Nilo (heb. Ye’ôr; shîjôr. «negro [turbiol»; transliteración del egip. itrw [más tarde irw], que significa «río» por excelencia). El gran río de Egipto, de unos 6.400 km de longitud, uno de los más largos del mundo. Sus fuentes, conformadas por varias corrientes (de las cuales el Kagera es la más importante), están en el ífrica central. Fluyen hacia el norte y forman el Lago Victoria. Después de salir del lago, el río, que ahora se llama Nilo Blanco (de unos 2.500 km de largo), recibe las aguas de varios otros afluentes antes de llegar a la confluencia con otro de los ríos principales, en Jartum, el Nilo Azul, que hasta ese punto ya recorrió unos 1.785 km desde sus fuentes en la Meseta de Abisinia. El último tributario del Nilo es el Atbara, también llamado el Nilo Negro, de unos 1.265 km de largo. Se une al río principal a unos 320 km al norte de Jartum. Mapa IV, D-5. Entre Jartum y Asuán, el límite sur del antiguo Egipto, el Nilo fluye 1.865 km y cae por 6 cataratas que, durante toda su historia fueron formidables barreras protectores contra las invasiones desde el sur. La catarata que está más al norte, llamada la 1ª catarata, está formada por un lecho de granito de unos 290 km de longitud, en dirección este-oeste. que atraviesa 840 el río en Asuán. De esta región, los egipcios han extraído granitos rojo y gris desde los tiempos más remotos para obeliscos, estelas, columnas y estatuas. 381. El río Nilo. En Asuán, el Nilo entra en Egipto propiamente dicho, y fluye otros 1.200 km más a todo lo largo del país, de sur a norte (fig 381). Su ancho varía de 450 a 900 m. Al norte de El Cairo, el río se divide en varios brazos formando un fértil delta. En los tiempos antiguos había 7 principales, pero ahora hay sólo 2, los que desembocan en el Mediterráneo: Rosetta y Damietta. Mapas IV, B/C-5; V. A-2/3. El Nilo era y es todavía la fuente de toda la vida de Egipto, un país que pertenece al desierto de Sahara y que prácticamente no tiene lluvias. El río inunda sus riberas durante los meses de verano, y al bajar deja una fértil capa de limo. De ese modo, se ha ido formando, desde tiempos inmemoriales, una franja de tierra fértil a cada lado del Nilo (que aparece con un verde más oscuro en el Mapa V), que renovada cada año permitía la vida para la densa población de Egipto. Antes de construirse los diques de Asuán, las inundaciones comenzaban allí hacia fines de junio, y en la región de El Cairo a mediados de julio, llegando a su nivel máximo en octubre. Desde ese momento, el agua descendía hasta su nivel más bajo en marzo. Desde marzo el nivel se mantenía constante hasta el comienzo de una nueva inundación. Estas eran el resultado de las siguientes circunstancias: el Nilo Blanco mantenía una cantidad constante de agua todo el año, ya que casi diariamente llovía en la región de sus nacientes. Por otra parte, el Nilo Azul y el Atbara llevaban una gran cantidad de agua sólo durante las épocas en que las mesetas de Abisinia soportaban la estación de lluvias. En esas épocas los ríos llegan a ser torrentes, cuyas aguas bajan de las montañas con gran velocidad, arrastrando consigo mucho del suelo que contiene minerales desde las regiones montañosas que atraviesan. Cuando este Nilo Azul violento llegaba a Jartum, tenía tanta fuerza que el agua lenta y serena del Nilo Blanco era retenida, de modo que inundaba sus riberas hasta muy al sur de la ciudad. Después de unas pocas semanas, la fuerza del Nilo Azul se reducía, y para entonces el Nilo Blanco constituía una corriente poderosa que empujaba sus aguas por el cauce del río con la misma fuerza con que antes la arrojaba el Nilo Azul, y durante varias semanas más la inundación de Egipto continuaba. Por causa de su importancia desde tiempos remotos, los egipcios llevaban registros muy minuciosos de la altura de cada inundación anual. Tenían también varios nilómetros en diversos lugares del país, y un sistema de alarma para avisar a los agricultores de la altura esperada del Nilo, para que pudieran tomar las medidas preventivas necesarias por si la inundación llegara a niveles que pusieran en peligro sus diques, aldeas y cosechas; y para que se pudieran preparar si descendieran demasiado bajas, en cuyo caso necesitarían mano de obra adicional para bombear el agua hasta sus campos más alejados del río. Si el Nilo no crecía, había hambre y escasez, y varios períodos de esta naturaleza han quedado registrados. El período de 7 años de hambre que ocurrió en tiempos de José (Gen 41:54) tiene un paralelo histórico, pues una época de 7 años del mismo azote sufrió Egipto en la dinastía 3ª, algunos siglos antes.
