RISA, REIDOR

Estas palabras se usan hoy en día para denotar: (1) una risa fuerte que muestra alegría y alborozo como opuesto a la pena y al llanto. Esta fuerte risa oriental raramente se escucha y sólo en una ocasión de una sorpresa sumamente agradable. Cristo pronuncia calamidad sobre aquellos que ahora ríen cuando dicha sorpresa no es posible (Lc. 6:25); (2) Risa por un asombro basado en algo demasiado imposible como para creerlo. La nota escéptica está presente, como cuando Abraham y Sara se rieron cuando escucharon la promesa de un hijo. Y aunque cuando la promesa no podía dudarse por más tiempo por ellos, sabían que todo el que la escuchara se reiría de ellos porque eran tan viejos (Gn. 17:17; 18:12; 21:6); (3) Reírse burlándose. En los verbos hebreos lāʿaḡ y ṣāḥaq el sentimiento varía en expresión desde la burla gentil (Sal. 80:6) hasta aquel que sentado en el cielo se ríe judicialmente (Sal. 2:4). El equivalente griego, katagelaō, sólo aparece tres veces en el NT y lleva la misma idea de «fuertes y repetidas risotadas de burla».

  1. Carlton Booth

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (543). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología