VANIDAD, VANO

Los tres vocablos heb. principales traducidos “vanidad” en las vss. cast. se distribuyen en general como sigue: heḇel, Sal., Ec., Jer.; šāw˒, Job, Ez.; tōhû, Is. heḇel, lit. “vapor”, “aliento” (cf. Sal. 78.33; 94.11; Is. 57.13, etc.), indica la inutilidad de las empresas humanas. Así es la vida natural del hombre (Job 7.3; Sal. 39.5). Figuradamente heḇel transmite la idea de algo insustancial, sin valor, así “vanidad son [los ídolos]” (cf. Jer. 10.15; 51.18). La adoración de los mismos es, por consiguiente, inútil (Dt. 32.21; 1 S. 15.23; Sal. 4.2; 24.4, etc.). Improductivos resultan, también, los que se vuelven hacia esas cosas vanas (1 S. 12.21; 2 R. 17.15; Is. 41.29; 44.9). La idolatría es el culto al “no dios”, lo cual provoca a Dios (Dt. 32.21; 1 R. 16.13, 26, etc.), en contraste con el verdadero culto a Dios (cf. Is. 30.7; 40). Dado que los ídolos y su culto despiertan esperanzas vanas, sin valor tiene que ser igualmente la proclamación de los falsos profetas (Jer. 23.16; Ex. 13.1–22; Zac. 10.2). “Vana ofrenda” (Is. 1.13) es el ritual sin justicia. La riqueza obtenida por vanidad se desvanece (Pr. 13.11; LXX, Vg., “rápidamente”; cf. 21.6). heḇel se refiere a la vida humana del hombre: “todo hombre” (heb. “estando firme”, e. d. “en su mejor momento”) tiene “término corto” (Sal. 39.5; cf. vv. 11; 62.9; 78.33, etc.) Esta heḇel de toda la existencia humana está plenamente tratada en el libro de Eclesiastés.

Con šāw˒ se introduce la idea de “sucio”, “indecente”, “malo”. Job 31.5 ilustra esto con referencia al comportamiento; Sal. 12.2; 41.6; Ez. 13.8 con referencia al habla; Ez. 13.6, 9 (cf. vv. 23); 21.29; 22.28 con referencia a la vista. La palabra ˒āwen, que significa “aliento”, también se traduce “vanidad” en algunas vss. (p. ej. Job 15.35; Sal. 10.7; Pr. 22.8; Is. 41.29; 58.9; Zac. 10.2; °vrv2 sólo traduce así los últimos tres vv.). Se inclina más, sin embargo, a la idea de la iniquidad, y por ello se traduce con términos tales como “engaño”, “iniquidad”, “calamidad”, “perversidad”, “tontería, etc., según la versión. tōhû, lit. ‘yermo’ (cf. Gn. 1.1; Dt. 32.10, etc.), luego figuradamente “vaciedad”, “inutilidad”; así Dios considera a las naciones (Is. 40.17, cf. vv. 23). Sal. 4.2; Hab. 2.13 tienen el término rı̂q, traducido “vanidad”, “vano”, lit. “vaciedad” (cf. Jer. 51.34), en el sentido figurado cosa inútil, inservible.

En el NT la palabra vanidad aparece sólo cuatro veces en °vrv2, pero ninguna en rsv, donde se usa el puramente bíblico y eclesiástico mataiotēs (LXX para heḇel y šāw˒). (1) En Ef. 4.17 (°vm “inútiles”) se refiere a comportamiento y allí “incluye la inutilidad o fatuidad moral tanto como la intelectual. Esa vanidad se declara de todo cuanto está comprendido en la palabra nous, el entendimiento del corazón. Todo lo que se incluye en los versículos que siguen respecto de la ceguera y la depravación del corazón está por consiguiente comprendido en la palabra vanidad” (C. Hodge, The Epistle to the Ephesians, 1856, ad loc.. (2) En 2 P. 2.18 (°vrv2 “vano”; °vp “vacíos”) la referencia es al habla, con la idea de “falto de verdad”, “inapropiado”. (3) En Ro. 8.20 (°vp “perdió su verdadera finalidad”) el pensamiento es “fragilidad”, “debilidad”, “falta de vigor” (cf. uso del verbo en Ro. 1.21, ‘tornar vacío’, ‘necio’). “La idea es la de búsqueda de lo que no se encuentra, y por ende de inutilidad, frustración, desaliento. El pecado acarreó esta maldición a la creación; hizo que resultase inevitable una perspectiva pesimista del universo. hypetagē: el momento preciso que denota es el de la caída, cuando Dios pronunció una maldición contra la tierra por causa del hombre” (J. Denney en EGT).

Las deidades paganas son vanidades, cosas vanas (Hch. 14.15; cf. Jer. 2.5; 10.3, etc.) Relacionada con la palabra “vanidad” está la palabra “vano”, literalmente “desprovisto de fuerza o propósito”. Nuestro Señor dijo que el culto gentil y la piedad farisaica eran así (Mt. 6.7; 15.9; Mr. 7.7); así también estimaba Pablo la filosofía pagana (Ro. 1.21; Ef. 5.6, etc.). Es posible por infidelidad en el servicio cristiano volverse así (cf. 1 Co. 9.15; 2 Co. 6.1; 9.3; Fil. 2.16; 1 Ts. 3.5). Donde se niega la resurrección de Cristo, la predicación es “falsa” (1 Co. 15.14) y la fe no tiene fuerza (1 Co. 15.17). La lealtad a la ley priva a la fe de su valor (Ro. 4.14), y a la muerte de Cristo su efecto (Gá. 2.21). Mas la fe sin obras es tan vana como las obras sin fe (Stg. 2.20).

Bibliografía. E. Tiedtke, H.-G. Link, “Vacío, Vano”, °DTNT, t(t). IV, pp. 313–318; R. Albertz, “Soplo”, °DTMAT, t(t). I, cols. 659–662; G. von Rad, Sabiduría de Israel, 1985, pp. 286ss.

E. Tiedtke, H.-G Link, C. Brown, NIDNTT 1, pp. 546–553.

H.D.MCD.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico