Ortiga (heb. jârûl y qimmôsh). La verdadera ortiga (género Urtica, de la cual crecen 4 especies en Palestina) puede ser una de estas palabras hebreas. Todas las variedades se caracterizan por su capacidad de crecer espontáneamente en los campos descuidados y alrededor de los edificios abandonados (se dice que la ortiga romana -Urtica pilulifera- tiene «espinas» especialmente fuertes). Algunos identifican jârûl con Lathyrus ochrus, y consideran que qimmôsh es un término que indica maleza en general. En todas las Escrituras estas plantas acompañan a la pobreza (Job 30:3, 7), la pereza (Pro 24:31) y la desolación (Isa 34:13; Hos 9:6; Sof. 2:9). Véase Espinos y Cardos. Oruga. Véase Langosta 5.
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
planta de la familia de las urticáceas. Al igual que los espinos y los cardos, la o. se consideraba mala hierba y era símbolo de desolación. En lugar de la ortiga crecerá el mirto, Is 55, 13. En el juicio contra Edom, Yahvéh les dice que en sus alcázares crecerán espinos, ortigas y cardos en sus fortalezas, Is 34, 13. Ortosia, puerto seléucida y fortaleza fronteriza en Fenicia entre Trípoli y el río Eléuteros. A O. fue Trifón huyendo del gobernador Cendebeo, 1 Mc 15, 37.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
tip, FLOR
vet, El hebreo emplea tres palabras que se traducen por «ortiga» (Jb. 30:7; Pr. 24:31; Is. 34:13) que probablemente significan especies de la misma planta.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
Planta con hojas dentadas que por lo general está espesamente cubierta de un abundante pelo urticante que contiene un líquido irritante. Cuando se toca, los extremos de los pelos se quiebran y las agudas puntas rotas penetran en la piel, lo que hace que el líquido entre en la herida. Se sabe que en Palestina existen por lo menos cuatro variedades de ortigas, la más común de las cuales es la ortiga romana (Urtica pilulifera), que puede alcanzar una altura de 1,8 m. y que se encuentra principalmente entre las ruinas.
Las expresiones hebreas ja·rúl (Pr 24:31; Sof 2:9) y qim·móhsch (Isa 34:13; Os 9:6) se aplican a plantas que crecen en campos abandonados y en ruinas. En Job 30:7 la referencia a ja·rúl da a entender plantas altas. Otra palabra hebrea, sir·pádh (†œzarza†, MK; †œortiga†, SA; †œortiga que causa comezón†, NM), contrasta con el mirto o arrayán. (Isa 55:13.)
En Proverbios 24:31 aparece una forma de la palabra qim·móhsch (†œcardos†, BAS; †œespinos†, CI; †œmala hierba†, NM) en paralelo con ja·rúl. Por lo tanto, algunos doctos creen que qim·móhsch se refiere a la mala hierba en general; otros piensan que ja·rúl es una expresión genérica que aplica a la broza. Algunos han cuestionado el que en Job 30:7 se traduzca ja·rúl por †œortigas†, pues dicen que las personas no buscarían voluntariamente cobijo bajo las ortigas. Sin embargo, puede que en una región árida las personas buscaran cobijarse a la sombra de ortigas altas, o que debido al hambre, recogieran tales plantas como alimento. De modo que esta es una traducción apropiada.
Fuente: Diccionario de la Biblia