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
uno de los ríos más largos del mundo; tiene 6.500 km de longitud aproximadamente. Nace en Cartum, Sudán, en confluencia del N. Azul y el N. Blanco y desemboca en el Mediterráneo. La cuenca de este río mide 2´800.000 Mk2. Para la economía, la política y la cultura de Egipto, el N. es de gran importancia pues un estrecho valle por donde pasa mantuvo aislado a los egipcios desarrollando su propia cultura, además de ser fuente de alimento, Nm 11, 15; Is 19, 8, y arteria para la navegación, Is 18, 2. La siembra del canal, la siega del N. era su riqueza, Is 23, 3. El Ni. es célebre por sus siete años de abundancia y siete de hambre predichos por José, Gn 41, las siete vacas gordas y las siete flacas. Los recién nacidos de los hebreos deben ser arrojados al N., Ex 1, 22. El agua del N. fue convertida en sangre, Ex 4, 9 y 7, 15-25.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
El río principal, no sólo de Egipto sino de Africa, sexto en importancia entre los sistemas fluviales del mundo. La palabra Nilo no aparece en el AT hebreo Cuando en algunas versiones de la Biblia aparecen las palabras el Río, es posible establecer por el contexto si se trata del Nilo (p. ej., Gen 41:1) o del Eufrates (p. ej.,Gen 31:21).
Alrededor de principios de julio comienza la inundación fertilizadora, de modo que la región del delta se inunda y la corriente deposita el limo que arrastra desde las monta Zas. Si la inundación llega a ser desacostumbradamente profunda, muchas viviendas resultan destruidas y eso produce pérdidas materiales, en tanto que si la inundación es muy inferior al nivel promedio la consecuencia es el hambre. Un fracaso de esta inundación durante siete años consecutivos (Génesis 41) fue lo que Dios utilizó para llevar a cabo una revolución grande pero pacífica en Egipto, en la cual José compró para el faraón prácticamente la totalidad de la propiedad privada, excepto la de los sacerdotes, y que permitió el ingreso de los israelitas a Egipto para una permanencia que duraría varios siglos.Desde los días de Abraham, quien siendo †œAbram† descendió a Egipto (Gen 12:10), hasta la infancia de nuestro Señor Jesucristo (Mat 2:14), Egipto y el Nilo fueron bien conocidos por Israel, y ejercieron una poderosa influencia sobre la civilización de Israel (comparar Deu 11:10-12). Hallamos en los escritos de los profetas varias referencias a los ríos de Egipto (p. ej., Isa 7:18; Isa 19:5, Isa 19:7).
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
Río principal de Egipto: Moisés fue puesto en una cesta sobre él, y en una de las plagas su agua se convirtio en sangre: (Ex.2 y 7). Los famosos «papiros» para escribir se obtienen de las canas de papiro junto al Nilo: (Isa 23:3, Jer 2:18, Eze 29:3).
Diccionario Bíblico Cristiano
Dr. J. Dominguez
http://biblia.com/diccionario/
Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano
Este río, al cual los griegos llamaban †œNeilos† y los romanos †œNilus†, tiene una longitud de alrededor de 6.000 km, nace en el lago Victoria y desemboca en el mar Mediterráneo. El valle que forma el Nilo es estrecho, pues tiene un promedio de unos 19 km de ancho en el llamado Alto E., desde Asuán hasta El Cairo. En el Bajo E. está el delta del Nilo, que alcanza una anchura de 240 km, una de sus características más famosas son sus periódicas inundaciones, que arrojan un limo en los terrenos adyacentes, lo cual favorece grandemente la agricultura, de donde surgió la famosa frase de Herodoto (o de Hcháteo de Mileto), de que E. es un †œdon del Nilo†. A esta riqueza agrícola se refiere Isa 23:3 (†œSu provisión procedía de las sementeras que crecen con las muchas aguas del N., de la mies del río†). Cuando no se producían las inundaciones el resultado era un período de poca cosecha y, por lo tanto, de hambre. Es posible que esto fuera lo que aconteció en tiempos de José. Para apreciar adecuadamente el impacto de las distintas plagas en tiempos de Moisés, varias de ellas relacionadas con el N., hay que tener en cuenta la importancia de este río para el país egipcio.
En la Biblia se utilizan términos que significan †œarroyos, corriente de agua† para referirse al Nilo. Aunque en Gen 15:18 se le llama nahar, el río (†œA tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río éufrates†). Cuando Jeremías se oponía a que se hicieran alianzas con los egipcios, decía: †œAhora pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto, para que bebas agua del N.?† (Jer 3:3). La riqueza agrícola del N. y la cultura que floreció en sus orillas eran el orgullo de los faraones. Por eso Dios dijo a Ezequiel: †œPon tu rostro contra … Faraón rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío es el N., pues yo lo hice† (Eze 29:2-3, Eze 29:9). A veces se menciona en la Biblia un †œrío de Egipto† que no es el N., sino el llamado wadi el-Arish, como en Jos 15:47 (†œAsdod con sus villas y sus aldeas; Gaza con sus villas y sus aldeas hasta el río de Egipto…†). Es el mismo al cual se llama †œel torrente de Egipto† en Num 34:5. †¢Egipto. †¢Río de Egipto. †¢Tebas.
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, RIOS CALE AGRI
ver, FARAí“N
sit, a4, 57, 391
vet, Río de Egipto (Is. 23:3; Jer. 2:18). En heb. «Shîhõr» y «y’õr» (río). El Nilo cubría grandes extensiones, sobre todo durante épocas de inundación, por lo que en ocasiones se le daba nombre de mar (Nah. 3:8). Los cursos de agua que alimentan el lago Victoria-Nyanza son las fuentes últimas del Nilo, que tiene 6.500 Km. de longitud (el río más largo del mundo, el Mississipi-Missouri, mide 6.600). La parte más célebre del río empieza en la unión del Nilo Blanco con el Nilo Azul, en Khartum. De allí hasta el Delta el Nilo serpentea a través de más de 2.600 Km. a través del desierto. A partir de entonces no recibe más que un solo afluente por su ribera izquierda, a 225 Km. por debajo de Khartum. Los ribazos se elevan a alrededor de 100 m. de altura y rebasan en ocasiones los 300 m., bordeando el valle como muros hasta llegar a El Cairo, donde se alejan bruscamente al este y al noroeste ante el Delta. Inmediatamente por debajo de Khartum, el Nilo penetra en la meseta de Nubia y describe una gigantesca S, que comprende seis cataratas. Algo río arriba de Asuán (la antigua Siena), un banco de granito que se extiende por casi 290 Km. de este a oeste, obstruye el lecho del río, que se abre paso y desciende por las rocas formando la última catarata. Esta es la primera si se está remontando el río contra corriente, que allí atravesaba los confines del antiguo Egipto. La antigua Etiopía se extendía desde esta catarata hasta la sexta. El granito de las rocas transversales ha suministrado la famosa roca de marrón claro que es lustrosa al pulirla, y de la que se han hecho tantas estatuas de faraones. Río abajo de El Cairo, a unos 160 Km. del mar, el río se divide en varios brazos, y desemboca en el Mediterráneo por los diversos canales. Esta parte de su curso recibe el nombre de Delta, por la forma triangular de la letra D en griego. Las dos principales desembocaduras se hallan por Damieta y Rosetta. En la antigüedad había siete. Las más importantes eran la Pelusíaca al este, la Canópica al oeste, y la Sebenítica en el centro (Herodoto 2:17). Mientras el río sigue su curso sinuoso a través de la sequedad del desierto, una gran cantidad de sus aguas queda perdida por evaporación, por infiltración y, sobre todo, debido al inmenso sistema de canales de irrigación, indispensable para la agricultura. La famosa inundación anual del Nilo, que fertiliza un país privado de lluvias, resultaba un misterio para los antiguos (Herodoto 2:19-25). La región del lago Victoria-Nyanza recibe lluvias prácticamente diarias, cuya aportación regular le da al Nilo una corriente constante. El Nilo Blanco tiene sus fuentes en las montañas de Etiopía; no es nada más que un riachuelo durante la estación seca. Durante la estación de las lluvias viene a ser un torrente impetuoso, cargado de limo de Abisinia. El Atbara, formado por las lluvias, es un torrente análogo. Inmensas extensiones desérticas bordean Egipto. Sin la inundación anual, este país hubiera quedado desnudo de vegetación. Según la célebre frase de Herodoto, «Egipto es el don del Nilo». La crecida del Nilo Azul y del Atbara son la causa de la inundación; el río va creciendo lentamente al principio, a partir del inicio de junio, después con mayor rapidez, a partir del 15 o 20 de julio. Hacia el final de septiembre, las aguas dejan de crecer, y quedan durante veinte a treinta días al mismo nivel. En octubre se reanuda la inundación, y llega a su máximo (100.000 m3 por segundo). A partir de ahí baja el nivel; para fines de diciembre el río queda de nuevo dentro de su lecho. En enero, febrero y marzo los campos se van secando gradualmente. La inundación ha reblandecido y abonado el suelo. La crecida llega a 12 metros en Asuán, y llegaba a 7 u 8 m. en El Cairo. Dejaba un depósito de 10 a 12 cm. de aluviones. Bajo Sesostris I no se tuvieron productos de la tierra debido a años de hambre. Este faraón es identificado por Courville como el faraón bajo el que José sirvió como primer ministro de Egipto (véase FARAí“N, a). Es en esta época que hubo siete años sin inundaciones (Gn. 41:54). La misma calamidad de siete años sin inundaciones tuvo lugar bajo el califa el-Mustansir, que llegó a su mayor punto de gravedad en el año 1.070 d.C. Los antiguos egipcios inscribían regularmente cuál había sido el nivel de la crecida en los diferentes lugares. En la época de los faraones, el año agrícola egipcio se dividía en tres estaciones: el período de la inundación (del final de junio hasta el final de octubre); el de los cultivos (del final de octubre hasta el final de febrero) y, finalmente, la de la cosecha (desde el final de febrero hasta el final de junio). La construcción de la presa de Asuán, acabada en 1964, ha modificado considerablemente el comportamiento del Nilo. Por una parte, ha aumentado el área de irrigación disponible para cultivos. Por otra parte, ha eliminado la descarga de sedimentos y ha regularizado el caudal del Nilo en el bajo Egipto, por lo que los efectos a largo plazo sobre el ecosistema pueden ser verdaderamente contraproducentes en relación con la agricultura. Los efectos se hacen sentir con especial gravedad en la zona del Delta.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
Nombre griego dado al río cuyo valle, en su parte septentrional, configuró la tierra del antiguo Egipto y la convirtió en un oasis fluvial. (MAPA, vol. 1, pág. 531.) Las Escrituras Hebreas se suelen referir al río con la expresión ye´ór (a veces, ye´óhr), que significa una †œcorriente† o †˜canal†™ (como en Da 12:5 e Isa 33:21), o una †˜galería llena de agua†™ (semejante a las que se hacen en minería, tal como en Job 28:10). Hay una ocasión en la que el término ye´óhr se usa para referirse al río Tigris (el bíblico Hidequel) de Mesopotamia. (Da 12:5-7; compárese con 10:4.) El contexto indica en todos los demás usos que aplica al Nilo o, cuando está en la forma plural, a los canales o brazos del Nilo. (Sl 78:44; Isa 7:18.) El nombre egipcio para el río (jrw), común al menos desde la llamada dinastía XVIII, guarda una correspondencia estrecha con el hebreo.
El curso del Nilo. Por lo general se considera que el Nilo es el río más largo de la Tierra. Su longitud, unos 6.671 Km., se mide desde sus manantiales, que tienen su origen en las regiones de los lagos de Ruanda y Burundi. Estos manantiales fluyen hasta el lago Victoria y de allí sale un río hasta el lago Alberto (lago Mobutu Sese Seko). Más al N., esta corriente de agua recibe el nombre de Nilo Blanco. Al Nilo Blanco se le une en Jartum el Nilo Azul, cuyas cascadas se precipitan desde las montañas de la Etiopía septentrional. Al N. de Jartum se forma el Nilo propiamente dicho, y como tal recibe únicamente las aguas de un afluente más: el río Atbara, produciéndose su confluencia con el Nilo aproximadamente a 300 Km. al NE. de Jartum. El Nilo luego serpentea a través de la meseta desolada del Sudán septentrional, pasando por seis lechos distintos de dura roca granítica que dan origen a seis cataratas entre Jartum y Asuán (la bíblica Siene), lugar donde terminaba Nubia y empezaba el antiguo Egipto. Finalmente, después de haber perdido gran parte de su caudal debido a la evaporación producida por el sol abrasador y las demandas de riego egipcias, el Nilo desemboca en el mar Mediterráneo, a unos 2.700 Km. al N. de Jartum.
A lo largo de la mayor parte del curso del río, el valle del Nilo es muy estrecho. Por ejemplo, cuando el río atraviesa Nubia, fluye casi en su totalidad por un desfiladero con el desierto a ambos lados. El valle se ensancha al N. de Asuán, en lo que era el Alto Egipto, pero los acantilados rocosos a ambos lados nunca se separan más de unos 20 Km. Sin embargo, cuando el río alcanza la región situada justo al N. de la moderna ciudad de El Cairo, se divide en dos brazos principales, actualmente llamados el Rosetta y el Damietta, según los nombres de las ciudades portuarias emplazadas en las bocas de esos brazos, en la costa mediterránea. Al abrirse en forma de abanico, las aguas crean el pantanoso delta del Nilo. Antiguamente el río tenía más brazos; los historiadores y geógrafos griegos clásicos mencionan entre cinco y siete de ellos. Estos brazos y algunos de los canales han quedado obstruidos, mermados o suprimidos por la acumulación de sedimento.
Importancia del desbordamiento anual. Una característica singular de este importante río son sus crecidas anuales y el consiguiente desbordamiento de sus cauces, a lo largo de los cuales hay pueblos agrícolas. Este proceso es consecuencia del derretimiento de las nieves en las montañas, así como de las lluvias invernales y primaverales en Etiopía, donde convierten al Nilo Azul en una corriente torrencial que se precipita hacia su confluencia con el Nilo Blanco, arrastrando sedimento fértil de las regiones altas de Etiopía. El río Atbara, con su caudal mayor de lo normal, también contribuye al aumento registrado en el nivel del Nilo. Debido a estos factores, antes de la construcción de la presa alta de Asuán, el río iniciaba la crecida en Egipto a partir de junio, llegaba a su punto máximo en septiembre y decrecía gradualmente a partir de ese mes. Al bajar el nivel de las aguas, estas dejaban tras sí un depósito de tierra muy fértil en forma de una delgada capa de barro.
En una tierra en la que prácticamente no llovía, la agricultura egipcia dependía de estas inundaciones anuales de las tierras bajas. Una crecida insuficiente tenía el mismo efecto que una sequía: ocasionaba hambre; mientras que una crecida excesiva dañaba los sistemas de riego y las casas. Los nilómetros (indicadores para medir el nivel del río) que se han descubierto en lugares antiguos son prueba de la preocupación de los egipcios por una abundante inundación. Sin esas inundaciones, el desierto, siempre cercano, se aproximaría por ambos lados justamente hasta las orillas del río. Sin embargo, las crecidas y decrecidas del Nilo se han producido, con pocas excepciones, con tanta regularidad que a través de su historia Egipto ha sido notable por sus cosechas abundantes y riqueza agrícola.
Esta completa dependencia de la economía egipcia de las aguas del Nilo quedó bien ilustrada en el sueño de Faraón acerca de las siete vacas gordas que salían del Nilo y que se alimentaban de la hierba del río, mientras que las siete vacas flacas provenían del mismo lugar. Esto vino a representar de manera fidedigna cómo la buena producción podía ser devorada por los años pobres resultantes de una inundación insuficiente. (Gé 41:17-21.)
El desbordamiento de las aguas del Nilo se usó para representar el avance de ejércitos en marcha (Jer 46:7, 8; 47:2, 3), mientras que el profeta Amós usó la crecida y decrecida de las aguas de este río para representar la agitación que vendría sobre el Israel infiel. (Am 8:8; 9:5.) Otros profetas emplearon en sentido figurado el que el río Nilo se secase, para indicar el desastre que le sobrevendría a Egipto como resultado del juicio de Dios en contra de la nación. El que el Nilo se secase no solo perjudicaría a la agricultura y a la crianza de ganado, sino que dañaría también la industria de la pesca y la producción de lino. (Isa 19:1, 5-10; Eze 29:9, 10; Zac 10:11.)
A fin de retener parte de las aguas de la inundación para uso posterior en el riego durante la época de cultivo, los egipcios recogían las aguas fangosas en grandes estanques formados con diques de tierra. Por lo tanto, cuando Jehová trajo la primera plaga sobre Egipto y convirtió sus aguas en sangre, el propio Nilo, las aguas de sus canales y estanques llenos de cañas y las †œaguas represadas† se convirtieron en sangre. (Ex 7:14-25.)
Información complementaria. Además de proporcionar agua para las plantas y animales domésticos, el Nilo era la fuente de agua potable para los egipcios. (Ex 7:18, 21, 24.) Excepto durante la etapa inicial de inundación, el agua era muy buena. A lo largo de los canales del Nilo y estanques llenos de cañas, crecían en abundancia los papiros, utilizados por los egipcios para la escritura y la construcción de embarcaciones. (Isa 18:2.) Las orillas y estanques llenos de cañas constituían el hábitat de muchas aves silvestres, que se alimentaban de ranas y otras criaturas pequeñas. (Ex 8:5, 9-11.) Los grabados egipcios muestran la caza de aves desde pequeños botes. Las aguas del Nilo servían asimismo para bañarse, y según el testimonio escrito, la hija del Faraón se bañaba también en estas aguas. (Ex 2:5.) Un grabado egipcio presenta en una escena similar a una mujer de la nobleza bañándose, al tiempo que es atendida por cuatro sirvientas. El Nilo fue además la principal vía de comunicación con todo el país. Las embarcaciones que navegaban hacia el N. seguían el curso de la corriente, mientras que las que iban en dirección S., a contracorriente, aprovechaban el impulso de los vientos que soplaban desde el Mediterráneo tierra adentro. El comercio naviero de Fenicia y Creta llegaba, corriente arriba, hasta Tebas (la bíblica No-amón; Na 3:8) e incluso más lejos.
El Nilo desempeñó un papel importante en la defensa de Egipto contra las invasiones. Al S., sus cataratas hacían difícil el ataque desde la dirección de Nubia-Etiopía, mientras que la tierra pantanosa alrededor de la región del Delta impedía la entrada de grandes ejércitos desde el continente asiático. Algunos doctos opinan que el alarde del rey asirio Senaquerib de secar todos los canales del Nilo con sus pies significaba su confianza en poder superar las fosas defensivas llenas de agua que había alrededor de las ciudades y fortalezas egipcias. (2Re 19:24.)
Los ciclos del Nilo sentaron la base para la ordenación del calendario agrícola y laboral egipcio. Había tres temporadas cuatrimestrales: ´Akhet, o inundación; Peret, o aparición (se entiende, de la tierra seca, pues las aguas regresaban a su cauce), y Shomu, sequía o temporada seca (verano). El período de más actividad tenía lugar inmediatamente después que las aguas alcanzaban su nivel más alto; cuando las aguas bajaban, se programaban trabajos de construcción para mantener a la población empleada.
El símbolo de un †œgran monstruo marino que yace estirado en medio de sus canales del Nilo†, que en Ezequiel 29:3-5 se aplica al Faraón, bien pudiera haberse tomado de la imagen tan común que desde antiguo han ofrecido los cocodrilos que habitan en el Nilo. También el hipopótamo ha frecuentado estas aguas, un animal que por lo general se relaciona con el †œBehemot† mencionado en Job 40:15.
Los egipcios deificaron al Nilo y lo adoraron como dios de la fertilidad con el nombre de Hapi. Se le representaba con figura de hombre, pero con pecho de mujer, faja de pescador atada a una cintura rechoncha y la cabeza coronada con plantas acuáticas. Todos los años, al comienzo de la temporada de las inundaciones se celebraban fiestas en su honor, acompañadas de sacrificios. En opinión de algunos doctos, la referencia que se hace en Exodo 7:15 a la salida de Faraón al Nilo debió estar relacionada con algún tipo de ceremonia devocional, aunque bien pudo tratarse de un mero paseo matutino o de una inspección del nivel de las aguas del río.
[Fotografía en la página 487]
Vista típica de las aguas del Nilo
[Mapas en la página 488]
(Véase la publicación para ver el texto completo)
Río Nilo
Mar Mediterráneo
DELTA
Mar Rojo
Río Nilo
Menfis
Tebas (No-amón)
1.a CATARATA
Asuán (Siene)
2.a CATARATA
3.a CATARATA
4.a CATARATA
5.a CATARATA
Río Atbara
6.a CATARATA
Jartum
Nilo Azul
Nilo Blanco
Lago Alberto
Lago Victoria
[Mapa]
íFRICA
Río Nilo
Fuente: Diccionario de la Biblia
I. Terminología
El origen del
II. El curso del río
El origen último del Nilo lo constituyen arroyos tales como el Kagera, que desembocan en el lago Victoria en Tanzania; de allí sale un río hacia el
En la zona de Nubia y el alto Egipto, el curso del Nilo recorre un angosto valle que en Egipto no alcanza más de 20 km de ancho y con frecuencia mucho menos, flanqueado por cerros o acantilados, más allá de los cuales se extienden desiertos rocosos hacia el
III. La inundación y la agricultura
El rasgo más notable del Nilo es el hecho de que anualmente sube e inunda sus riberas, es decir provoca una inundación. En Etiopía y el Sudán del
IV. Otros aspectos
Al dominar la agricultura de Egipto, el Nilo afectaba también la forma de su calendario, dividiéndolo en tres estaciones (cada una de cuatro meses de 30 días y excluyendo cinco días adicionales) llamadas ˒akhet, ‘inundación’, peret, ‘aparición’ (e. d. de la tierra ante las aguas en retirada); y shomu, ‘seca (?)’, o época de verano. Las aguas del Nilo no solamente posibilitaban los cultivos sino que también formaban los pantanos para el pastoreo (cf. Gn. 41.1–3, 17–18) y el papiro (* Papiros y óstraca), y arrastraban una gran riqueza en peces que se sacaban tanto con líneas como con redes (Is. 19.8), cf. R.A. Caminos, Late Egyptian Miscellanies, 1954, pp. 74, 200 (muchas clases), y G. Posoner et
Bibliografía. E. Drioton, J. Vandier, Historia de Egipto, 1981; R. Fernández Valbuena, Egipto y Asiria resucitados, 1985; C. F. Pfeiffer, “Egipto”,
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico