Fuego eterno (gr. púr tó ásbeston, «fuego inextinguible»). Expresión que se refiere a los medios que empleará Dios para destruir definitivamente a los impíos (Mat 3:12; Mar 9:43; Luk 3:17). Esta expresión no indica un fuego que 469 nunca se extinguirá, sino que ningún medio humano lo podrá apagar. Es posible que las palabras usadas por Juan el Bautista en Mat 3:12 se basen en la predicción de Mal 3:1-3 y 4:1. El fuego del cp 4:1 aparentemente se apaga una vez cumplida su misión destructora (cf v 3). Judas mencionó las antiguas ciudades de Sodoma y Gomorra como «ejemplos», y añadió que sufrieron «el castigo del fuego eterno» (Jud_7; cf 2Pe 2:6), pero conviene tener en cuenta que el fuego que consumió esas ciudades, se extinguió hace ya mucho tiempo; no arde desde hace 3.500 años. Pero la Biblia lo menciona como ejemplo de cómo será la destrucción definitiva del mal. Lejos de comunicar la idea de un fuego que arde para siempre, y con el cual se tortura a los impíos eternamente, las Escrituras ponen énfasis en el hecho de que éstos serán tan completamente consumidos, que nada de ellos quedará. Véanse Infierno; Muerte.
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico