Isa 40:7 la hierba se seca, y la flor se marchita
Jam 1:11 así también se marchitará el rico en
yabesh (vbey: , 3001), «secarse; resecarse; marchitarse». Este término se encuentra a través del desarrollo de la lengua hebrea así como en algunas otras lenguas semíticas. Se hallan alrededor de 70 casos en el hebreo veterotestamentario. En su forma verbal, yabesh aparece por primera vez en Gen 8:7 cuando después del diluvio, «las aguas se secaron sobre la tierra». No obstante, el nombre derivado, yabbasha, que significa «tierra seca», aparece desde Gen 1:9: El fenómeno natural de «secarse» tiene que ver con pan (Jos 9:5), la tierra en tiempo de sequía (Jer 23:10; Am 4.7), arroyos y riachuelos (1Ki 17:7) y cosechas (Isa 42:15). La brevedad de la vida humana es comparable con la hierba que se seca (Psa 90:6; 102.11; Isa 40:7). El corazón también se seca como la hierba debido a la aflicción (Psa 102:4). En su parábola de la vid, Ezequiel compara el juicio de Dios sobre Judá a renuevos verdes que se «secan» (Eze 17:9-10). Por su desobediencia, la mano de Jeroboam se «secó» por juicio divino (1Ki 13:4). En Pro 17:22 (lba) se manifiesta el conocimiento de patologías sicosomáticas: «El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos».
Fuente: Diccionario Vine Antiguo Testamento