VERSIONES CASTELLANAS DE LA BIBLIA

I. Introducción

El tema que tratamos nada tiene de novedad. Hasta donde sabemos, de él se han ocupado investigadores de reconocido prestigio como Alejandro Clifford, Juan C. Varetto, P. N. Tablante Garrido, Hazael T. Marroquín, José Flores, B. Foster Stockwell y otros. Al leerlos nos damos cuenta de que la Biblia ha sido hasta hoy, y lo será mientras Dios lo quiera, el libro que mayor número de traducciones ha alcanzado en torno al mundo y a lo largo de los siglos.

Según informes de las Sociedades Bíblicas Unidas, hasta el 31 de diciembre de 1984, toda la Biblia, o alguno de los libros que la forman, existía en 1850 idiomas modernos. Y los esfuerzos se multiplican para que, en el menor tiempo posible, cada lengua hoy en uso tenga por lo menos un fragmento de las Sagradas Escrituras. Por lo que a la lengua castellana se refiere, cabe afirmar que esta ha sido una de las más privilegiadas, ya que en ella existen diversas traducciones de las Sagradas Escrituras. Algunas de ellas han sido hechas por rabinos judíos, otras por eruditos protestantes, no pocas por sacerdotes católicos. Causa orgullo saber que también tenemos traducciones interconfesionales, y versiones de libros o fragmentos de la Biblia hechos por escritores muy conocidos como Juan de Valdés, Andrés Bello, Juan Montalvo, Arturo Capdevila y muchos más.

No exageramos al afirmar que desde sus más remotos orígenes la lengua castellana sintió la presencia de las Sagradas Escrituras. De tal realidad dan testimonio no pocos investigadores al afirmar que en los escritos de san Isidoro de Sevilla, ss. VI d.C., figuran palabras no latinas, gérmenes ya del castellano, donde hay nociones de la teología cristiana. Como sabemos, los más antiguos documentos escritos en castellano, ss. X d.C., son anotaciones colocadas al margen de unas homilías y un penitencial latino. Nos referimos a las Glosas emilianenses, encontradas en el monasterio de san Millán de la Cogolla, comarca de la Rioja, en la provincia española de Logroño. Lo mismo ocurre en las Glosas silenses, halladas en Silos, al SO de Burgos.

Todo, pues, nos dice que la cuna de nuestra lengua está en los monasterios. Como bien lo afirma don Ricardo León, la lengua de Castilla “asentó sus cimientos en las ruinas de las primeras hablas peninsulares; puso su pie sobre las fuertes raíces del éuscaro; labró los rotos mármoles latinos; atavióse de la elegancia helénica; supo emular los apasionados acentos del Yemen y apacentó sus místicas ternuras en la sacra lengua de Israel”.

Raro es que en fecha tan temprana como lo es el año 1223, casi tres siglos antes de la Reforma protestante que tanto impulsó el estudio de las Sagradas Escrituras, ya se prohibiera en España el estudio de la Biblia a nivel popular. Tal se desprende de un edicto firmado aquel año por el rey Jaime de Aragón en que se prohibía leer las Escrituras en lengua romance, y se daba ocho días de plazo a quienes las poseyeran para que las entregaran al obispo de la diócesis y fueran quemadas. No existe fragmento alguno de aquellas primeras traducciones peninsulares, pero se cree que eran obra de los albigenses, grupos cristianos independientes muy activos en aquellas días en el SO de Europa.

II. Versiones veterotestamentarias y de la Biblia completa

A continuación ofrecemos una lista, fundamentalmente cronológica, de las más conocidas versiones del AT y de toda la Biblia a la lengua castellana. Después, en lista separada, haremos mención de las traducciones del NT que no llegaron a formar parte de Biblias completas:

(1) Biblia alfonsina. Completa. Versión tomada de la Vg., terminada en el año 1280 y realizada bajo los auspicios del rey Alfonso X, el Sabio. Se trata de la primera versión conocida de toda la Biblia a lengua castellana. Debe tomarse como una de las versiones culturales ya que el citado monarca, aunque cristiano, no la realizó por sugerencia de iglesia alguna.

(2) Del rabino Salomón. Un ejemplar de esta traducción se halla en la biblioteca de El Escorial. Generalmente se toma como anónima, aunque algunos eruditos la atribuyen al rabino Salomón. Contiene sólo el AT y está fechada en el año 1420. De la misma fecha es otra versión, anónima también, del AT y que no contiene el libro del Eclesiastés. Se halla también en El Escorial. Su autor, seguramente un judío erudito, ocultó su nombre quizá por causa de la persecusión.

(3) Biblia del duque de Alba. Versión del AT hecha bajo los auspicios del rey Juan II de Castilla. Tomada directamente del original heb. y realizada por el rabino Moisés Arragel, de Guadalajara, a solicitud de don Luis de Guzmán, hombre culto y acaudalado que deseaba leer las Sagradas Escrituras en su lengua materna. Se conoce también con los nombres de Biblia de la casa de Alba y Biblia de Olivares. Menéndez Pelayo le da el calificativo de notabilísima por la belleza del estilo. Vio la luz en el año 1430.

(4) Biblia de Ferrara. Versión del AT tomada del original heb. por los rabinos Abraham Usque y Jome Tom Athías. Fue publicada en la ciudad italiana de Ferrara para uso de los judíos desterrados de España en el año 1492. Al comentar esta obra, dice Amador de los Ríos: “Convencidos ambos rabinos de la necesidad de que no cayera su pueblo en la ignorancia respecto de las Escrituras, único fundamento y norma de la religión, acometieron la empresa de poner la Biblia al alcance e inteligencia de todos y consagraron a este objeto largas tareas, consumiendo en su realización dilatados años.” La Biblia de Ferrara (se dice que fue la primera en castellano que conoció los beneficios de la imprenta) vio la luz en el año 1553.

(5) Biblia del Oso, llamada también, posteriormente, de Reina-Valera. Doce años de incansable labor empleó Casiodoro de Reina en realizar esta obra que ha durado siglos. Se trata de la primera traducción de toda la Biblia al castellano, tomada de las lenguas originales, hebreo, arameo y griego. Su autor, un monje del convento de san Isidoro del Campo, cerca de Sevilla, España, una vez convertido al protestantismo huyó a Ginebra, Suiza, donde fue recibido por los reformadores. Luego peregrinó por diversos países donde ejerció varios oficios, el de pastor de refugiados españoles entre otros. Murió en Francfort, Alemania, el 14 de octubre de 1594. Gracias a su calidad literaria y a las diversas revisiones a que ha sido sometida, esta Biblia continúa distribuyéndose en gran cantidad de ejemplares cada año. Menéndez Pelayo la califica como “tesoro de la lengua”.

La primera edición de la Biblia del Oso o de Casiodoro de Reina, vio la luz en Basilea, Suiza, en septiembre de 1569. La primera de las diversas revisiones a que ha sido sometida fue hecha por Cipriano de Valera, amigo y compañero de Reina, y publicada en Amsterdam, Holanda, en el año 1602. Por esta razón se le conoce también bajo el nombre de Versión Reina-Valera. Por algún tiempo, erróneamente se le llamó versión de Cipriano de Valera, error que ha sido corregido. Otras revisiones famosas de esta obra han sido hechas por la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera y por la Sociedad Bíblica Americana en los años de 1708, 1806, 1832, 1850, 1858, 1861, 1865, 1874, 1883, 1886, 1890, 1905, 1909 y 1960. Por su parte Editorial CLIE, de Barcelona, España, publicó una revisión por ellos realizada en el año 1977. Sabemos, también, que en la actualidad (1986) la Casa Bautista de Publicaciones de El Paso, Texas, prepara una nueva revisión que se espera salga de un momento a otro.

Son múltiples las ediciones que de la Biblia de Reina han sido hechas hasta hoy, todas ellas por las Sociedades Bíblicas antes citadas y últimamente por Sociedades Bíblicas Unidas. Además, con la debida autorización de esta última organización, que posee los originales de la revisión de 1960, algunas casas editoriales han publicado las siguientes Biblias de estudio: (i) Biblia anotada de Scofield (1966), edición dirigida por W. H. Walker, con notas traducidas por Emilio Antonio Núñez; (ii) Biblia de Estudio, Editorial Mundo Hispano (Casa Bautista de Publicaciones), El Paso, Texas (1977), editada por Tito Fafasuli y José Tomás Poe; (iii) Santa Biblia con notas, concordancia y mapas, Editorial Caribe, Miami, Florida, y San José, Costa Rica, bajo la dirección de J. M. Breneman y Juan Rojas (1977). Además, Editorial Vida, también de Miami, Florida, ha lanzado diversas ediciones que han alcanzado amplia distribución.

Ha sido tanto el aprecio de las iglesias evangélicas por la versión de Reina que, en 1969, con motivo de haberse cumplido el cuarto centenario de su primera edición, se celebraron diversos actos culturales al respecto. En algunos países iberoamericanos hubo desfiles públicos conmemorativos y hasta en la prensa secular se publicaron comentarios alusivos.

(6) Scío de San Miguel. Esta Biblia fue publicada en el año 1793, en Valencia, España. Es obra del doctor Felipe Scío de San Miguel, obispo de Segovia. Tomada de la Vg. y realizada a solicitud del rey Carlos IV de España, es la primera versión de toda la Biblia hecha por un erudito católico al castellano. Su distribución ha sido amplia. En el siglo pasado fue utilizada por las Sociedades Bíblicas para su difusión en los países de habla castellana.

(7) Torres Amat. Esta traducción fue publicada por primera vez en Madrid, España, en el año 1825. Se ronoce como de Torres Amat, obispo de Barcelona; no obstante, en edición publicada en el año 1856 se da a conocer el nombre de su verdadero autor, al decir: “Esta versión de la Sagrada Biblia es la misma que ha corrido bajo el nombre de Torres Amat. Su primer autor fue el insigne helenista, profundo conocedor del hebreo, caldeo, siríaco y árabe, doctísimo profesor de Sagrada Escritura en Salamanca, P. Miguel Petisco, de la compañía de Jesús.” Esta versión fue tomada, como la de Scío, de la Vg. latina.

(8) Biblia de Vencé. Esta obra, traducida por Mariano Galván Rivera, asesorado por lo más granado de los escritores mexicanos de aquella época, fue publicada en la ciudad de México, en el año 1831. Su primera edición fue hecha en 26 tomos. Está en latín y español y lleva diversas notas críticas e históricas, además de prefacios y disertaciones sacadas del comentario de don Agustín Colmet, Abat de Vencé. Todo esto “para facilitar la inteligencia de las Sagradas Escrituras”.

(9) Versión Moderna. La °vm de la Biblia fue publicada por la Sociedad Bíblica Americana en el año 1893. Fue realizada por el doctor Enrique B. Pratt, misionero presbiteriano en Colombia y México. Pratt inició este trabajo en Bucaramanga, Colombia, en el año 1876 con una versión de los Salmos. Por su estilo y fidelidad a los originales, de donde fue tomada directamente, es una de las mejores versiones hasta hoy conocidas. Se dice que con Pratt colaboraron grandes escritores iberoamericanos, entre ellos el poeta mexicano Ignacio Manuel Altamirano y el gramático colombiano Francisco Marulanda Mejía. No obstante, dejó de publicarse, quizás por el aprecio muy especial que el pueblo español y el iberoamericano sienten hacia la Biblia Reina-Valera.

(10) Nácar-Colunga. Se trata de la primera versión católica de la Biblia tomada directamente de las lenguas originales. Fue hecha por los doctores Eloíno Nácar Fuster y Alberto Colunga, de la Universidad Pontificia de Salamanca y publicada en Madrid, en el año 1944, por la Biblioteca de Autores Cristianos. “Es una versión de mucho valor”, afirma el doctor Carol G. Gillis. Otro de sus críticos—Joaquín González Molina—dice: “Han seguido paso a paso a Reina-Valera, hasta en la sintaxis.”

(11) Bover-Cantera. La primera edición de esta Biblia fue publicada en Madrid, España, en el año 1947. El ejemplar que poseemos es de la segunda edición realizada en 1951. Se trata de una versión crítica basada en los idiomas originales. Fue realizada por los doctores José María Bover, consultor de la Pontificia Comisión Bíblica y profesor de Sagrada Escritura en la Facultad Teológica del Colegio Máximo de San Ignacio (Barcelona-Sarriá), y Francisco Cantera Burgos, catedrático de hebreo en la Universidad Central de Madrid y director del Instituto Benito Arias Montano de Estudios Hebraicos.

(12) Versión de Straubinger. Esta traducción de las Sagradas Escrituras fue publicada en Buenos Aires, Argentina, en el año 1948. Su autor, doctor Juan Straubinger, profesor de Sagrada Escritura en el Seminario Mayor de San José de La Plata, empleó siete años en hacer su versión. De origen alemán, el doctor Straubinger viajó durante tres años por las tierras bíblicas en giras de investigación cuyos resultados empleó en su obra. Juan Straubinger fue así uno de los grandes divulgadores del pensamiento bíblico y se desempeñó también como corrector de la versión conocida bajo el nombre de Félix Torres Amat.

(13) Biblia de Jerusalén. La Biblia de Jerusalén vio la luz por primera vez en el año 1966 bajo el nombre de Edición Española de la Biblia de Jerusalén. Es la obra de un equipo de distinguidos lingüistas que trabajaron bajo la dirección del doctor José Ángel Ubieta. En una nota preliminar leemos: “Los textos bíblicos han sido traducidos de los originales según la crítica textual y la interpretación de la Sagrada Biblia llamada de Jerusalén. Los títulos, subtítulos, introducciones, notas y apéndices han sido traducidos directamente de la mencionada publicación, cuyas referencias marginales también se reproducen.”

(14) La Biblia para Latinoamérica. Esta versión fue publicada por primera vez en Madrid, España, en el año 1972. “Fue traducida, presentada y comentada para las comunidades cristianas de Latinoamérica y para los que buscan a Dios, por un grupo pastoral bajo la dirección de Ramón Ricciardi”, dice una nota promocional. Desde sus primeros días esta Biblia ha recibido diversos comentarios de la prensa; algunos la elogian por la sencillez de su estilo, otros la acusan de marcada inclinación política, no en el texto sino en las notas e ilustraciones que lleva.

(15) Sagrada Biblia. Versión crítica basada en los textos hebreo, arameo y griego. Fue hecha por F. Cantera Burgos y M. Iglesias González, publicada en España en el año 1975 por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).

(16) Nueva Biblia Española. Traducción directa de los idiomas originales realizada por los doctores Luis Alonso Schökel y Juan Mateos. Se trata de una versión católica cuya primera edición vio la luz en España en el año 1976. Sus autores son muy conocidos en los círculos intelectuales de España y América Latina, especialmente por su erudición bíblica y lingüística. De esta versión hay una “edición latinoamericana” acomodada “a las peculiaridades lingüísticas de esos pueblos, en los que la lectura de la Biblia se ha popularizado con gran intensidad”.

(17) Biblia de Herder. Versión popular cotejada cuidadosamente con los idiomas originales. Fue publicada por Editorial Herder en Barcelona, España, en el año 1964. En el ejemplar que poseemos hay una magnífica presentación firmada por Monseñor Jose María Bueno Monreal, Cardenal Arzobispo de Sevilla, donde se afirma que el primer ejemplar de las Sagradas Escrituras que llegó al continente americano venía en una de las carabelas comandadas por Cristóbal Colón y que “cuando las tempestades del océano hacían peligrar sus frágiles carabelas, tomaba en sus manos un ejemplar de los Evangelios y con ferviente espíritu de fe, leía en voz alta, como el mejor remedio para apaciguar las encrespadas olas, el prólogo de San Juan .

(18) Dios habla hoy. Versión popular e interconfesional de las Sagradas Escrituras realizada por Sociedades Bíblicas Unidas. Su primera edición salió de la imprenta en el año 1979. Los trabajos de traducción se iniciaron en 1944 con la publicación de una serie de selecciones—pasajes escogidos—que fueron utilizadas en la campaña nacional de alfabetización dirigida por el gobierno mexicano. Ante la creciente demanda de estas selecciones se resolvió la traducción, en el mismo estilo, de todo el NT y posteriormente de toda la Biblia. En ella tomaron parte en forma especial los doctores Guillermo L. Wonderly, Juan Díaz Galindo, Gonzalo Báez-Camargo, Alfonso Lloreda, Pedro Ortiz Valdivieso, Ignacio Mendoza y Alfredo Tépox Varela, además de un crecido número de revisores seleccionados en todos los países de habla hispana. Como coordinador central actuó el doctor Eugenio A. Nida, director del departamento mundial de traducciones de Sociedades Bíblicas Unidas. Dios habla hoy es traducción de los idiomas originales. Desde un principio empezaron a circular dos ediciones, una con el canon hebreo, otra con el canon alejandrino que contiene los libros deuterocanónicos. La recepción ha sido tal que en pocos años ha superado la circulación alcanzada por otras versiones en uso.

(19) La Biblia al día. Esta paráfrasis de las Sagradas Escrituras, admirable por la claridad de su estilo, fue realizada por Living Bibles International. En ella colaboraron diversos escritores españoles e iberoamericanos. La primera edición vio la luz en el año 1979.

(20) El libro del pueblo de Dios. Esta versión argentina de la Biblia comenzó a aparecer en 1961, con la publicación del Evangelio según San Mateo. En 1968 apareció todo el NT con el nombre de Libro de la nueva alianza. Finalmente, tras la publicación de algunos libros del AT, apareció la Biblia completa en 1980, publicada por Ediciones Paulinas. La traducción se realizó a partir de las lenguas originales y se hizo con la intención de “poner la Sagrada Escritura al alcance de todos, como un medio primordial de intensificar la evangelización de nuestro pueblo”, y con el deseo de hacerla “más accesible … a la manera de hablar de nuestro pueblo …” Realizaron la traducción los presbíteros A. J. Levoratti y A. B. Trusso, con la colaboración de otras nueve personas (seis de ellas mujeres) para la traducción del NT.

III. Versiones famosas del Nuevo Testamento

(1) Versión de Francisco de Enzinas. Varias son las versiones del NT que no llegaron a formar parte de una traducción completa de la Biblia; a ellas se refiere la presente lista. Primer lugar ocupa la realizada por Francisco de Enzinas, publicada en Amberes, Bélgica, en el año 1543. Un ejemplar de ella fue presentado por su ilustre autor al emperador Carlos V. Al ser censurada por sus inquisidores Enzinas fue encarcelado, pero escapó milagrosamente más tarde. Nació Enzinas en Burgos, España, en el año 1520, murió en Estrasburgo el 30 de diciembre de 1552, en plena juventud. Estudió en diversas universidades. Su versión del NT fue hecha en Wittenberg, Alemania, en casa del reformador Felipe Melanchton, su amigo.

(2) Revisión de Juan Pérez de Pineda. Trece años después de la aparición de la primera edición del NT de Enzinas vio la luz la revisión hecha por Juan Pérez de Pineda, que algunos toman como traducción original. Natural de Montilla, Andalucía, Pérez de Pineda llegó a ser representante del emperador Carlos V en Italia, donde, al parecer, aceptó las doctrinas de la Reforma protestante. A su regreso a España, en el año 1527, hizo amistad íntima con otros intelectuales de la misma fe. Al ser perseguido, se refugió en Ginebra, Suiza, donde revisó la obra que ahora comentamos. Ejemplares de este NT fueron introducidos en España por Julianillo Hernández. El interés de Hernández en la distribución de las Sagradas Escrituras fue descubierto por los inquisidores y murió en la hoguera el 22 de diciembre de 1560.

(3) El nuevo pacto. Esta traducción del Nuevo Testamento fue publicada en Edimburgo, Escocia, en el año 1858. Se cree que fue obra del doctor Guillermo Norton, con el propósito de “verter al castellano el significado del original griego, en una manera tan aproximada, tan clara, tan completa y uniforme como es posible”. Según Juan C. Varetto esta obra es de utilidad a los que quieren conocer el significado de muchas palabras griegas que han sido adoptadas en los idiomas modernos sin darle la traducción correspondiente”.

(4) Versión de Juan de la Torre. Esta traducción fue publicada en Buenos Aires, Argentina, en el año 1903, en edición bilingüe, griego y español.

(5) Versión hispanoamerina. Se trata de una traducción hecha por los doctores Victoriano D. Báez, Carlos Araujo García, Fernando Cabrera, H. C. Thomson, F. G. Smith y Carlos W. Drees y publicada en el año 1916. Se basa en el texto del doctor Eberardo Nestle que tiene notables diferencias con el Textus Receptus de Erasmo.

(6) Versión de Pablo Besson. Es esta una traducción hecha por el doctor Pablo °Besson basada en el Textus Receptus. Fue publicada por primera vez en Buenos Aires, Argentina, en el año 1919. De ella afirma el doctor Carol O. Gillis: “Pablo °Besson, por su preparación y educación, estaba bien calificado para hacer una traducción del Nuevo Testamento: Estudió en Europa con los conocidos sabios F. Godet, Delitzsch, y C. Tischendorf … La versión sufre un defecto por la preferencia del autor por el Textus Receptus. Aun así merece nuestro aprecio como instrumento de estudio bíblico, dada la erudición del autor.”

(7) Versión de Jünemann. Basándose en los códices Alejandrino, Vaticano y Sinaítico, el doctor Guillermo Jünemann, sacerdote católico de origen alemán, realizó una versión de las Sagradas Escrituras. El NT fue publicado en Concepción, Chile, en el año 1928.

(8) Versión de Fliedner. Esta obra, realizada por el doctor Federico Fliedner, misionero luterano en España, vio la luz en diferentes entregas a partir de 1885. San Mateo en 1885, San Lucas en 1886, San Marcos en 1887, Juan y Hechos en 1889, Romanos y Corintios en 1895, Efesios-Filemón en 1900.

(9) Versión A.F.E.B.E. El 2 de agosto de 1954 vio la luz en Madrid, España, esta versión del NT realizada por la Asociación para el Fomento de los Estudios Bíblicos en España. Fue tomada directamente del original griego. Su publicación fue autorizada en 1954 por el obispo de Segovia.

(10) Versión Magaña. Tras varios años de incansable labor el doctor Agustín Magaña Méndez, sacerdote católico mexicano, terminó su traducción de las Sagradas Escrituras, tomada directamente de las lenguas originales. El NT fue publicado en México D. F. por Ediciones Paulinas en el año 1975.

(11) C. Ballester Nieto. Esta traducción, realizada por el doctor C. Ballester Nieto fue publicada en Barcelona, España, en el año 1934.

(12) Versión de C.E.B.I.H.A. La primera edición de esta obra, realizada por profesores del Centro Bíblico Hispanoamericano vio la luz en Madrid, España. De ella se lanzó una segunda edición en México D. F., en el año 1961.

(13) Versión Fuenterrabía. Esta traducción del NT es obra del doctor Felipe de Fuenterrabía, sacerdote católico español. En primera edición, hecha por Editorial Verbo Divino de Estella, Navarra, España, vio la luz en 1964. Para su cuarta edición, destinada al uso interconfesional, se hizo una revisión amplia con la colaboración de Sociedades Bíblicas Unidas y fue publicada en 1963 bajo el título de Palabra de Dios.

(14) Versión ecuménica. Esta obra, auspiciada por la Comunidad protestante de Taizé, fue realizada por un equipo de traductores bajo la dirección del doctor Serafín de Ausejo, sacerdote católico español, y publicada por Editorial Herder de Barcelona, España, en el año 1968.

(15) Versión interconfesional. Esta traducción fue auspiciada por la Conferencia Episcopal Española y Sociedades Bíblicas Unidas. Fue publicada en Madrid en el año 1978 por Biblioteca de Autores Cristianos.

IV. Libros y fragmentos

Las versiones fragmentarias de las Sagradas Escrituras y de libros que forman el canon sagrado han sido numerosas y realizadas por muy diversos autores. A continuación una lista, necesariamente fragmentaria, de dichas traducciones:

(1) Juan de Valdés. Este notable escritor español, adicto a la Reforma protestante, tradujo los Salmos, los Evangelios y las epístolas a los Romanos y a los Corintios. Al hablar de Valdés dice Menéndez Pelayo: “Valdés fue también autor del Diálogo de la lengua que constituye uno de los textos esenciales en el estudio del español” y agrega en torno a la versión valdesiana de los Salmos: “Es superior a las demás versiones que en castellano se han hecho de aquel tesoro de la poesía hebrea.” Sabemos que estas obras fueron publicadas en Venecia, Italia, en el año 1556 por Juan Pérez de Pineda, revisor del NT de Enzinas. La Universidad Nacional Autónoma de México publicó una edición del Salterio, versión de Juan de Valdés.

(2) Juan de Robles. En la biblioteca de El Escorial se encuentra el manuscrito de una versión comentada de los cuatro evangelios, obra de Juan de Robles, sacerdote benedictino (1492–1572). Las notas, un tanto controversiales, parece que han sido la causa de que esta obra no haya aparecido impresa. No obstante, en el año 1906 se hizo una edición de ella, sin notas. Se dice que en ellas el autor declaraba que el pueblo español tenía derecho a leer las Sagradas Escrituras en su lengua materna.

(3) El salterio. Se trata de una versión de los Salmos realizada por el rabino Jahacob Jehudah Arich, natural de León, España, y más conocido como León Hebreo. Su versión fue publicada en Amsterdam, Holanda, en el año 1671 en edición bilingüe, hebreo y castellano. Su autor, expulsado de España en el año 1492, se refugió en Venecia, Italia, donde publicó sus famosos Diálogos de amor

(4) Versión del rabino Salomón. Un ejemplar de esta obra está en la biblioteca de El Escorial. Contiene sólo los profetas. Generalmente se tiene por anónima, aunque no faltan quienes la atribuyen al rabino Salomón.

(5) Los evangelios. Al hablar de la versión anterior, el doctor Alberto R. Miles menciona otras dos de los evangelios, publicadas en la misma época. Dice Miles: “En aquella época se publicó una traducción de los Evangelios, preparada especialmente para los mahometanos y otra de la Vulgata, versión que bajo el título de Vita Cristo Cartujano, fue dedicada a los reyes católicos, Fernando de Aragón e Isabel la Católica.”

(6) Fray Luis de León y otros. En aquellos días eminentes escritores españoles tradujeron al castellano diversos libros de la Biblia, entre los que están: Los libros de Samuel y los Reyes, por Samuel Guerra, año 1557; Job y Cantar de los Cantares, de Fray Luis de León; Job y Lamentaciones, por el conde Bernardino de Rebolledo; los Evangelios y las Epístolas, por Fray Luis de Granada.

(7) Los Salmos. Esta versión de los Salmos realizada por el ilustre escritor argentino, doctor Arturo Capdevila, llama nuestra atención en forma especial por la claridad del estilo. Está en verso y fue publicada en Buenos Aires por la Asociación Cristiana de Jóvenes en el año 1955.

(8) Los Salmos. Esta traducción de los Salmos, hecha por José Manuel Valdés, intelectual peruano, fue publicada en el año 1833. Don Ricardo Palma en sus Tradiciones peruanas, afirma que doña Manuela Sáenz, compañera de Simón Bolívar, ya en su vejez, se deleitaba en la lectura de este libro una vez libre de sus inquietudes enciclopedistas de la juventud.

(9) El Miserere. Se trata de una versión del Salmo 51 realizada por don Andrés Bello, ilustre escritor venezolano. Ignoramos la fecha de su primera edición. No obstante se reproduce hoy en diferentes lugares. La hemos leído con atención y nos parece superior en muchos aspectos a otras versiones conocidas. Pedro Lira Urquieta, escritor chileno, afirma que don Andrés en horas de desvelo solía recorrer los corredores de su casa recitando el citado poema. “Era—dice Lira—el único regocijo que se permitía.”

(10) Casas Manrique. Traducción de los Evangelios de san Mateo y san Marcos hechas por el ilustre filólogo colombiano doctor Manuel J. Casas Manrique. Son tomadas de la Vg. La versión de San Mateo fue publicada en Bogotá en el año 1940 y la de San Marcos en 1943. Profesor de lenguas orientales en las universidades de Berlín, Upsala y Madrid, Casas Manrique regresó a Colombia por motivos de la guerra civil española. Se dice que tenía traducciones de otros libros, obras que perdió al salir de España.

V. Conclusión

Estas listas son apenas una muestra de lo mucho que en lengua castellana se ha hecho en torno a las traducciones de la Biblia. Imposible recogerlas todas ya que muchas de ellas ni siquiera se han publicado. Son muchos los pasajes traducidos en verso que diversos amigos han puesto en nuestras manos. Entre ellos la Biblia al estilo Martín Fierro, realizada en Argentina por el pastor Roberto Romanenghi; incluye, hasta donde sabemos, sólo algunos capítulos del Génesis.

Bibliografía. A. Valbuena Prat, Historia de la literatura española, t(t). I, 1963; E. Díez-Echarry y J. M. Roca Franquesa, Historia general de la literatura española e hispanoamericana, 1966; N. Bayona Posada, Historia de la literatura española, 1945; A. Clifford, Nuestra Biblia, 1936 (hay ediciones posteriores); A. R. Miles, Introducción popular el estudio de las Sagradas Escrituras, 1903; H. T. Marroquín, Versiones castellanas de la Biblia, 1959; J. C. Varetto, en el Comentario Bíblico de Abingdon, 1937: J. A. González, Casiodoro de Reina, 1969; S. de Ausejo, °db, 1969; Diccionario ilustrado de la Biblia, 1975; Revista “La Biblia en América Latina”, 1946-; A. Robert y A. Tricot, Iniciación bíblica, 1957; Montaneri Simón, Diccionario literario, 1960; M. Menéndez Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, 1880–1882; J. de Valdés, Diálogo de doctrina cristiana y salterio, traducido del heb. al romance castellano, con prólogo de D. Ricard, 1964.

A.P.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico