Entre los habitantes preisraelitas de Palestina se encontraban los anaceos (heb. ˒anâqı̂m), descencientes de un antepasado epónimo Anac. Este nombre aparece sin artículo solamente en Nm. 13.33 y Dt. 9.2; en las demás partes figura como “el/los Anac” (hā˓anāq), presumiblemente tomado como nombre colectivo, equivalente a anaceos. La frase “la ciudad de Quiriat-arba (qiryaṯ ˒arba, * Hebrón) padre de Anac” en Jos. 15.13 aparentemente indica que un individuo de nombre Arba fue el primer antepasado de los anaceos, a menos que el término “padre” se tome como calificativo de la ciudad. En este último caso dicha ciudad, conocida posteriormente como *Hebrón, se consideraba seguramente como el hogar ancestral de los anaceos.
La estatura y el carácter formidable de los anaceos eran casi proverbiales, ya que sirvieron de patrón de comparación para hacer resaltar el tamaño de otros pueblos, como los emitas (Dt. 2.10) y los refaítas (Dt. 2.21, °vp), y hasta existía un dicho: “¿Quién se sostendrá delante de los hijos de Anac?” (Dt. 9.2). En el relato de la tierra prometida que proporcionaron los atemorizados espías, se le dio realce al hecho de que los anaceos estaban allí (Dt. 1.28; la LXX trad. aquí ˓anāqı̂m como gigantes, * Gigante). Hasta se afirmó que descendían de los nefilim, de los que también se afirmaba que eran descendientes de Anac, y los espías declararon que se sentían como langostas al lado de ellos (Nm. 13.33). Se establecieron en zona de colinas, particularmente en Hebrón (Nm. 13.22), donde se encontraban Ahimán, Sesai y Talmai, “hijos de Anac”. Josué eliminó de los montes a los anaceos (de Hebrón, Debir y Anab), pero quedaron algunos en Gaza, Gat y Asdod (Jos. 11.21s), y fue Caleb finalmente quien los expulsó de la ciudad de Hebrón, que le había sido asignada. Nada se sabe de este pueblo fuera de la Biblia, a menos que se encuentren, como piensan algunos eruditos, entre los pueblos mencionados en los textos de execración egp. del ss. XVIII, o representen un título primitivo de “tipo filisteo”.
Bibliografía.ANET, pp. 328; VT 15, 1965, pp. 468–474.
T.C.M.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico