LOS DIOSES DE LAS NACIONES

LA LEY que Jehová dio al pueblo de Israel prohibí­a hacer imágenes para adoración. El Dios verdadero es un espí­ritu, por lo que representarlo en una imagen es totalmente impropio. En cambio, se han desenterrado muchas imágenes de dioses de otras naciones antiguas, que no son más que el †œproducto de las manos del hombre, madera y piedra†. (Dt 4:28.) Tal como la Biblia indica, eran †˜dioses que nada valí­an†™, sin ojos para ver ni oí­dos para oí­r a sus adoradores, y hoy no son más que piezas de museo. (1Cr 16:26; Sl 115:4-8.) No obstante, constituyen una fuente de información valiosa sobre las raí­ces de las creencias religiosas extendidas en la actualidad.

[Fotografí­a en la página 529]
Las trí­adas religiosas tuvieron su comienzo en Babilonia. Esta tablilla de piedra representa un santuario de Shamash, dios-sol babilonio, junto con los sí­mbolos de una de estas trí­adas: la Luna (del dios Sin), el Sol (de Shamash) y una estrella (de Istar)

[Fotografí­a en la página 529]
Este antiguo sello representa a Asur, el dios supremo de los asirios, con tres cabezas (sobre las alas)

[Fotografí­as en la página 529]
Los egipcios adoraban a trí­adas como estas. Arriba: Horus, Isis y Osiris. Derecha: Isis, Horus y Neftis

[Fotografí­a en la página 529]
Muy similar a la Virgen y el niño de la cristiandad, la imagen egipcia de la madre y el hijo (Isis y el niño, Horus) era objeto de veneración

[Fotografí­as en la página 530]
Mucho antes que existiera la cristiandad, a la cruz ansada, o cruz egipcia, se la consideraba sagrada

[Fotografí­as en la página 530]
La serpiente se empleaba en la adoración. El arte egipcio (en segundo término) muestra, en la parte izquierda, a un dios sosteniendo dos serpientes enroscadas; una gran serpiente resalta en el dibujo, y a la derecha aparece una diosa con cabeza de serpiente. En la estatua griega de Asclepio (en primer término) también hay una serpiente. Es interesante notar que la Biblia enseña que Satanás utilizó una serpiente como vocero (Gé 3:1-15; Rev 12:9)

[Fotografí­as en la página 530]
Las diez plagas derramadas en Egipto pusieron de manifiesto la impotencia de sus dioses. La primera de ellas, por la que las aguas del Nilo se convirtieron en sangre, desacreditó a Hapi, el dios del Nilo (parte superior izquierda). La diosa Heqet, cuyo animal sagrado era la rana, fue incapaz de ayudar a los egipcios cuando la segunda plaga cubrió la tierra de estos animales (arriba, parte central). La muerte del primogénito en la décima plaga hizo que esta resultara la más devastadora de todas, pues se creí­a que los hijos de los faraones descendí­an de Amón-Ra, representado por un carnero (parte superior derecha)

Fuente: Diccionario de la Biblia