I. En el Antiguo Testamento
La ciudad sobre el río Éufrates (80 km al
a. Nombre
El
b. Fundación
Según Gn. 10.10 *Nimrod la fundó como ciudad capital, mientras que la tradición religiosa de Babilonia se la acredita al dios Marduk. (Fuera de esto, y aparte de la referencia a la edificación de la torre de *Babel (el zigurat), no hay otra mención de su fundación.)
c. Historia
Según la tradición Sargón I de Agade (ca. 2400 a.C.) y su sucesor Sarkalisarri edificaron templos para los dioses Anunitum y Amal y restauraron la torre-templo. Es posible que la ciudad de Agade haya sido edificada sobre parte de los restos de la ciudad más antigua de Babilonia. En la época de Sulgi de Ur (ca. 2000 a.C.) Babilonia fue atacada y luego regida por gobernadores (patensi) designados desde Ur. Con el advenimiento de la primera dinastía amorrea de Babilonia bajo Sumu-abum los muros de la ciudad fueron restaurados y Hamurabi y sus sucesores ampliaron la ciudad, que floreció como capital de su reino hasta su destrucción por los hititas ca. 1595 a.C. Después de un período bajo dominación casita la ciudad se rebeló y fue atacada en varias oportunidades, especialmente por Tiglat-pileser I de Asiria ca. 1100 a.C. Babilonia intentó repetidamente obtener su independencia, y una vez un gobernante caldeo, Marduk-apla-iddina II (722–710, 703–702 a.C.), mandó emisarios para obtener la ayuda de Judá (2 R. 20.12–18). El relato de Isaías sobre el destino de la ciudad (Is. 13) tiene una redacción muy similar al relato que hace Sargón II de Asiria acerca de su saqueo del lugar. En un intento de eliminar a los principales rebeldes, algunos de los ciudadanos más conspicuos fueron deportados a Samaria, donde introdujeron el culto de las deidades babilónicas locales (2 R. 17.24–30). Senaquerib puso a su hijo como rey de la ciudad de Babilonia pero fue muerto por elamitas probabilónicos en el 694 a.C. En un intento de terminar con esta ola de nacionalismo babilónico Senaquerib saqueó la ciudad en el 689 a.C. y retiró las estatuas sagradas. Su hijo, Esar-hadón, procuró restaurar la ciudad sagrada, a la que transportó a Manasés como prisionero (2 Cr. 33.11). Hizo a Babilonia ciudad vasalla bajo un hijo, Samas-sum-ukín, el que, no obstante, se peleó con su hermano *Asurbanipal de Asiria. En la guerra que siguió, de 652–648 a.C., Babilonia fue severamente dañada por fuego, y una vez más los asirios trataron de designar a un jefe local, Kandalanu, como gobernador.
La decadencia del imperio asirio permitió a Nabopolasar, caldeo, recuperar la ciudad y fundar una nueva dinastía en 626 a.C. Su obra de restauración de la ciudad fue muy bien continuada por sus sucesores, especialmente su hijo, Nabucodonosor II, rey de Babilonia (2 R. 24.1), que se jactaba de la gran ciudad que había reedificado (Dn. 4.30). Fue a la ciudad de Babilonia que el victorioso ejército babilónico llevó a los cautivos judíos después de las guerras contra Judá. Entre ellos se encontraba Joaquín, cuya cautividad allí está confirmada por inscripciones encontradas en las ruinas de la misma ciudad de Babilonia. El botín obtenido del templo de Jerusalén, llevado a Babilonia juntamente con el rey Zedequías, que había perdido la vista (2 R. 25.7–13), fue almacenado en el templo principal de la ciudad, probablemente el del dios Marduk (2 Cr. 36.7).La ciudad fue posteriormente gobernada por Amel-Marduk (* Evil-merodac) y es el lugar donde Daniel sirvió al último gobernante caldeo *Bel-sasar, corregente de Nabonido.
Tal como lo predijeron Isaías (14.1–23; 21.1–10; 46.1–2; 47.1–5) y Jeremías (50–51), la ciudad de Babilonia habría de caer a su vez, y quedaría transformada en un montón de ruinas (véase d). En octubre del 539 los persas bajo Ciro entraron en la ciudad y Belsasar fue muerto (Dn. 5.30). Los edificios principales fueron conservados y los templos y sus estatuas fueron restaurados por decreto real. No existen registros extrabíblicos del gobierno de la ciudad, que a continuación se convirtió en una capital persa subsidiaria, con un palacio aqueménida instalado allí. Los vasos del templo le fueron entregados a Sesbasar para ser devueltos a Jerusalén, y el descubrimiento del registro de este hecho, probablemente en el archivo oficial de la ciudad de Babilonia, durante el reinado de Darío I (Esd. 5.16ss) fue el motivo de un nuevo reintegro de exiliados reunidos en Babilonia por Esdras (8.1). La ciudad de Babilonia, como en la antigüedad, fue el centro de una cantidad de rebeliones, por Nidintu-Bel en 522
d. Exploración
Muchos viajeros a partir de Herodoto de Hali-carnaso
Esta labor, combinada con pruebas aportadas por más de 10.000 tablillas inscriptas, recuperadas del sitio de excavación por los naturales del lugar en busca de ladrillos, hace posible reconstruir un cuadro bastante preciso de la ciudad en los días de Nabucodonosor. La profunda capa de escombros, las frecuentes destrucciones y reconstrucciones, juntamente con el cambio del curso del río Éufrates y una elevación de la capa freática, hacen que, con excepción de sólo unas cuantas partes de ella, la ciudad del período más primitivo no haya sido puesta al descubierto.
El sitio se encuentra cubierto actualmente por una cantidad de montículos ampliamente desparramados. El más grande, Qasr, cubre la ciudadela, Merkes, que es un barrio de la ciudad; hacia el
La ciudad estaba rodeada por un intrincado sistema de muros dobles, siendo el exterior de 27
La torre-templo de la ciudad de Babilonia se hizo famosa como la torre de *Babel.
Muchos detalles de los barrios de la ciudad y sus templos, de los que se conocen ya 53, han sido recuperados. Los nombres de dichos barrios se usaban a veces para designar toda la ciudad (Suana [
La religión y la civilización eran fundamentalmente iguales a las de Asiria y el imperio babilónico (* Babilonia (territorio e imperio)).
Bibliografía. R. Koldewey, The Excavations at Babylon, 1914; E. Unger, Babylon, Die Heilige Stadt, 1931;
II. En el Nuevo Testamento
1. Babilonia sobre el Éufrates, con especial referencia al exilio babilónico (Mt. 1.11–12, 17 (2); Hch. 7.43).
2. En Ap. 14.8; 18.2, “ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad”, es como un eco de Is. 21.9 (
3. En 1 P. 5.13, “La que está en Babilonia, juntamente elegida con vosotros” (así
Bibliografía. °O. Cullmann, Pedro: Discípulo, apóstolo, martir (en portugués), 1964.
E. G. Selwyn, The First Epistle of St Peter, 1946, pp. 243, 303ss; O. Cullmann, Peter: Disciple, Apostle, Martyr, 1953, pp. 70ss et
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico