H6629

Diccionario Strong

ציאן

tsón

o צְאוין tseón (Sal 144:13); de una raíz que no se usa que significa emigrar; nombre colect. de un rebaño (de ovejas o cabras); también figurativamente (de hombres): borrego, corderito, cordero, ganado, grey, hato, majada, manada, novillo, oveja, ovejuno, pastar, pastor, rebaño, redil.

—-

Diccionario Chávez

צאן

1) Rebaño de ovejas, que también puede abarcar cabras (Gén 4:2).

2) Metaf.:

el rebaño o pueblo de Dios, Israel (2Sa 24:17). — Suf. צֹאנוֹ, צֹאנֵנוּ.

—-

Diccionario Vine AT

tso’n (ציאן, H6629), «manada, rebaño; ganado pequeño; ovejas; cabras». Una palabra similar se encuentra en acádico, arameo y siríaco, así como en las tablas de Tell el-Amarna. En hebreo tso’n ha mantenido su significado en todas las etapas del desarrollo de la lengua. El vocablo aparece 273 veces en el Antiguo Testamento hebreo y por primera vez en Gén 4:2. El término no se limita a ningún período de la lengua hebrea ni a una categoría literaria en particular. Con todo, el libro de Génesis con sus narraciones sobre la vida pastoril de los patriarcas contiene la mayor frecuencia de casos (alrededor de 60).

El significado principal de tso’n es «ganado pequeño», a diferencia de baqar («rebaño»). El término puede referirse solamente a «ovejas» (1Sa 25:2) o a «ovejas y cabras»: «Así será constatada mi honradez en el futuro, cuando tomes en cuenta mi salario: Toda cabra que no sea pintada o salpicada y toda oveja que no sea de color oscuro, que esté conmigo, será considerada como robada» (Gén 30:33 RVA). La «manada» era un factor económico importante en el Medio Oriente antiguo. Los animales servían de alimento (1Sa 14:32; cf. Sal 44:11), se les quitaba la lana (Gén 31:19) y daban leche (Deu 32:14). También se ofrecían en sacrificio, como cuando Abel ofreció «de los primogénitos de sus ovejas» (Gén 4:4).

En el uso metafórico de tso’n, la imagen de una «multitud» puede aplicarse a gente: «Como las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus festividades, así las ciudades desiertas estarán llenas de rebaños de hombres. Y sabrán que yo soy Jehovah» (Eze 36:38 RVA). Se considera a Dios pastor de su «rebaño», su pueblo: «Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado» (Sal 100:3; cf. Salmo 23 ; Sal 79:13; Miq 7:14). Durante un período de opresión, el salmista compara al pueblo de Dios con «ovejas para el matadero» (Sal 44:22) y oró por su liberación.

Un pueblo sin líder se compara a «ovejas» sin pastor (1Re 22:17; cf. Zac 10:2; Zac 13:7). Para Jeremías, los pastores o líderes descarriaron a Judea (Jer 50:6). En el mismo sentido, Isaías escribe: «Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su camino. Pero Jehovah cargó en él el pecado de todos nosotros» (Isa 53:6 RVA).

La promesa profética tiene que ver con la renovada bendición de Dios sobre el remanente de las «ovejas»: «Pero yo reuniré al remanente de mis ovejas de todas las tierras a donde las eché y las haré volver a sus pastizales. Entonces serán fecundas y se multiplicarán» (Jer 23:3 RVA). Esto acontecerá cuando el Mesías (el «Retoño» de David) establezca su reinado sobre el pueblo (vv. 5-6 RVA). Ezequiel también expresa la misma idea: «Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado» (Eze 34:23-24).

La Septuaginta traduce el término de las siguientes formas: probaton («ovejas») y poimnion («rebaño»).

Fuente: Varios Autores