A. VERBOS 1. euangelizo (eujaggelivzw, 2097), se utiliza casi siempre de las buenas nuevas acerca del Hijo de Dios, el evangelio (p.ej. Gl 1.8b). Excepciones a esto son, p.ej., Luk 1:19; 1Th 3:6, donde las frases «dar †¦ buenas nuevas» y «cuando †¦ dio buenas noticias», respectivamente, no se refieren al evangelio. Con referencia al evangelio, se traduce con el verbo «predicar» como parte de la frase «predicar el evangelio» en los siguientes pasajes: Act 14:7; 17.18; Rom 15:20; 1Co 1:17; 9.18; Gl 1.9; 1Pe 1:12; 4.6; con el verbo «predicar» solo se traduce en Act 5:42; 1Co 15:1,2; 2Co 11:7; Gl 1.16,23; Rev 14:6: En Luk 4:18, «para dar buenas nuevas» da la cita correcta de Isaías, en lugar de «predicar el evangelio», como dan algunas versiones, p.ej. la Versión Autorizada Inglesa. En la LXX, se usa el verbo de cualquier mensaje destinado a levantar el ánimo de los oyentes; p.ej., 1Sa 31:9; 2Sa 1:20: Véanse ANUNCIAR, BUENO, DAR NUEVAS, EVANGELIO, EVANGELIZAR, NOTICIAS, NUEVAS. 2. kerusso (khruvssw, 2784), significa: (a) ser heraldo, o, en general, proclamar (p.ej., Mat 3:1 «predicando»; Mc 1.45: «publicar»; Luk 4:18 «pregonar»; v. 19: «predicar»; Luk 12:3 «se proclamará»; Act 10:37 «predicó»; Rom 2:21 «que predicas»; Rev 5:2 «que pregonaba»). En 1Pe 3:19 se hace referencia, probablemente, no a gratas nuevas (de las que no hay evidencia que fueran predicadas por Noé, como tampoco hay evidencias reales de que los espíritus de los antediluvianos estén realmente «encarcelados»), sino al acto de Cristo después de su resurrección al proclamar su victoria a los espíritus angélicos caídos; (b) predicar el evangelio como un heraldo (p.ej., Mat 24:14 «será predicado»; Mc 13.10: «sea predicado»; 14.9: «se predique»; 16.15: «predicad»; v. 20: «predicaron»; Luk 8:1 «predicando»; 9.2: «a predicar»; 24.47: «que se predicase»; Act 8:5 «predicaba»; 19.13: «predica»; 28.31: «predicando»; Rom 10:14 «quien †¦ predique», en participio presente, lit., «uno predicando»; 10.15a; 1Co 1:23 «predicamos a Cristo crucificado»; 1Th 2:9 «predicamos el evangelio de Dios»; 1Ti 3:16 «predicando a los gentiles»); (c) predicar la palabra (2Ti 4:2), del ministerio de las Escrituras, con especial referencia al evangelio. Véanse DIVULGAR, HERALDO, PREGONAR, PROCLAMAR, PUBLICAR. 3. prokerusso (prokhruvssw, 4296), lit., proclamar como heraldo (pro, delante, y Nº 2). Se utiliza en Act 13:24 «predicó Juan» (VM: «Juan había predicado primero»). En TR aparece también en 3.20: «que †¦ fue antes anunciado»; en los textos más comúnmente aceptados aparece proqueirizo, véase ANUNCIAR, Nº 13.¶ 4. laleo (lalevw, 2980), hablar. Se traduce «predicaba» (Mc 2.2); «habiendo predicado» (Act 14:25); véanse ANUNCIAR, CONOCER, CONTAR, DAR A CONOCER, DECIR, EMITIR, HABLAR. Nota: Para logos, palabra, traducido «predicar» en 1Ti 5:17 (lit., «los que trabajan en la palabra»), véase PALABRA, Nº 1. B. Nombres kerugma (khvrugma, 2782), proclamación hecha por un heraldo (relacionado con A, Nº 2). Denota un mensaje, una predicación, la sustancia de lo predicado en contraste al acto de la predicación (Mat 12:41; Luk 11:32; Rom 16:25; 1Co 1:21; 2.4; 15.14; 2Ti 4:17; Tit 1:3).¶ En la LXX, 2Ch 30:5; Pro 9:3; Jon 3:2:¶ Nota: En Act 18:5 se traduce logos, palabra, como «predicación»; esto es, la comunicación del depósito que le habla sido encomendado para su divulgación, todo aquello que Dios ha dado a conocer para que sea proclamado.
Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento
La predicación es la proclamación de la palabra de Dios a los hombres por los hombres por mandato de Dios. Es el medio ordenado para la transmisión de la palabra de Dios al mundo, y sirve también como un medio de gracia oficial para la edificación de la iglesia de Cristo.
En el período patriarcal e incluso después de Sinaí, los creyentes debían comunicar las promesas y mandamientos de Dios a sus hijos (Gn. 18:19; Dt. 11:19). En Israel, esta instrucción privada debía suplementarse por una lectura pública de la ley cada siete años durante la Fiesta de los Tabernáculos (Dt. 31:9–13). Durante los avivamientos en los reinados de Josafat y Josías, los levitas fueron de ciudad en ciudad en Judea leyendo la ley públicamente (2 Cr. 15:3; 17:7–9; 35:3). Esdras y los que le ayudaban interpretaron la ley a medida que leían públicamente después del retorno del cautiverio (Neh. 8:7, 8). En las sinagogas, la lectura pública de porciones de la ley y de los profetas era seguida por interpretaciones homiléticas.
Los profetas estuvieron en actividad en Israel desde el tiempo de Moisés hasta los días de los reyes, pero el profetismo se constituyó en el modo más extraordinario de revelación divina en los días de la apostasía de Israel. Los grandes profetas fueron los heraldos de Dios que declaraban (formas de nāḡad) juicio y esperanza futura de salvación, y predicaban contra las iniquidades (formas de qārāʾ) del pueblo y de sus líderes. La predicación de los profetas era, a menudo, dada por Dios inmediatamente y transmitida a medida que se recibía, en tanto que la predicación de los levitas se basaba sobre la palabra escrita, la Torah.
En el NT, la predicación de Juan el Bautista, Jesús, los apóstoles y otros se describe por medio de treinta términos diferentes. Los más importantes son kērussein, «anunciar», «proclamar» (usado sesenta y una veces, kērugma cerca de nueve veces); euangelidseszai, «publicar las buenas nuevas» (usado sobre cincuenta veces, euangelion sobre setenta veces); y didaskein, «enseñar» (usado cerca de noventa veces, los sustantivos didaskalia y didachē también se usan, especialmente en las epístolas pastorales). Todos estos verbos y sustantivos, siguiendo el modelo del uso extrabíblico o el equivalente del AT, llevan una fuerte nota de autoridad. El predicador ha recibido su mandato y mensaje de Dios y llega con la autoridad del que lo envía. Los términos del NT para la predicación no pueden separarse de la idea del apostolado y su fundación en el archiapostolado de Jesucristo (Jn. 20:21). Esto es especialmente verdadero de la palabra usada con más frecuencia en Juan, marturein, significando «testimoniar judicialmente como un testigo».
El mensaje primario (kērugma, euangelion) de los apóstoles consiste en una declaración de los hechos histórico-redentivos de la vida de Cristo, su muerte, resurrección, ascensión y segunda venida, junto con el llamado al arrepentimiento (véase) y la fe (véase). El kērugma es fundamental a la vida de la iglesia y a la enseñanza apostólica lo cual sirve para la edificación de la iglesia (didachē, enseñanza, paraklēsis, exhortación, y nouzesia, admonición, etc.). «Los contenidos del kērugma y la didachē en el Nuevo Testamento son los mismos, pero la modalidad es diferente … lo que en el comienzo del Nuevo Testamento se identifica con el ‘kērugma’ del reino no de los Cielos, en la última parte adopta una forma diferente, es decir, de enseñanza religiosa y doctrina» (Herman N. Ridderbos, When the Time Had Fully Come, Eerdmans, Grand Rapids, Michigan, 1957, pp. 94 y 95).
Las cartas de Pablo a Timoteo describen la etapa transicional del apostolado al pastorado y evangelismo. Timoteo debe rápidamente mantener la enseñanza apostólica y las Escrituras del AT y comunicar esa enseñanza en la predicación pastoral y en el evangelismo (1 Ti. 4:13, 14; 2 Ti. 2:15; 3:14–16; 4:1–5). La transmisión de la palabra es asegurada por la iglesia en la historia al comisionar a hombres fieles que enseñaran a otros (2 Ti. 2:2).
La predicación de Orígenes marca un cambio de la homilía exhortatoria al sermón expositivo, pero su exposición fue oscurecida por el uso del método alegórico en la interpretación de la Escritura. Los defectos de este método pasan a la Iglesia Occidental a través de Agustín, según se reflejan en la predicación hasta el tiempo de la Reforma. Los reformadores exponían y aplicaban la Escritura directamente, a menudo predicando en series basadas en libros enteros de la Biblia. La reintrepretación radical de la Biblia ha influenciado la Biblia para mal, pero algunos ven signos alentadores en el siglo veinte de un retorno a la predicación cuyos principios se basan en una comprensión del mensaje dado a la iglesia por el Espíritu Santo en la Sagrada Escritura.
BIBLIOGRAFÍA
E.C. Dargan, A History of Preaching; C.H. Dodd, The Apostolic Preaching and its Developments, pp. 7–13; K. Dijk, De dienst der prediking; T.H.L. Parker, The Oracles of God; H.N. Ridderbos, When the Time Had Fully Come; J. Stewart, Heralds of God; J.B. Weatherspoon, Sent Forth to Preach; G. Wingren, Die Predigt.
Carl G. Kromminga
Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (482). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Fuente: Diccionario de Teología