BAUTISMO POR LAICOS

El NT no apoya ni ordena ni da precedentes para que el bautismo sea administrado por alguien que no sea un ministro ordenado. Con todo, desde tiempos tempranos, laicos lo administraron cuando no había ministros a la mano. La costumbre fue defendida por Tertuliano y otros teólogos más adelante, sobre la base de que lo que se recibía podía ser comunicado, que el sacramento era más importante que el orden y que la regla del amor lo permitía. Algunas autoridades antiguas insistieron en ciertas cualidades (p. ej., monogamia y confirmación), y la iglesia medieval levantó una orden de precedencia. Lutero aprobó la práctica, viendo en ella el ejercicio del sacerdocio de los laicos. Pero la escuela Reformada la rechazó y la restringió sobre la base de que no era escritural, que destruía el buen orden, y que estaba ligada a la idea falsa de una necesidad absoluta del bautismo. En particular se detestó el bautismo por parteras. La práctica fue debatida plenamente en la iglesia de Inglaterra, y eventualmente se calmó hasta la conferencia de Hampton Court en 1604.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Bingham, Works, viii; G.W. Bromiley, Baptism and the Anglican Reformers, pp. 80–90.

Geoffrey W. Bromiley

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (80). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología