Jdg 4:17-22; 5:24
Jael (heb. Yâêl, «cabra montés»). Esposa de Heber el ceneo (Jdg 4:17). Sísara, general de 602 Jabín, rey de Hazor, huyendo de las fuerzas de Barac, encontró refugio en el hogar de ella. En ese tiempo había paz entre el clan de Heber y el reino de Hazor. Totalmente agotado, Sísara se durmió, ocasión en que Jael lo mató clavándole una estaca de carpa a través de la sien con un martillo. Por este hecho fue alabada por Débora y Barac en su canto de triunfo (vs 11-22; 5:6, 24-27).
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
(heb., ya†™el, cabra montés). La esposa de Heber el queneo (Jdg 4:17). Sísara huyó a la tienda de Heber cuando Barac lo derrotó (Jdg 4:15, Jdg 4:17). Jael lo mató con una estaca, y después fue alabada por este hecho (Jdg 4:21; Jdg 5:24).
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
(Cabra Montés). Nombre de personas del AT.
1. Personaje mencionado en el cántico de †¢Débora del cual no se conocen datos biográficos. En su tiempo, que fueron los mismos de †¢Samgar, en el período entre los jueces †¢Aod y Débora había mucha inseguridad en Israel, †œquedaron abandonados los caminos y los que andaban por las sendas se apartaban por senderos torcidos† (Jue 5:6).
. †œMujer de Heber ceneo†. Cuando los israelitas vencieron al ejército de †¢Jabín, su capitán †¢Sísara llegó huyendo hasta la tienda de J. Como †œhabía paz† entre el rey Jabín y la casa de Heber ceneo, pensó refugiarse allí. J. le infundió confianza, †œle cubrió con una manta† y le dio a beber leche. Pero cuando Sísara se durmió J. le mató †œcon una estaca de la tienda† (Jue 4:17-22). Por esta acción en el cántico de Débora se dice de ella: †œBendita sea entre las mujeres J.† (Jue 5:24). Heber ceneo era descendiente del suegro de Moisés (Jue 4:11) y había hecho alianza con Jabín. El hecho de que J., esposa de Heber, matara a Sísara se interpreta como un cambio de alianzas de su familia, que volvió así a la amistad con Israel.
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, BIOG MUJE MUAT
vet, = «cabra silvestre». Esposa de Heber ceneo (Jue. 4:17). En su huida de Barac, Sísara, el general del rey cananeo Jabín, fiado en la paz que había entre su rey y Heber, se dirigió hacia la tienda de Jael. Jael lo hizo entrar y le dio leche para aliviar su sed. Cuando Sísara estaba profundamente dormido, le atravesó las sienes con una estaca (Jue. 4:11-22). Débora alabó este hecho de Jael (Jue. 5:6, 24-27). Sísara era enemigo del pueblo de Dios, y había sido instrumento de gravosa opresión durante muchos años. Pero, por otra parte, Jael violó la palabra dada y la hospitalidad sagrada. El mismo Josué se vio atado por su tratado con los gabaonitas, aunque había sido engañado por ellos (Jos. 9:3-27). Dios había profetizado que el Señor vendería a Sísara a manos de mujer. En Su soberanía, Dios usó el ardid traicionero de Jael para destrozar el poderío de Jabín con la muerte de su cruel general. Este es un caso como otros en el que el fin es conforme a la voluntad de Dios, pero no la manera en que se lleva a cabo. De esta manera, los hijos de Israel tuvieron cuarenta años de desahogo.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
«Bendita sea entre las mujeres Jael, mujer de Heberceneo; entre las mujeres que habitan tiendas, bendita sea» (Jueces 5:24).
Léase: Jueces 4:17-24; 5:24-31. Jael nos recuerda a Judít de Betulia, que hundió una espada en el cuello de Olofernes mientras estaba durmiendo.
Jael era La esposa de Heber, ceneo. Los ceneos, no eran verdaderos israelitas, sino los descendientes de la esposa de Moisés. Como eran un pueblo nómada, vivían en tiendas. En los días de Débora se hallaban acampados al pie del monte Tabor. Estas tiendas estaban situadas cerca del lugar en que Barac y Débora habían destruido el ejército de Jabín con sus novecientos carros herrados. Jabín había permitido a los ceneos que se asentaran en su territorio porque esperaba que se harían aliados suyos contra los israelitas. Pero Jabín se equivocó, porque los ceneos se pusieron del lado de Israel.
Jael se consideraba también como aliada de Israel. Se gozó cuando supo que Barac había derrotado a Sisara. Jael recabó para sí el honor que Barac habría deseado para sí. Con su propia mano, como un juicio de Dios, Sisara, el cruel opresor de Israel fue clavado en la tierra por medio de una estaca que le atravesó las sienes. Hemos leído en Jueces 4:9 que Débora ya le había dicho a Barac: «No será tuya La gloria de La jornada que emprendes, porque en mano de mujer entregará Jehová a Sisara.» Por ello, Débora en su cántico entona alabanzas a Jael: «Bendita sea entre las mujeres que habitan tiendas, bendita sea.»
Digamos de paso, que los comentaristas coinciden en afirmar que Jael mató a Sisara no como un impulso personal, sino porque el celo por Jehová movió su mano. Esto no significa que su acción pueda compararse a la de David cuando mató a Goliat, pues éste lo hizo dando La cara. Dios ayudó a David. Jael no podía confiar en La misma forma en Dios. Aunque se sintió impulsada a eliminar a un enemigo reconocido de Dios y de su pueblo, le faltaba la fe de que Dios la ayudara y por ello atacó a Sisara a traición.
El relato de Jueces nos dice que después de haberle hablado ofreciéndole seguridad en su tienda, le cubrió con una manta, le dio de beber leche y se avino a vigilar a La puerta de la tienda para despistar a los que pudieran inquirir por Sisara. En vez de hacerlo, tomó una estaca de La tienda y con un mazo se acercó a Sisara calladamente y le metió la estaca por las sienes y lo dejó clavado en el suelo.
Jael mató a Sisara como un asesino mataría a su víctima, no como un campeón del Señor destruiría a los enemigos. Es bueno tener celo por Dios, pero no es posible elogiar el medio usado por Jael.
Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:
1 ¿En qué forma estaba relacionada Jael con el pueblo de Israel?
2 ¿Podemos considerar como noble el acto de Jael?
3 ¿Si hubieras estado en lugar de Jael, habrías llegado al extremo de matar a este rey?
4 ¿Perduró la fama de Jael, en el pueblo de Israel, como resultado de este hecho?
Fuente: Mujeres de la Biblia
(Cabra Montés).
La esposa de Héber el quenita (no israelita); dio muerte a Sísara, el jefe del ejército cananeo.
Jael vivía con su esposo en una tienda cerca de Quedes, y Héber estaba en paz con los opresores cananeos. (Jue 4:10, 11, 17, 21; véase QUEDES núm. 3.) Cuando Israel derrotó a Sísara, este huyó al campamento neutral de Héber, donde Jael le invitó a entrar en su tienda. †œMás tarde ella lo cubrió con una frazada.† Al rato él le pidió agua, y ella le sirvió cuajada en un tazón. Después que lo tapó otra vez, él le pidió que estuviese de pie a la entrada de la tienda vigilando. Creyéndose seguro por ser su invitado, Sísara, agotado, pronto se quedó profundamente dormido. Entonces Jael se le acercó en silencio, armada con un martillo y una estaca de tienda, que como moradora en tiendas estaría acostumbrada a usar, y se la hincó en la cabeza hasta que penetró en la tierra. Cuando llegó Barac, su perseguidor, Jael le mostró al jefe del ejército muerto por †œla mano de una mujer†, como Débora había predicho. (Jue 4:9, 17-22.) En el cántico de victoria de Débora y Barac se elogia el valeroso acto de Jael contra el enemigo de Jehová, y también se pronuncia a Jael †œmuy bendita entre las mujeres†. (Jue 5:6, 24-27.)
Fuente: Diccionario de la Biblia
(heb. yā˓ēl, ‘cabra salvaje’). La esposa de Heber ceneo, la que asesinó a Sísara (Jue. 4.17–21). En esa época los cananeos, al mando de Jabín, rey de Hazor, y Sísara dominaban Israel. En una nota aclaratoria (Jue. 4.11) se explica la presencia de los ceneos en una región tan al N, hasta Alon-saananim, en la frontera de Neftalí (Jos. 19.33); normalmente se los relacionaba con la tribu de Judá. Sus habilidades en el trabajo con metales seguramente los convirtieron en aliados útiles de los cananeos (Jue. 4.17).
Después que los israelitas, dirigidos por Débora y Barac, infligieron una derrota decisiva a los cananeos, la mayor parte del ejército vencido huyó hacia el O. Sísara, sin embargo, evidentemente después de haber abandonado su comando, se dirigió hacia el N, probablemente con el fin de buscar asilo en Hazor. Al apreciar su vital importancia (cf. Jue. 4.22), Jael le ofreció hospitalidad, lo que de acuerdo con la costumbre de la época, le garantizaba protección. Su afán por trasmitirle un sentido de seguridad hizo resaltar aun más su traición (Jue. 4.18). Como la instalación de tiendas era un trabajo que correspondía a las mujeres, Jael pudo matar eficazmente a Sísara atravesándole la sien con una estaca. Ser muerto por una mujer se consideraba una vergüenza (cf. Jue. 9.54). Así se cumplió la profecía de Débora, de que el principal honor de matar a Sísara le correspondería a una mujer (Jue. 4.9).
Esta victoria liberó permanentemente a Israel de la opresión cananea, y le permitió controlar el estratégico valle de Esdraelón. Quedó inmortalizada en la canción de Débora (Jue. 5), que se considera contemporánea, y que muestra un salvaje deleite en el artero acto de Jael (Jue. 5.24–27). Pero, aunque no se lo apruebe, no se puede desestimar la natural reacción humana de los israelitas, después de un largo período de opresión, ante la muerte de su archienemigo.
Se han sugerido varias enmiendas poco convincentes destinadas a suprimir la sorprendente referencia a Jael en Jue. 5.6. Probablemente el argumento que se adujo es el de que, aunque Samgar y Jael vivían en la época en que Israel era perseguida, ninguno de los dos fue capaz de liberarlo. Débora recibe todo el crédito de esta acción libertadora.
Bibliografía. J. D. Crossan, “Jueces”, Comentario bíblico de “San Jerónimo”, 1971, t(t). I, pp. 426–428; F. Asensio, “Jueces”, La Sagrada Escritura, 1968, t(t). II, pp. 138–148; L. Arnaldich, “Libros históricos del Antiguo Testamento”, Biblia comentada, 1961, t(t). II, pp.108–109.
A. E. Cundall, Judges and Ruth, 1968, pp. 81–101.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico