FILEMON, EPISTOLA A

I. Bosquejo del contenido

a. Destinatario y salutación (v. 1–3).

b. Acción de gracias: presentación de temas, a tratar posteriormente, relacionados con el amor, la comunión (koinōnia; cf. koinōnos, ‘compañero’ en vv. 17) y el consuelo (cf. vv. 20) (vv. 4–7).

c. La solicitud a favor de Onésimo (vv. 8–21).

d. Pedido de hospitalidad (v. 22).

e. Saludos de los amigos de Pablo (vv. 23–24).

f. Bendición (v. 25).

II. Importancia

Las listas más antiguas que se conocen del corpus paulino (el “canon” de Marción y el fragmento de Muratori) incluyen a Filemón, aun cuando omiten las epístolas pastorales. En el ss. IV aparecen quejas no tanto en contra de su autenticidad como de su supuesta trivialidad (cf. Jerónimo, Prefacio a Filemón); sin embargo, la mayoría de las generaciones de comentaristas ha tenido un mejor concepto de la gracia, el tacto, el afecto, y la delicadeza de sentimientos que caracterizan a esta pequeña carta. Tertuliano observó que era la única epístola que no fue afectada por la actividad “editorial” de Marción (Adv. Marc. 5.21), y su autenticidad nunca ha sido puesta en tela de juicio autorizadamente. En años recientes se ha convertido en bastión de la teoría del corpus paulino que se asocia con E. J. Goodspeed y John Knox (* Pablo, III. d. ii); la gratitud por el renovado interés que ellos han estimulado en Filemón, y la adopción de algunas de sus sugestiones, no exige, sin embargo, la aceptación de esta reconstrucción altamente dudosa.

III. Forma

La naturaleza personal e informal de Filemón (cf. Deissmann, LAE, pp. 234s, y * Epístola) podría distraer la atención y ocultar su composición extremadamente cuidadosa y la observancia de las formas literarias (cf. Knox, pp. 18s). Debe también notarse que se tiene en cuenta una iglesia casera además de las personas mencionadas al comienzo (v. 2). Goodspeed y Knox dan demasiada importancia a la parte que se espera que la iglesia cumpla en cuanto a influir en el ánimo del amo del esclavo para que haga “lo que corresponde como cristiano” (Goodspeed, pp. 118): en toda la carta se utiliza la segunda persona singular, aun para las salutaciones; las únicas excepciones se encuentran en los vv. 22 (la esperada visita) y 25 (la bendición final). Este hecho traza un contraste con la carta de Ignacio a Policarpo, que está dirigida a un individuo pero con frecuentes pasajes en la segunda persona plural, lo cual demuestra que estaba arengando a la iglesia. Filemón está dirigida al amo del esclavo, con su familia y la iglesia presumiblemente ligadas a él a la manera de Ro. 16.5 y Col. 4.15. Con frecuencia se ha comparado a esta carta con una de Plinio (Ep 9.21) a favor de un liberto errante pero arrepentido.

IV. Propósito y ocasión

La esencia de esta epístola es una apelación por parte de Pablo a favor de un tal Onésimo, un esclavo de Colosas (Col. 4.9) cuya conducta contrastaba con su nombre (“útil”; hay un juego de palabras en Flm. 10–11). Parecería que Onésimo había robado a su amo (18) y que luego había huido (15, aunque no muy explícito). De alguna manera no indicada—quizás por la intervención de su conciudadano Epafras (Col. 4.12)—entró en contacto con Pablo en la cárcel y se convirtió radicalmente. Y no sólo esto, sino que se generó un gran afecto entre Pablo y su nuevo “hijo”, en el cual el veterano veía un rico potencial.

De acuerdo a la ley de la época, su amo podía descargar sobre Onésimo una venganza casi ilimitada: la sociedad grecorromana nunca estuvo exenta de la fobia de una guerra servil, de modo que hasta un amo bueno en otros sentidos podía considerar como un deber para con la sociedad escarmentar al fugitivo. Terribles penalidades esperaban también a los que amparaban a los fugitivos (cf. P. Oxi. 1422). Es en este punto que Pablo media ante su hermano (7, 20), no ordenando, sino rogando (8–9) que el amo reciba a Onésimo como recibiría a Pablo mismo (17), y se hace cargo solemnemente de todas las deudas del esclavo (18–19).

Pero probablemente Pablo está pidiendo más que clemencia. Knox hace notar que parakaleō seguido de peri (como en el vv. 10) generalmente significa en gr. tardío “rogar por” antes que “rogar en nombre de”. Pablo tenía gran estima por Onésimo; su partida le causó gran tristeza; y si no hubiese sido por la necesidad de obtener el permiso de su amo, hubiera deseado retenerlo consigo (11–14). El pedido completo de Pablo sería que Onésimo fuera liberado para que pudiera ayudarlo a él en el servicio cristiano. En ese caso ocuparía una posición muchísimo más cercana y una relación más permanente que la anterior relación doméstica (15–16). De cualquier forma, este corresponsal debía su propia conversión al ministerio de Pablo (19).

Pablo está en la cárcel (9–10): la ocasión es la misma que la indicada en Colosenses, pues Onésimo ha de acompañar a Tíquico, el portador de dicha carta (Col. 4.9). Los acompañantes de Pablo en Flm. 23s son los mismos que se mencionan en Col. 4.10–14, con la excepción de Jesús, llamado Justo (salvo que esto obedezca a una omisión del escribiente; cf. E. Amling, ZNW 10, 1909–10, pp. 261). El lugar de encarcelamiento será decidido principalmente por razones externas a la carta: las alternativas reales son Roma, en el primer encarcelamiento (ca. 62 d.C.) o Éfeso alrededor del año 55 d.C. (* Pablo; * Cronología del Nuevo Testamento). Cualquiera de estas dos ciudades podría haber atraído a Onésimo. Éfeso estaba cerca de su propia ciudad, pero era suficientemente grande como para que pudiera perderse en ella; Roma era un refugio para toda clase de personas desplazadas. En ambos casos hay cierta expectativa de liberación y de un viaje a la región donde vivía Filemón en un futuro previsible.

Existen otras conexiones con Colosenses. Col. 3.22ss (cf. Ef. 6.5–9) difícilmente podría haberse escrito sin tener en cuenta a Onésimo, y el posible efecto sobre su futuro. Sin embargo, Knox y Goodspeed poco motivo tienen para asociar la recomendación a Arquipo y la “Epístola de Laodicea” (Col. 4.16–17) con el caso de Onésimo. El mismo Knox ha desestimado la sugerencia de Goodspeed de que el amo de Onésimo vivía en Laodicea (pp. 40ss), pero no tiene mejor aceptación su propia idea de que Filemón recibió la carta en primer lugar como superintendente (laodiceano) de las iglesias del Lico, y que Arquipo en Colosas era el amo del esclavo y principal destinatario. Se requiere una lectura artificial de la dirección, y darle mucha importancia a ciertas palabras (p. ej. “colaborador” o “compañero de milicia” en vv. 1 y 2). No podemos saber si la epístola de Col. 4.16 es *Efesios o alguna carta desconocida, pero tampoco existe ningún indicio de que fuera Filemón. (* Apia; * Arquipo; * Onesimo; * Filemón )

Bibliografía. E. F. Harrison, Introducción al Nuevo Testamento, 1980, pp. 326–329; G. Hendriksen, Exposición de Colosenses y Filemón, 1982; S. Légasse, La carta a Filemón, 1981; H. Conzelmann, G. Friedrich, Epístolas de la cautividad, 1972; F. Mussner, Carta a los Colosenses, Carta a Filemón, 1970.

Comentarios (con Colosenses) sobre el texto gr. por J. B. Lighfoot³, 1879; C. F. D. Moule, 1957; sobre el texto inglés, de H. C. G. Moule, CB, 1893; J. Knox, IB, 1955; H. M. Carson, TNTC, 1960; R. P. Martin, NCB, 1974; E. J. Goodspeed, INT, 1937, pp. 109ss; J. Knox, Philemon among the Epistles of Paul², 1959; F. F. Bruce, BJRL 48, 1965, pp. 81–97.

A.F.W.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico