v. Triunfar
Gen 32:28 has luchado con Dios y .. has vencido
1Sa 17:50 así venció David al filisteo con honda
1Ki 20:23 nos han vencido; mas si peleáremos
Job 32:13 lo vence Dios, no el hombre
Jer 1:19 pelearán contra ti, pero no te vencerán
Hos 12:3, 4 con su poder venció al ángel; v. y
Luk 11:22 viene otro .. y le vence, le quita todas
Joh 16:33 pero confiad, yo he vencido al mundo
Rom 12:21 no seas vencido .. vence con el bien el
2Pe 2:19 el que es vencido por alguno es hecho
1Jo 4:4 sois de Dios, y los habéis vencido
1Jo 5:4 lo que es nacido de Dios, vence al mundo
Rev 2:7 al que venciere, le daré a comer del árbol
Rev 3:5 el que venciere será vestido de .. blancas
Rev 3:12 al que venciere, yo lo haré columna en
Rev 3:21 al que venciere, le daré que se siente
Rev 5:5 el León .. ha vencido para abrir el libro
Rev 6:2 corona, y salió venciendo, y para vencer
Rev 12:11 le han vencido por medio de la sangre
Rev 17:14 pelearán .. y el Cordero los vencerá
Rev 21:7 el que venciere heredará todas las cosas
La idea cristiana de la victoria tiene su fundamento en la declaración de Jesús, que él venció el mundo (Jn. 16:33). La palabra «mundo» en este contexto debe entenderse como denotando todo el mundo que es antagonista a la voluntad de Dios. Uno más fuerte llegó y desarmó estas fuerzas antagónicas (Lc. 11:22) con el resultado que el cristiano ya no tiene que temerlas.
Esta victoria se describe en dos formas en 1 Juan. Se dice que los creyentes vencen (a) al maligno (2:13, 14), a aquellos en quienes mora el espíritu del Anticristo (4:4), y (b) al mundo (5:4, 5). En este último sentido, los «vencedores» mostraron su autenticidad por su actitud hacia Jesús como el Hijo de Dios, acentuando de este modo aquella victoria moral que está inseparablemente ligada a la sana doctrina.
El creyente debe usar buenos medios para vencer el mal (Ro. 12:21), y su actitud hacia sus propias circunstancias debe ser una de más que vencedor (Ro. 8:37). En el Apocalipsis, aquellos que perseveran bajo las persecuciones y falsos maestros son descritos como «vencedores» (2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12, 21), y las promesas del futuro sólo se reservan para ellos (21:7). La figura central del libro, el Cordero inmolado pero real, presenta la misma paradoja. Como León de la tribu de Judá, él prevalece para abrir el libro (5:5), y como el Cordero finalmente vencerá a todos sus enemigos (17:14). Este poder para vencer se contrasta con el poder temporal que se le da a la bestia (13:7).
Donald Guthrie
Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (630). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Fuente: Diccionario de Teología