Tebas (heb, Nô’; egip. Niwt [‘Imn], «la ciudad [de Amón]»; el nombre completo, Nôb’ ‘í‚môn, aparece en el hebreo de Nah 3: 8 [véase la BJ y la NBE]). Nombre de la famosa capital del Alto Egipto. Los egipcios se referían a ella sólo como «la ciudad», de la misma manera que los romanos llamaban urbe («la ciudad») a su capital. Los griegos la llamaron Tebas en recuerdo de la ciudad homónima que existía en la Grecia central. Aunque no siempre estuvo en ella, por varios siglos fue la capital oficial de Egipto durante el Reino Nuevo. Se la considera la ciudad más grande de la antigüedad, pues superaba en tamaño a famosas metrópolis como Nínive y Babilonia. Homero se refirió a ella como la ciudad de las 100 puertas. Cuando se convirtió en capital del imperio (s XVI a.C.), Amón,* el dios con cabeza de carnero, llegó a ser el principal dios egipcio (su sumo sacerdote acumuló tanto poder que sólo el rey era superior a él). Generaciones de reyes construyeron allí el templo de Amón (conocido ahora como templo de Karnak), hasta que llegó a ser el más grande conocido por entonces, pues abarcaba muchas hectáreas; aún hoy sus ruinas siguen siendo impresionantes. Cuando los reyes «etíopes» conquistaron Egipto en el s VIII, a.C., Tebas no sufrió, puesto que estos reyes nubios, que también adoraban a Amón, conservaron Tebas como su capital. Sin embargo, la ciudad fue destruida por Asurbanipal durante la 2ª invasión asiria ocurrida en el 663 a.C. El 1133 profeta Nahum afirmó poco después que la destrucción de Tebas era un preanuncio de la destrucción que sufriría Nínive (Nah 3:8). Pero Tebas se recuperó hasta cierto punto de esta catástrofe, y de nuevo llegó a ser una ciudad de alguna importancia, hasta que por fin fue completamente destruida por Cornelio Galo, el prefecto romano, por su participación en una revuelta contra los impuestos excesivos, hecho que ocurrió en el 30/29 a.C. Además de Nahum, mencionan esta ciudad los profetas Jeremías (Jer 46:25) y Ezequiel (Eze 30:14,15). Mapa XI, D-3. Las ruinas de Tebas se encuentran ubicadas en ambas márgenes del Nilo. En las inmediaciones de las modernas aldeas de Karnak y Luxor se yerguen los magníficos restos del gran templo de Amón, con sus templos auxiliares dedicados a Mut y Jonsu, y un templo construido por Ramsés II. En la Tebas occidental se encuentran, entre otras ruinas, el templo mortuorio de la reina Hatshepsut, en Deir el-Bahr§; el de Ramsés II (el Ramseseo); y el de Ramsés III, en Medînet Habu, el templo mejor preservado del Egipto prehelénico. Al oeste de estos templos se encuentran los valles de las tumbas de los reyes y las reinas (en los cuales se ha encontrado un buen número cavadas en la roca) de los ilustres monarcas del período del imperio (figs 178-180, 215, 487). Bib.: Homero, La Ilíada, ix.381. 487. Puerta tolomea, con el templo de Khonsu al fondo, en Karnak, una parte de la antigua Tebas.
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
griego No o No-amón. Ciudad en el alto Egipto, situada a orillas del río Nilo, a unos 530 km al sur de El Cairo. Era centro del culto al dios egipcio Amón y capital de Egipto bajo los faraones del imperio Nuevo, 1551-1070 a. C. Los profetas vaticinaron su infortunio, Jr 46, 25; Ez 30, 15; Na 3, 8. Los asirios conquistaron la ciudad bajo Assurbanipal en 667 a. C. Fue destruida por los romanos después que sus habitantes se rebelaran contra el gobierno, por los excesivos impuestos.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
Durante los 4 siglos entre la expulsión de los hiksos ( ca. 1575 a. de J.C. ) y la muerte de Ramesés II ( ca. 1151 a. de J.C. ), Tebas fue la capital de Egipto, y durante gran parte de ese tiempo fue el centro político de un imperio que se extendió hasta el Eufrates. A diferencia de las ciudades de Babilonia y Nínive, cuyos restos permanecieron escondidos hasta los tiempos modernos en promontorios de escombros, la gloria de Tebas fue siempre visible en las ruinas de sus grandes templos los que aún se levantan en el banco oriental del Nilo, 724 kms. al sur de El Cairo.
La moderna ciudad de Luxor ocupa una pequeña porción del área ocupada por la antigua Tebas. El nombre Luxor se deriva del El-Uqsur árabe, †œlos castillos†, una referencia a las ruinas de los grandes templos que aún dominan el sitio. En tiempos antiguos la ciudad y el distrito de Tebas llevaron el nombre de Weset o Newt (†œla ciudad†). De este último nombre la Biblia designa la ciudad de No (Ez. 30:14-16) y No-Amón (v. g. la ciudad del dios de Amón, Nah. 3:8).
Otro nombre usado antiguamente para Tebas era †œlos dos aptos†, una referencia a los dos distritos de la ciudad que corresponden a las ruinas de Karnak y Luxor. Algunos egiptólogos sugieren que los griegos llamaron la ciudad de Tebas (lo mismo que a la Tebas griega), a causa de la nativa ta ape, Tape (†œlos aptos†). La Tebas egipcia era conocida por los griegos durante el tiempo de Homero. La Ilíada habla de †œla Tebas de las cien puertas de las cuales los hombres valientes salen en misiones de conquista†.
Los griegos identificaron al gran dios egipcio Amón con su Zeus y se referían a Tebas como Dióspolis Magna, †œla gran ciudad del dios†. Al otro lado del río desde Tebas estaba Weset Amentet (†œla Tebas occidental†) o Per Hator (†œcasa de Hator†) la ciudad de los muertos en la cualestaban ubicadas las tumbas de los faraones.
Aunque los orígenes de Tebas se remontan a los tiempos predinásticos, no fue sino hasta la dinastía once cuando un príncipe tebano se designó a sí mismo con el título de †œrey del alto y bajo Egipto†. Tebas mantuvo su importancia durante el período del gobierno de los hiksos en Egipto, aunque su gobernador local fue forzado a reconocer el dominio de los odiados extranjeros. Fue un príncipe tebano, Kamose, quien en última instancia libró al Egipto medio del poder de los hiksos. Ahmose I, fundador de la décimoctava dinastía, consiguió sacar a los hiksos de su fuerte en el delta en Avaris. Egipto nuevamente fue gobernado por su propia dinastía. Ahmose restauró a Luxor y los far ones Amenhotep I y Thutmose I construyeron monumentos en Karnak que aún permanecen. La reina Hatshepstu fue honrada con un obelisco en Karnak. Su sucesor, Thutmose III, extendió el poder egipcio en Asia y regresó con trofeos de victoria que hicieron de Tebas la capital más grande del mundo antiguo.
Durante este tiempo Amón, el dios de Tebas, alcanzó la posición de deidad principal de Egipto. Antes de la dinastía décimosegunda, Amón era uno de los dioses menores de Tebas. Debió haber sido Amenemhet I, fundador de la décimosegunda dinastía, quien primero elevó el culto de Amón a un lugar de importancia. Los templos de Amón empezaron a erigirse en Karnak durante su reinado.
Las conquistas de Thutmose III añadieron gloria al templo de Amón en Karnak. Bajo Amenhotep II, Thutmose IV y Amenhotep III, la ciudad de Tebas continuó expandiéndose y la gloria de Amón aumentó.
Amenhotep III conectó los templos de Luxor y Karnak con una amplia y bella avenida embellecida con jardines de flores y con esfinges a los lados. Al otro lado del río construyó un templo mortuorio del cual los así llamados colosos de Memmón son los monumentos restantes. Un palacio para él mismo, otro para su esposa favorita, Tiy, y un lago de placer en el cual él y su esposa podían navegar, se contaron entre los otros edificios construidos por Amenhotep III.
Bajo Amenhotep IV (Akhenatón), Tebas fue abandonada como ciudad real. El hijo de Amenhotep III destituyó a los sacerdotes de Amón, abandonó Tebas y construyó su nueva capital Akhetatón en Tell El-Amarna. Por alrededor de una docena de años Tebas fue abandonada intencionalmente y Atón, de Akhetatón, reemplazó a Amón de Tebas como la deidad real.
A la muerte de Akhenaton, la revuelta de Amarna terminó. Su sucesor Haremhab trasladó la capital nuevamente a Tebas e hizo adiciones a los templos en Luxor y Karnak. Ramesés I, Seti I y Ramesés II añadieron al inmenso salón hipostilo, el cual se convirtió en el rasgo más destacado del templo de Karnak. Al oeste del Nilo continuaron edificándose templos funerarios por los siguientes faraones. El Rameseum de Ramesés II estuvo adornado con los más grandes colosos de granito del antiguo Egipto.
Después de Ramesés II, sin embargo, el poder de Egipto declinó rápidamente y con él la gloria de Tebas. Ramesés III edificó el gigantesco templo de Medinet Habu; pero no pudo evitar el decaimiento del prestigio egipcio. Los sacerdotes de Amón ganaron poder y el sumo sacerdote, Herihor, fue capaz de destronar al último de los gobernadores ramesidas. La riqueza de Egipto fue mayormente administrada por los sacerdotes de Amón y como resultado, tanto Tebas como Egipto sufrieron.
Con el surgimiento al poder de los sacerdotes de Amón de Tebas, una dinastía rival fue establecida en Tanis, en el delta. El dios Amón continuó siendo reverenciado y Tebas fue reconocida como un centro religioso; pero el gobierno era administrado desde el delta. Bajo los faraones etíopes de la décimoquinta dinastía, el asiento del gobierno volvió a Tebas; pero los resultados fueron desastrosos. La interferencia en los negocios de Siria y Palestina trajo la ira de Asiria. Asurbanipal saqueó a Tebas en el 661 a. de J.C.
El profeta Nahum se mofó de la orgullosa Nínive y le recordó la suerte de Tebas:
¿Eres tú mejor que Tebas, que estaba asentada junto al Nilo, rodeada de aguas, cuyo baluarte era el mar, y aguas por muro
Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico
La ciudad principal del Alto Egipto, que sirvió de capital cuando el reino fue unido. Situada a unos 500 km al sur de El Cairo, abarcaba ambas riveras del Nilo. T. es un nombre griego. Los egipcios la llamaban No-Amón, †œla ciudad de Amón†, y así se menciona varias veces en los escritos proféticos de la Biblia. Tenía los famosos templos de Karnak y de Luxor, de enorme importancia en el culto egipcio, así como también grandes mastabas o monumentos funerarios de las familias nobles de Egipto. Allí se encuentra el famoso Valle de los Reyes, donde se encontró la tumba del faraón Tutankamen. En el año 663 a.C. fue tomada y saqueada por los asirios bajo Asurbanipal. Este hecho tuvo tanta resonancia que aún cincuenta años después Nahúm, hablando de la inminente destrucción de Nínive por los caldeos, le dice: †œ¿Eras tú mejor que T., que estaba asentada junto al Nilo, rodeada de aguas, cuyo baluarte era el mar y aguas por muro?† (Nah 3:8). La expresión †œcuyo baluarte era el mar† no significa que T. tuviera orillas marítimas. †œEl mar† era otra forma de aludir al río Nilo, utilizada todavía en el día de hoy por los egipcios. Jeremías y Ezequiel anunciaron la destrucción de T. a manos de Nabucodonosor (Jer 46:25; Eze 30:14-16).
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, CIUD dib00386
sit, a4, 103, 450
vet, Llamada No y No-amón en las Escrituras (Jer. 46:25; Nah. 3:8, RV y V.M.; en las revisiones 1960 y 1977 de la versión de Reina-Valera se vierte por su nombre posterior de Tebas). No y No-amón es asimismo el nombre que se halla con frecuencia en los monumentos. Herodoto dice que llegó a ella nueve días después de haber salido de On, remontando el Nilo (Herodoto 2:9). Ahmose I arrojó a los hicsos de Egipto, reorganizando y desarrollando a continuación el imperio. Hizo entonces de Tebas su capital, agrandándola y embelleciéndola. Homero habla de sus cien puertas (Ilíada 9:381). Amón era la divinidad tutelar de esta ciudad; el sumo sacerdote de Amón era el segundo después del rey. Tebas vino a ser el centro de la civilización egipcia hasta el momento en que dos invasiones azotaron la ciudad. Primero Esar-hadón, rey de Asiria, se apoderó de Egipto el año 671 a.C. Después Assurbanipal, su hijo y sucesor, se puso otra vez en marcha el año 667, y los asirios llegaron a Tebas. Durante otra expedición en el año 663 a.C., Assurbanipal saqueó la ciudad (Nah. 3:8). A pesar de este desastre, la ciudad retuvo durante mucho tiempo su importancia (Herodoto 2:3; 3:10; Jer. 46:25; Ez. 30:14-16). Cornelio Galo destruyó Tebas porque se había unido al Alto Egipto, entre el año 30 y el 29 a.C., para rebelarse contra las exacciones romanas. Subsisten vestigios espléndidos en Luxor y Karnak, sobre la orilla derecha del Nilo: templos, obeliscos, esfinge, etc. También hay monumentos en Kurna y en Medinet-Habu, sobre la ribera derecha. En una garganta al oeste de la ciudad antigua se han hallado, talladas en la roca calcárea, los sepulcros de sus reyes. Las ruinas de Tebas se hallan, innegablemente, entre las más notables del valle del Nilo. El templo de Karnak es una maravilla, y su arquitectura representa un prodigio de capacidad mecánica. Su gran sala hipostilo tiene 134 columnas, las mayores de las cuales tienen 23 m. de altura y 3,65 m. de diámetro. La sala misma mide 100 m. de longitud y 54 de anchura. Las inscripciones son tan numerosas que corre el dicho de que «cada piedra es un libro, y cada columna una biblioteca».
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
(heb. No, como en
Tebas adquirió importancia nacional primeramente en el reino medio (primera parte del 2º milenio a.C.), como ciudad natal de los poderosos faraones de la dinastía 12ª (* Egipto, Historia ); sin embargo, el país se administraba en esa época, no desde Tebas en el lejano
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico