Mat 6:28; Luk 12:27 lirios .. no trabajan ni hilan
Hilar (heb. tâwah; gr. nethí‡). Las referencias al arte de hilar son sorprendentemente escasas en las Escrituras, aunque lo debieron haber practicado ampliamente las mujeres de Palestina. En Exo 35:25 y 26 se menciona el arte de las «mujeres sabias de corazón» que hilaban azul, púrpura, carmesí, lino fino y pelo de cabras para la construcción del tabernáculo. La única otra alusión a esta artesanía en el AT (Pro 31:19) se refiere a los instrumentos empleados, específicamente a la rueca y al huso, que continúan en boga para el hilado manual hasta nuestros días. La palabra traducida como «huso» (heb. kîshôr) quizá sería mejor verterla como «rueca», a la que una mujer extendería su brazo mientras formaba el hilo con la lana o el lino unido a ella. A su vez, a la palabra traducida «rueca» (heb. pelek) le vendría mejor «huso», ya que es más probable que tuviera el huso en la mano, pues al hacerlo girar, las fibras se retuercen para formar el hilo. Albright considera que ambos términos, kîshôr y pelek, son sinónimos para el volante de la rueca, en el NT «hilar» aparece sólo 2 veces (Mat 6:28 y Luk 12:27). Bib.: ARI 216, nota 63.
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
tip, OFIC
vet, El hilado era una actividad reservada a las mujeres (Ex. 35:25). No se conocía la rueca, por lo que se ponía el copo de fibra en una asta, y ésta se clavaba en el suelo, o se sostenía debajo del brazo, mientras con una mano se sostenía el huso, que se iba girando, y se daba torsión a la fibra que se hilaba, bien lana o lino.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
Estirar y retorcer las fibras textiles, vegetales o animales, como el lino, el algodón, la lana o el pelo de cabra, hasta convertirlas en hilo. Estos hilos se utilizaban para tejer, coser, bordar o hacer cuerdas.
Tanto los hebreos como otros pueblos empleaban la rueca y el huso con este propósito. Se dice sobre la esposa capaz: †œHa alargado sus manos a la rueca, y sus propias manos asen el huso†. (Pr 31:19.) La rueca era un palo en el que se enrollaban con holgura las fibras una vez lavadas y peinadas o cardadas. (Isa 19:9.) Aunque los métodos de hilar variaban, una manera de hacerlo consistía en sostener la rueca en la mano izquierda; se estiraban las fibras hasta cierta longitud y se unían al huso. Este era un palo más corto que tenía un gancho en uno de los extremos, con el que sostenían las fibras, y una nuez (un disco de un material pesado, como, por ejemplo, una piedra) cerca del otro extremo. Con la mano derecha el hilador daba vueltas al huso que colgaba, y así retorcía las fibras hasta convertirlas en un hilo. Luego devanaba el hilo en el mango del huso y lo ataba. A continuación volvía a repetir la operación, hasta que todas las fibras de la rueca se habían convertido en un hilo largo.
En el antiguo Egipto hilaban tanto hombres como mujeres, pero entre los hebreos parece que solían hacerlo las mujeres. Las israelitas tuvieron el privilegio de hilar y contribuir tejidos cuando se iba a construir el tabernáculo. (Ex 35:25, 26.)
Jesucristo se refirió a este proceso cuando instó a sus discípulos a no preocuparse indebidamente por la ropa y a confiar en que Dios los vestiría. Dijo: †œReparen en los lirios, cómo crecen; no se afanan ni hilan; pero les digo: Ni siquiera Salomón en toda su gloria se vistió como uno de estos†. (Lu 12:27, 28; Mt 6:28-30.)
Fuente: Diccionario de la Biblia
netho (nhvqw, 3514), hilar. Se halla en Mat 6:28 y Luk 12:27, de los lirios del campo (véase LIRIO).¶
Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento