Trad. de ḥayyâ y nefeš ḥayyâ en el
Este término abarca “toda carne que hay sobre la tierra” (Gn. 9.16) que está desnuda y abierta a los ojos de Dios (He. 4.13) y dentro del ámbito de aplicación del evangelio (Col. 1.23). En otros lugares el hombre se distingue de las demás criaturas por la responsabilidad que debe sentir por ellas (Gn. 2.19), aunque abuso de su posición al entregarse a la idolatría (Ro. 1.25). No obstante, al ser renacido en Cristo, como era la intención de Dios que fuera, se constituyó en “primicias de sus criaturas” (Stg. 1.18).
Este término también incluye a los seres celestiales (Ez. 1; Ap. 5, et
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico