HUERTO, JARDIN

Estaba prometido que la vida de los redimidos por Dios sería como huerto de riego, ordenado y fructífero (Is. 58.11; Jer. 31.12; cf. Nm. 24.6). En Egipto los hebreos habían conocido huertos sumamente productivos (Dt. 11.10; cf. Nm. 11.5; * alimentos). Una red de pequeños canales de tierra, alimentados por medio de una zanja de irrigación o con vasijas transportadas a mano, cruzaba los huertos de verduras y legumbres como un tablero de ajedrez. Se enviaba agua a las diversas tablas, según la necesidad, abriendo o cerrando la pared de los canales con el pie.

En Palestina se cultivaban huertos de verduras (“huerto de *hierbas”, 1 R. 21.2; “su semilla” o “lo que se siembra”, Is. 61.11), y de frutales (Am. 9.14; Jer. 29.5, 28; Cnt. 4.16). Estos huertos podían estar unidos a viñas u olivares, o formar parte de ellos (Ec. 2.5; Am. 4.9; cf. 1 R. 21.2). En los huertos de los nobles y de la realeza había especias y plantas elegidas (Cnt. 5.1; 6.2, 11 (nogales); cf. 4.12–16 en general; Ec. 2.5). Estos huertos, al igual que algunos otros, estaban protegidos por muros (cf. Cnt. 4.12), y tenían que ser regados, p. ej. mediante un manantial o estanque (Cnt. 4.15; cf. Ec. 2.5–6; contrastar con Is. 1.30). A veces había en ellos un pabellón de verano (2 R. 9.27). El “huerto del rey” en Jerusalén era un punto distintiva de la ciudad (2 R. 25.4; Jer. 39.4; 32.7; Neh. 3.15); y se menciona que el palacio real de Persia tenía un huerto de recreo (Est. 1.5; 7.7–8). Los reyes de Egipto y Mesopotamia también tenían hermosos huertos; y en una época un huerto ocupaba un gran patio dentro del suntuoso palacio de los reyes de la Ugarit cananea (ss. XIV-XIII a.C.). Para referencias completas sobre huertos en Asiria y Babilonia, y los muchos árboles y plantas que contenían, véase en Ebeling, Meissner y Weidner, Reallexikon der Assyriologie, 3, 1959, pp. 147–150.

A veces había tumbas en los huertos (2 R. 21.18, 26; Jn. 18.1, 26; 19.41; * Getsemaní). Menos feliz fue el uso de los huertos para ritos paganos, quizás relacionados con los cultos de la fertilidad en Canaán (Is. 1.29; 65.3; 66.17).

El huerto de *Edén era símbolo de la fertilidad creada por Dios (Gn. 13.10; Is. 51.3, etc.).

Bibliografía. G. Contenau, La vida cotidiana en Babilonia y Asiria, 1958, pp. 118–120; M. Noth, El mundo del Antiguo Testamento, 1976, pp. 53–60.

K.A.K.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico