Mandrágora (heb. dûdâ’îm). Planta de la familia de la belladona que produce una fruta aromática como una manzana o un tomate. El fruto produce un efecto narcótico, y se sabe que fue usada como medicina en tiempos remotos. Los antiguos creían que la mandrágora poseía cualidades que estimulan el deseo sexual y fomentan la fertilidad. El supuesto valor afrodisíaco está implícito en el uso bíblico del término (Gen 30:14-16; Son 7:13). 745
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
ver PLANTAS
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
Planta o hierba de eje muy corto, abundante en los suelos de Israel. Su nombre científico es †œMandrágora Officinarum. Tiene hojas indivisas y grandes de color verde oscuro. Produce una frutilla de olor muy penetrante. Su raíz es profunda y toma formas parecidas a un cuerpo humano. Se tejían muchas leyendas alrededor de ella, atribuyéndosele poderes afrodisiacos o para posibilitar la concepción. La historia de Rubén, que †halló m. en el campo y las trajo a Lea su madre» parece estar relacionada con esto último. Raquel tomó las m. a cambio de que Jacob durmiera con †¢Lea, la cual concibió sin el uso de la planta. Esto se interpreta como una negación de la creencia tradicional (Gen 30:14-17). El uso poético en Can 7:13, †œlas m. han dado olor†, es una alusión a la primavera. †¢Plantas de la Biblia.
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, FLOR MDIC
vet, (heb. «duda’i», «manzana de amor»). Se suponía que esta olorosa planta actuaba como filtro de amor, y que tenía virtudes fertilizantes (Gn. 30:14-16; cfr. Cnt. 7:14). La mandrágora («Mandragora oficinarum») es una bella solanácea de grandes hojas, con flores de un violeta pálido, blancas, o de azul oscuro. Su fruto es pequeño, de un amarillo dorado. La raíz, en forma de bieldo, se parece vagamente a dos piernas. La mandrágora crece en el valle del Jordán, al lado de los afluentes de este río, en los campos de Moab, de Galaad y en Galilea. Las hojas son más venenosas que las de la belladona.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
(heb. du·dha·´ím, plural).
Planta herbácea perenne que, al igual que la patata, pertenece a la familia de las solanáceas. La mandrágora (Mandragora officinarum) tiene largas hojas ovaladas de color verde oscuro que parecen crecer directamente de la raíz primaria y se extienden en círculo cerca de la tierra. Desde el centro de este círculo brotan los pedúnculos, cada uno con una flor única de color blanco, azulado o violáceo. El fruto, de un color rojizo amarillento y aproximadamente del tamaño de una ciruela, madura para el tiempo de la cosecha del trigo en Palestina. (Gé 30:14.) Se ha dicho que su aroma es dulce y fresco como el de la manzana. (Véase Can 7:13.) La raíz primaria de la mandrágora, gruesa y con frecuencia bífida, se parece a las extremidades inferiores del hombre. Esta característica ha hecho surgir numerosas creencias supersticiosas y ha servido de base para que se atribuyan poderes mágicos a la planta. (GRABADO, vol. 1, pág. 544.)
En tiempos antiguos el fruto de la mandrágora se usaba en medicina como narcótico y antiespasmódico. En algunos lugares del Oriente Medio también se le consideraba, y todavía se le considera, un fruto afrodisiaco capaz de aumentar la fecundidad humana o de ayudar a la concepción. El registro de Génesis informa que Raquel concordó en cambiar con su hermana Lea la oportunidad de recibir el débito conyugal de su esposo, Jacob, por algunas mandrágoras. (Gé 30:14, 15.) Aunque la Biblia no revela el motivo, es posible que Raquel pensara que estas le ayudarían a concebir, y así pondría fin al oprobio de su esterilidad. Sin embargo, Raquel no quedó encinta hasta algunos años después de este incidente. (Gé 30:22-24.)
Fuente: Diccionario de la Biblia