Diccionario Strong
פֶּתַח
pétakj
de H6605; apertura (literalmente), i.e. puerta (entrada) o camino de entrada: entrada, entrar, puerta.
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Diccionario Chávez
פֶּתַח Entrada (Gén 18:1). — la-pétaj = a la puerta (Gén 4:7). — Paus. פָּֽתַח; Suf. פִּתְחוֹ; Loc. הַפֶּֽתְחָה; Pl. פְּתָהִים; Const. פִּתְחִי; Suf. פְּתָחֵינוּ.
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Diccionario Vine AT
petaj (פֶּתַח, H6607), «puerta; abertura; entrada». Este vocablo aparece 164 veces en hebreo bíblico y en todos los períodos.
Petaj se refiere básicamente a la «abertura por la que se entra en un edificio, una tienda, torre (fortaleza) o ciudad». Abraham estaba sentado a la «puerta» de su tienda resguardándose del calor del día cuando sus tres visitantes celestiales aparecieron (Gén 18:1). Lot se encontró con los hombres de Sodoma a la «puerta, y cerró la puerta tras sí» (Gén 19:6). Los edificios mayores tenían puertas más grandes, por lo que en Gén 43:19, petaj puede traducirse con el término más general de «entrada». Asimismo, en Gén 38:14 : «Se puso [Tamar] a la entrada». Por eso, petaj se refería tanto a un lugar donde sentarse (ubicación) como al espacio por donde entrar (un pasaje): «El altar del incienso y sus varas; el aceite de la unción y el incienso aromático; la cortina de la puerta para la entrada del tabernáculo» (Éxo 35:15).
Hay unos cuantos ejemplos de petaj que son dignos de mención. Por lo general, el término se refiere a una parte planificada de alguna construcción, morada, casa o edificio; sin embargo, en Eze 8:8 se indica una «entrada» que no estaba en los planes originales: «Y cavé en la pared, y he aquí una puerta». Obviamente, no se trata propiamente de una puerta. El vocablo puede referirse a la «entrada» de una cueva, como cuando Elías oyó el suave soplo que señalaba el fin de un violento fenómeno natural: «Cubrió su cara con su manto, y salió y estuvo de pie a la entrada de la cueva» (1Re 19:13 RVA). En plural, petaj a veces indica las mismas «puertas de una ciudad»: «Sus puertas [de Sion] lamentarán y se enlutarán» (Isa 3:26 RVA). Esta forma del nombre se usa también para denotar los labios; por ejemplo, en Miq 7:5 el profeta lamenta la pésima moral de su pueblo y aconseja a sus oyentes a no confiar en nadie, aconsejándoles a guardar sus labios (lit., las «aberturas» de sus bocas).
La primera vez que se usa, petaj sirve de metáfora. El corazón de los hombres se describe como una casa o edificio a cuya «entrada» acecha el diablo listo para subyugarlo totalmente y destruir a su morador (Gén 4:7).
Fuente: Varios Autores