MEDIACION, MEDIADOR

La palabra «mediador» es rara en la Biblia; no se encuentra en el AT (aunque cf. «árbitro» en Job 9:33), y sólo ocurre en Gá. 3:19s.; 1 Ti. 2:5; Heb. 8:6; 9:15; 12:24, en el NT. No obstante, a pesar de que la palabra no aparece con frecuencia, la idea es una de las concepciones dominantes de la Biblia. Job reconoce que Dios «no es hijo de hombre como yo, para que yo le responda, y vengamos juntamente a juicio». Agrega: «no haya entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre nosotros dos. Quite de sobre mí su vara, y su terror no me espante» (Job 9:32–34). Es esta incapacidad del hombre para estar delante de Dios lo que hace necesaria la mediación.

Este principio se evidencia ampliamente en el AT. Así, cuando Dios le entregó a Israel la ley, no lo hizo directamente sino a través de un mediador, Moisés. Podemos ver a Moisés además actuando de mediador en la liberación del pueblo de la tierra de Egipto. En la religión subsecuente del pueblo, fueron importantes las actividades de los sacerdotes, ¿y qué es esto sino otra forma de mediación? Puede deducirse otro ejemplo de la obra de los profetas. Dios no dio su revelación directamente al corazón de cada hombre. Él habló a través de sus profetas escogidos. En una manera similar se pensaba del rey en un sentido como de un mediador al referirse a él como el «ungido de Jehová».

En el NT, se habla de Moisés como de un mediador en Gálatas 3:19s. Pero el énfasis no recae en un mediador humano sino en Cristo, de tal modo que leemos «porque hay un sólo Dios, y un sólo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos» (1 Ti. 2:5s.). En el sentido de hacer posible y real el acercamiento entre Dios y el hombre, el ministerio de Cristo es único. En este sentido no hay otro mediador. Esto aparece claramente en tres pasajes de Hebreos en los que se habla de Cristo como Mediador. Cada uno de ellos habla del nuevo pacto y dos hacen referencia específica a la muerte del Salvador. La función del Mediador, por lo tanto, es morir por el pecado y hacer real el nuevo pacto que efectivamente trae a los hombres a Dios. Él se interpone en la situación creada por el pecado del hombre y la condenación de Dios. Él se pone en medio de los que estaban apartados y los hace uno.

Pero no es únicamente en estos textos específicos que podemos observar la idea de Cristo como Mediador en el NT. Podemos verlo en su naturaleza, como Dios y hombre, donde él es representante de Dios ante el hombre y del hombre delante de Dios. Lo vemos en el cumplimiento de todo lo que implica el concepto veterotestamentario del profeta, sacerdote y rey. Lo observamos ante el hecho de que el hombre es totalmente incapaz de regenerarse a sí mismo delante de Dios, y de que Jesús lo acerca perfectamente a Dios.

BIBLIOGRAFÍA

Blunt; A.T. Robertson en HDAC; F.J. Taylor en RTWB.

Leon Morris

Blunt Blunt’s Dictionary of Doctrinal and Historical Theology

HDAC Hastings’ Dictionary of the Apostolic Church

RTWB Richardson’s Theological Word Book

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (384). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología