una gran torre se encontraba un atrio de frente rectangular rodeado por cuartos. Al atravesar el atrio del frente habí­a escaleras que llevaban hacia el atrio interior, también de forma rectangular, con cuartos a los cuatro lados. Era dentro de este atrio interior donde se encontraba el ziggurat. El gran templo de Ningal estaba situado inmediatamente al sudeste del ziggurat mientras que el templo de Enun-makh se encontraba escondido más allá en un complejo de escaleras y cámaras. Este último fue reconstruido por Nabucodonosor en un estilo abierto con un patio al frente. En la esquina este de la plataforma del ziggurat, estaba situado el Dublalmakh, un santuario de dos cuartos.
La ubicación del ziggurat se mantuvo a través de las diferentes etapas de construcción de la ciudad. Sin embargo, el diseño fue cambiado en cuanto a la forma y el tamaño de las etapas superiores. Más abajo de la notable estructura de Ur-Nammu estaba un ziggurat del perí­odo de la primera dinastí­a así­ como también los restos de una estructura más antigua de carácter similar. Ningún intento fue hecho por Woolley de investigar sistemáticamente estas estructuras más antiguas aunque se recuperó el plan general. Se encontraban encerradas en una terraza amurallada con cámaras y pequeños edificios en sus alrededores.
El plan que usó Ur-Nammu requiere una descripción más detallada. La colina artificial estaba formada de ladrillo sólido: un centro interior de ladrillos de adobe con una superficie exterior de ladrillos cocidos de aproximadamente 2, 4 mts. de espesor. Los ladrillos tení­an 35 cms. de ancho, 40 cms. de largo, 17 cms. de espesor y un peso promedio de 8 kg. cada uno. No se hizo ningún intento por unir los ladrillos exteriores con el centro de adobe. El ziggurat de Ur-Nammu fue edificado en tres etapas o niveles con escaleras que conectaban en el lado noreste. Tres escaleras de cien escalones cada una se elevaban hasta el primer nivel. Una escalera subí­a desde una entrada monumental hasta el altar en el tercer piso.
Nabonido encontró de pie sólo la plataforma baja del ziggurat de Ur-Nammu y sobre ella edificó. Al levantar un metro el primer nivel, tuvo que levantar la escalera de tres partes de la misma manera. De acuerdo con Herodoto, Nabonido colocó seis plataformas en la base, haciendo un total de siete niveles en lugar de los tres de Ur-Nammu. Algunos ladrillos rojos especiales y otros cubiertos con un barniz azul parecen distinguir aún más el trabajo de Nabonido. Woolley vio algún significado astrológico en los colores usados y sugirió que el altar era de un barniz azul brillante, la plataforma más alta en rojo y la plataforma más baja en negro (arcilla gris oscura pintada de negro) y la fachada del patio interior blanqueada.
El planeamiento de la casa y de la calle también se muestra claramente en las excavaciones. Al noroeste del área sagrada fue encontrado un grupo grande de casas que data de los siglos XX y XXI a. de J.C. Otra extensa área residencial al noreste del puerto occidental data del mismo perí­odo y tiene algunas casas que se extienden hasta el antiguo perí­odo babilónico (siglos XIX a XVI a. de J.C. ). Otras dos áreas de casas que se encuentran al sudoeste del área sagrada ilustran el estilo residencial posterior hasta el perí­odo neobabilónico bajo Nabucodonosor y Nabonido.
Las calles de Ur eran sin pavimentar, sin drenaje, estrechas y tortuosas, y las paredes blancas de las casas frente a la calle. Las casas eran de ladrillo —en la parte inferior ladrillos quemados y en la parte superior ladrillos de adobe sin quemar. Posteriormente se revocaban y luego se blanqueaban. Muchas de las casas tení­an originalmente dos pisos, aunque es evidente que las casas de los pobres eran de un solo piso. La forma tí­pica de las casas consistí­a en un pasillo de entrada que conducí­a a un patio pavimentado rodeado de cuartos. Una escalera en una de las esquinas del patio conducí­a hacia un balcón sostenido por pilares de madera. Los techos de las casas eran planos y no habí­a ventanas en el piso de abajo. En muchos casos habí­a un mausoleo familiar debajo de la casa.
IV. Descubrimientos Importantes. Los artefactos importantes vienen de las tumbas reales del perí­odo de la primera dinastí­a de Ur ( ca. 2500 a. de J.C. ) aunque algunos aparecieron en los palacios, templos y edificios públicos. La siguiente lista nos da una indicación de los varios objetos encontrados:
    1.     Joyas personales de fina filigrana de oro.
    2.     Un adorno para la cabeza hecho de una banda de oro de ca. ocho mts.
    3.     Un vaso de oro para agua y una taza de libación.
    4.     Una réplica y su original de un yelmo de oro de Mes-Kalam-dug hecho como una peluca con bucles, forjado en relieve y cabellos sueltos delicadamente grabados.
    5.     Arpas y liras de oro y de plata, delicadamente decoradas con cabezas de animales.
    6.     Estatuillas de oro, plata, concha y lazulita que serví­an para sostener una mesa de ofrendas.
    7.     Un mosaico de dos caras ilustrando la guerra y la paz, y que muestra ví­vidamente los vestidos civiles y militares (en un lado se ilustra al rey con su ejército, carruajes y cautivos, mientras que el otro lado muestra al rey y la familia real con sus músicos y sirvientes en una fiesta).
    8.     Numerosos sellos cilí­ndricos de varios perí­odos.
    9.     Tabletas de arcilla que contienen raí­ces cúbicas matemáticas.
    10.     Listas de palabras en tablillas de arcilla escritas en cuneiforme sumerio.
    11.     Recibos del templo por diezmos e impuestos.
    12.     Archivos mercantiles mostrando lo vasto del comercio en Ur.
    13.     Una estela de piedra caliza de Ur-Nammu ( ca. 2050 a. de J.C. ) en la cual se representan sus proezas de guerra, sus sacrificios a los dioses y sus preparativos para la edificación del gran ziggurat.
Muchos otros descubrimientos se refieren directamente a las prácticas funerarias de los primeros sumerios. Hubo mucha evidencia de sirvientes y criados que fueron enterrados vivos junto con los gobernadores. En una tumba, por lo menos, 68 mujeres de la corte y otros 6 sirvientes se unieron a su señor en la muerte. El reposo tranquilo de los sirvientes sugiere o que fueron drogados antes de meterlos en la tumba o que voluntariamente tomaron pociones para dormir. Soldados con sus lanzas, músicos con arpas costosas y sirvientes con el carruaje real de bueyes pagaron ese precio supremo.
En realidad, la mayorí­a de las sepulturas eran de gente común enterrada en hoyos rectangulares. Sin embargo, estas fosas han recibido muy poca atención ya que se han encontrado muy pocos objetos de valor. Baste decir que estos cuerpos fueron puestos en sarcófagos de arcilla o fueron envueltos con esteras de juncos. El cuerpo era puesto siempre de costado en actitud de dormir y frecuentemente se colocaba un cuenco en la boca.
V. Relación con los Patriarcas. La ubicación de Ur ha sido siempre importante para el erudito bí­blico ya que varios pasajes indican que Ur era el lugar de origen de Abraham (véase Gn 11:26, 31; 15:7; Neh. 9:7). Sin embargo, otros pasajes también indican que la familia de Abraham era de origen mesopotámico. Debe notarse que todos los contactos patriarcales, después de la llegada de Abraham a Canaán, son en el área del norte.
La terminologí­a de los pasajes anteriores usada en el hebreo, Ur Kasim es traducida por lo general †œUr de los Caldeos†. Esto debe ser un anacronismo si se piensa en un lugar del sur de Mesopotamia, ya que los caldeos no llegaron a esta área sino hasta finales del segundo milenio a. de J.C. o más tarde. Sin embargo, tales anacronismos eran comunes entre los antiguos. Un problema más grande surge de la traducción de esta frase en la Septuaginta. La Septuaginta no hace mención de la ciudad de Ur, sino solamente sugiere que Abraham vino †œdel paí­s de los caldeos†.
El lugar del hogar original de Abraham ha sido motivo de mucha discusión. Eusebio cita a Eupolemus (150 a. de J.C. ), quien dice que Abraham vino de †œKamarina de Babilonia llamada por algunos la ciudad Urie†. Esteban siguió la Septuaginta al referirse a la tierra como la de los caldeos (Hch. 7:4). Sin embargo, los musulmanes han creí­do tradicionalmente que la Ur de Abraham era Urfa, una ciudad a 32 kms. al noroeste de Harán, llamada Edessa por los griegos. La identificación de Ur con Urfa está basada en la semejanza del nombre en la tradición clásica y árabe y en la interpretación de †œal otro lado del rí­o†, de Josué 24:2 como una referencia a Siria. La teorí­a de ubicar a Ur de los Caldeos en el sur empezó durante la última parte del siglo XIX, cuando se encontraron muchas referencias a Ur en las inscripciones recientemente descifradas. Un énfasis posterior se dio a la teorí­a por el extenso trabajo de Woolley en Ur. Sin embargo, el argumento ha sido presentado nuevamente por C. H. Gordon y otros. En lugar de Urfa, Gordon señala a Ura, una ciudad al norte o al oeste de Harán que estaba bajo el control de los heteos. Fue descrita en los documentos acadios de Ugarit como el lugar de origen de los mercaderes que comerciaban con Ugarit. Gordon menciona a Abraham como el prí­ncipe comerciante o Tankarum de le región de los hetos. Sus tres argumentos principales son: (1) Hay una fuerte tradición que conecta Ur de los Caldeos con el norte de Mesopotamia. (2) La descripción de los patriarcas como mercaderes de la ciudad encaja muy bien con los hechos conocidos. (3) El término †œcaldeos† puede bien ser aplicado a la Mesopotamia del norte (véase C. H. Gordon, JNES , XVII, págs. 28–31 con la respuesta de H. W. F. Saggs, †œUr de los Caldeos, A Problem of Identification†, Iraq, XXII, págs. 200–209, Spring-Autum 1960).
VI. Fondo Religioso. Cualquier conexión de la Ur Sumeria con Abraham le da gran importancia al fondo religioso de la ciudad. Que Ur fue una ciudad religiosa es evidente al examinar el conjunto de edificios del área sagrada. Estos significativos altares hicieron de Ur un lugar de peregrinación y un sitio deseable para ser enterrado. A través de toda a historia de Babilonia hasta el siglo VI a. de J.C. el área sagrada conectada con el gran ziggurat fue el área más importante del templo de Mesopotamia.
El dios principal de Ur era el dios luna Nanna (conocido como †œSin† entre los semitas). El era el señor y rey de la ciudad, quien gobernaba en la guerra y en la paz. Cuando Ur dominaba la tierra de Mesopotamia, Nanna era reconocido como el rey de los dioses. El gobernante humano era su protegido o mayordomo. Cuando Ur estaba en su apogeo, el consentimiento de Enlil se consideraba necesario para que el rey humano pudiera representar al diosrey. Aunque habí­a otros templos y altares dedicados a otros dioses esparcidos en el territorio de Ur, la ciudad estaba verdaderamente dedicada a Nanna, el dios patrono. El único miembro del panteón que compartí­a su esplendor fue Ningal, su esposa. El templo de ella era uno del los edificios más importantes de la ciudad, el cual se encontraba al amparo del ziggurat.
Además de los templos, habí­a otros lugares de adoración. Durante los años 1930–31 fueron descubiertas cuatro capillas públicas del perí­odo larsa. Estos altares, que estaban al lado del camino, fueron usados como lugares de oración y meditación. También se encontraron capillas especiales en las casas que tení­an pequeños altares y fogones. Asociado directamente con la capilla estaba el dios familiar, probablemente muy diferente de aquellos que se adoraban en los grandes santuarios. La costumbre de enterrar a los familiares debajo del piso de la casa puede recalcar la conexión tan estrecha que existí­a dentro del cí­rculo familiar en la adoración. Como cosa extraña, no se encontró ninguna estatua de dioses familiares en ninguno de los cuartos designados como capillas familiares por los excavadores. De igual manera, las tumbas reales no produjeron imágenes, aunque se encontraron algunas figurillas de terracota en los niveles más antiguos representando figuras femeninas de hombros anchos con ojos rasgados.
BIBLIOGRAFIA: 1. Informes Oficiales de la Expedición Conjunta. C. L. Woolley and H. R. Hall, Ur Excavations I: Al†™ Ubaid, 1927. C. L. Woolley, Ur Excavations II: The Royal Cemeteries, 1934. L. Legrain, Ur Excavations III: Archaic Seal-impressions, 1936. C. L. Woolley, Ur Excavations IV: The Early Periods, 1955; Ur Excavations V: The Ziggurat and Its Surroundings, Ur Excavations VI: The Ur III Period; Ur Excavations VII: The Larsa Period; Ur Excavations VIII: The Kassite Period; Ur Excavations IX: The Neo-Babylonian and Persian Period, 1960. L. Legrain, Ur Excavations X: Seal Cylinders, 1951. C. J. Gadd and L. Legrain, Ur Excavations Texts: Royal Inscriptions, 1928. Eric Burrows, Ur Excavations Texts: Archaic Texts, 1935. L. Legrain, Ur Excavations Texts: Business Documents of the Third Dynasty, 1937. Ur Excavations Texts: Business Documents of the Neo-Babylonian Period, 1949. H. Figulla, Ur Excavations Texts: Letter and Documents of the Old Babylonian Period, 1953. C. J. Gadd and S. N. Kramer, Ur Excavations Texts: Sumerian Literary Texts.
2. Libros y Artí­culos. C. J. Gadd, History and Monuments of Ur, Chatto and Windus, London, 1929. H. R. Hall, A Season†™s Work at Ur, Methuen and Co., London, 1930. T. Jacobsen, †œUr†, The Interpreter†™s Dictionary of the Bible, Abingdon, New York, 1962. Guillame Janneau, Une Dynastie Chaldeenne; les Rois D†™Ur, P. Geuthner, Paris, 1911. M. E. L. Mallowan and D. J. Wiseman, †œUr in Retrospect† Iraq, XXII, 1–236, Spring-Autumn 1960 (28 important articles). E. Porada, †œUr Excavations†, AJA , LVIII, 339–342, Oct. 1954. C. L. Woolley, Abraham, Scribners, New York, 1936: Antiquaries Journal, vol. III hasta XIV. Oct. 1923 – Oct. 1934 (preliminary reports of each season); Antiquities at Ur, University Press, London, 1929; The Excavation at Ur and the Hebrew Records, Allen and Unwin, London, 1929; Excavations at Ur, A Record of Twelve Years†™ Work, L. E. Benn, London, 1954; Ur of the Chaldees, Ernest Benn, London, 1929.

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico

Ciudad al Sur de Mesopotamia, en el actual Irak, donde viví­a Abraham antes de su peregrinaje, Gen 11:28, Gen 11:31, Gen 15:7, Neh 9:7.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

En tiempos de los patriarcas, U. era una importante ciudad en el S de Mesopotamia, a unos 354 km al SE de Bagdad. Originalmente estaba situada en la margen oriental del éufrates, pero el rí­o cambió su curso y las ruinas de U. quedan hoy en la orilla occidental. La familia de Abraham viví­a allí­ (Gen 11:28, Gen 11:31). Dios dijo a Abraham: †œYo soy Jehová, que te saqué de U. de los caldeos† (Gen 15:7). Entre los descubrimientos arqueológicos realizados en la zona, es digno de mencionar un zigurat muy grande que la dominaba. Se trata de una torre de forma piramidal hecha a base de ladrillos y betún, que originalmente debió cubrir una superficie de 183 por 137 m y 64 m de altura. Entre los musulmanes se piensa que el lugar donde nació Abraham se llama Urfa, a unos 32 km de †¢Harán, conocida entre los griegos como Edesa.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG HOMB HOAT

vet, Padre de uno de los valientes de David, llamado Elifal (1 Cr. 11:35).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

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Ciudad situada al sur de Babilonia, de donde procedí­a la familia de Abraham (su padre Tarek, su sobrino Lot) y en la cual comenzó la peregrinación del patriarca máximo del judaí­smo y luego de los pueblo árabes.

Las variadas excavaciones realizadas desde mediados del siglo XIX han clarificado los diversos estratos que tuvo la antigua ciudad, cuya antigüedad puede remontarse a tiempos anteriores al 3.500 antes de Cristo, aunque la cronologí­a abrahámica se sitúa después del 2000.

Los restos escritos más arcaicos del ámbito babilónico se hallaron en los estratos relacionados con los años 3000 a 2800, que corresponden a las primeras formas cuneiformes conocidas.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Ur viene de Uru, una ciudad antigua de la parte extrema del sur de Caldea babilónica. El nombre que lleva hoy es Mugayyer, y no es de mucha importancia. Estaba situada al lado oeste del rí­o Eufrates, como a 217 Kms. al sudoeste de Babilonia. Era una ciudad grande y próspera, centro de rutas terrestres y marí­timas. Su historia puede ser trazada hasta 3000 a 4000 años a. de J.C. En aquellos tiempos era un centro famoso de adoración a la diosa luna, Sin, también llamada Nanna.
Las ruinas fueron descubiertas por Taylor en 1853. Ahora está bajo el dominio de un jeque árabe. En años recientes se hizo una extensa investigación en las ruinas de la ciudad, y mucho ha sido descubierto para apoyar el relato bí­blico. Sin duda todaví­a quedan muchos tesoros por ser descubiertos.
Nos interesa a nosotros por dos razones: fue el primer lugar donde vivió Abraham, el cual dijo Esteban que se encontraba en Mesopotamia (Hechos 7:2-4); y fue el lugar donde Abraham con Taré, su padre, y otros miembros de su familia salieron para buscar un nuevo hogar en Canaán. Génesis 11:28-32; 12:1; 15:7;
Nehemí­as 9:7. Era el centro de la idolatrí­a de aquel tiempo.
Interés Bí­blico
El principal interés bí­blico respecto a Babilonia se basa en dos hechos: (1) el origen de Abraham, que se traza a Ur, una de las ciudades más viejas de Babilonia; (2) el hecho de que fue la tierra del cautiverio de Israel y, por consiguiente, vino a ser para Israel un segundo hogar donde muchos se establecieron permanentemente. Babilonia se menciona 250 veces en la Biblia. Hay muchas referencias a ella en los libros históricos, y muchas veces es el tema de las profecí­as, especialmente en
Isaí­as, Jeremí­as, Daniel y Habacuc. Las siguientes referencias mostrarán algo de la importancia que el lugar tiene en las crónicas bí­blicas.
Comenzada por Nimrod, Génesis 10:10. La torre de Babel, Génesis 11:1-9.
Amrafel, rey de Sinar, ayudó a capturar a Lot, Génesis 14:1 y siguientes. Famosa por su manufactura (Josué 7:21); como centro de sabidurí­a (Daniel
2.12; 4:6); como un centro comercial (Isaí­as 43:14; Ezequiel 17:4); por su grandeza (Daniel 4:30).
Ezequí­as mostró sus tesoros a los embajadores del rey de Babilonia (2 Reyes
20:12-18; 2 Crónicas 32: 27-31).
Los babilonios pusieron í­dolos en Israel después del cautiverio (2 Reyes 17:30, 34).
Ellos llevaron a Judá al cautiverio – tres invasiones abarcando veinte años (2 Reyes
24-25; 2 Crónicas 36; Jeremí­as 39, 52; Mateo1:11, 12, 17; Hechos 7:43). Los profetas hablaron en contra de ella (Isaí­as 13, 14, 47; 21:1-10; 48:14, 20; Jeremí­as 50-51).
Derrotada por Darí­o (Daniel 5:31).
Judá vuelve del cautiverio profetizado (Isaí­as 48:20 en adelante), llevado a cabo bajo Zorobabel (Esdras 1- 2), bajo Esdras (Esdras 7-8), bajo Nehemí­as
(Nehemí­as 1-2).
Usado en un sentido mí­stico o simbólico (1 Pedro 5:13; Apocalipsis 14:8;
16:19; 17-18).
Sinar usado como equivalente a Babilonia (Isaí­as 11:11; Daniel 1:2;
Zacarí­as 5:11; Miqueas5:6).

Fuente: Diccionario Geográfico de la Biblia

1. (Luz.) †˜Padre†™ de Elifal, que fue uno de los hombres poderosos de las fuerzas militares de David. (1Cr 11:26, 35.) Al parecer se trata de la misma persona que Ahasbai. (2Sa 23:34.)

2. †œUr de los caldeos†, la ciudad de Mesopotamia donde nació Harán, el hermano de Abrán (Abrahán), y probablemente Abrahán mismo. (Gé 11:28; Hch 7:2, 4.) Jehová se apareció a Abrahán y le mandó que dejase Ur. La Biblia atribuye el traslado a Taré debido a que era el cabeza de familia, y dice que Taré tomó a su hijo Abrahán, a su nuera Sara y a su nieto Lot, y se trasladó de Ur a Harán. (Gé 11:31; 12:1; Ne 9:7.)
Por lo general se identifica a Ur con Al-Muqayyar, que se encuentra al O. del actual cauce del Eufrates, a unos 240 Km. al SE. de Babilonia. En aquel lugar, las ruinas se extienden por una zona de unos 730 por 910 m. En su dí­a, esta ciudad fue un centro de adoración al dios-luna Nannar (o Sin). En ella destaca un templo en forma de torre o zigurat de unos 61 m. de longitud, 46 de anchura y 21 de altura. (GRABADO, vol. 2, pág. 322.)
Aunque en la actualidad el rí­o Eufrates fluye unos 16 Km. al E. de las ruinas de Ur, parece ser que en la antigüedad pasaba justo al O. de la ciudad. Henri Gaubert, historiador y geógrafo, escribió en su libro Abraham, Loved by God (1968, pág. 8): †œEn el tiempo de Abrahán, los tres grandes rí­os (Karun, Tigris y Eufrates) desembocaban en las aguas del golfo Pérsico por tres estuarios diferentes. Es conveniente señalar aquí­ el emplazamiento de la ciudad de Ur […] junto a la orilla izquierda [oriental] del Eufrates. La tribu hebrea de Abrán, originaria de la ciudad estado de Ur, podí­a, en consecuencia, ser llamada †˜el pueblo de allende el rí­o†™†.
Asimismo, una edición revisada y actualizada del libro Excavations at Ur, de sir Leonard Wooley, muestra que el Eufrates discurrí­a sin duda al O. de Ur. Dice con relación a las defensas de la ciudad: †œA esta tremenda fortificación se añadí­a el hecho de que el Eufrates (como puede verse por el rastro que ha dejado su antiguo cauce) bañaba la base de la muralla occidental, mientras que a menos de 50 m. del muro oriental se habí­a excavado un amplio canal que se separaba del rí­o por el extremo septentrional de la población, de tal forma que Ur tení­a un foso que la protegí­a por tres lados†. (Ur †˜of the Chaldees†™, de P. R. S. Moorey, 1982, pág. 138.) Por lo tanto, puede decirse con propiedad que Jehová tomó a Abrahán †œdel otro lado del Rí­o [Eufrates]†. (Jos 24:3.)
En las tumbas reales de Ur, las excavaciones han sacado a la luz numerosos objetos de oro, plata, lapislázuli y otros materiales valiosos, así­ como pruebas de que se enterró a antiguos reyes y reinas sumerios de aquella ciudad con su séquito de siervos y siervas.
Las ruinas excavadas en Ur de lo que parecen ser casas privadas (en opinión de algunos, pertenecientes al perí­odo comprendido entre los siglos XX y XVI a. E.C.) muestran que estaban construidas de ladrillo, enlucidas y blanqueadas, y tení­an trece o catorce habitaciones alrededor de un patio empedrado. Entre las tablillas de barro halladas en el lugar habí­a algunas que debieron utilizarse para enseñar la escritura cuneiforme. Otras tablillas indican que los estudiantes tení­an tablas de multiplicación y división y que utilizaban las raí­ces cuadradas y cúbicas. Muchas de las tablillas son documentos comerciales.
En consecuencia, las excavaciones efectuadas en Ur muestran claramente que Abrahán hizo notables sacrificios materiales cuando dejó aquella ciudad. Pero por su fe, este patriarca †œesperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios†. (Heb 11:8-10.)

Fuente: Diccionario de la Biblia