LA HISTORIA del Imperio asirio se caracterizó por sus conquistas militares, a las que con frecuencia iba unida la tortura sádica de los prisioneros. La religión ejercía una enorme influencia en la vida asiria, y se consideraba que la guerra era una auténtica manifestación de su adoración. El historiador W. B. Wright informa: †œLa ocupación de la nación era pelear, y los sacerdotes fomentaban la guerra sin cesar. Su sustento procedía en gran medida de los despojos de guerra, de los que siempre se les asignaba un porcentaje fijo antes que otros pudiesen participar de ellos, pues esta raza de saqueadores era religiosa en extremo†. (Ancient Cities, 1886, pág. 25.)
Tanto la Biblia como las fuentes históricas informan de repetidos contactos entre Israel y Asiria. Con el tiempo, el rey de Asiria impuso a Israel el pago de un tributo, hasta que por fin, en el año 740 a. E.C., fue tomada Samaria, la capital del reino septentrional, y miles de judíos partieron al destierro. El hecho de que Jehová lo permitiese prueba la degradación en la que se había sumido el Israel apóstata. Sin embargo, cuando Senaquerib pretendió añadir Jerusalén a su lista de conquistas, un ángel de Jehová aniquiló a 185.000 soldados asirios en una sola noche. (Isa 36:1–37:38.) Como habían predicho los profetas de Jehová, con el tiempo Asiria llegó a ser una ruina desolada, y Babilonia la reemplazó en la escena mundial. (Isa 23:13; Sof 2:13.)
[Ilustración en la página 955]
Cuadro del suntuoso palacio de Asurnasirpal II realizado por el arqueólogo A. H. Layard
[Fotografía en la página 955]
Este gigantesco toro alado con cabeza de hombre adornaba el palacio de Sargón II
[Fotografía en la página 955]
Detalle de una pared de un palacio de Nimrud. Las cacerías de leones eran el deporte de los monarcas asirios; se dice de Nínive que era un †œalbergue de leones† (Na 2:11)
[Fotografía en la página 956]
Monarca asirio acompañado de un sirviente y un espíritu protector; se exhibe en el Museo Británico. La religión ejercía una enorme influencia en la política asiria
[Fotografía en la página 956]
Rey asirio apresurándose a la batalla mientras su dios vuela delante de él y dispara flechas. Se exhibe en el Museo Británico
[Fotografía en la página 956]
Rey asirio rodeado de símbolos de sus dioses. Se cree que el yelmo con cuernos representa a Asur; el disco alado, al dios-sol Shamash; la media luna es el emblema del dios-luna Sin; el símbolo en forma de tenaza, el relámpago de Adad, y la estrella se refiere a Istar
[Ilustración en la página 957]
El representante de Senaquerib desafía a Jehová y exige la rendición de Jerusalén
[Fotografía en la página 957]
Anales de Senaquerib, donde se jacta de haber invadido Judá, pero omite la calamidad que le sobrevino a sus tropas
[Fotografías en la página 958]
La brutalidad de los asirios se refleja en las paredes de sus palacios, donde se representa a los cautivos torturados, empalados y desollados vivos
[Fotografías en la página 958]
Como había predicho la Biblia, Nínive (el montículo de Quyunjiq, en primer plano) llegó a ser †œuna ciudad asolada†. (Na 2:10.) La Crónica de Gadd (arriba) suministra detalles del saqueo al que sometieron los babilonios a esta ciudad, que en otro tiempo fue grande
[Mapa en la página 954]
(Véase la publicación para ver el texto completo)
Mar Negro
Mar Caspio
Mar Grande
ASIRIA
Carquemis
Jorsabad
Nínive
Cálah
Asur
Río Tigris
Río Eufrates
Babilonia
MEDIA
ELAM
Susa
Golfo Pérsico
Damasco
Samaria
Jerusalén
EGIPTO
[Recuadro en la página 954]
CIUDADES PRINCIPALES
Nínive: Capital principal del imperio; debía su esplendor arquitectónico a Senaquerib, pero era una †œciudad de derramamiento de sangre† (Na 3:1)
Cálah: Conocida más tarde como Nimrud; Asurnasirpal II la convirtió en ciudad real y capital militar
Jorsabad: Una capital secundaria; la construyó Sargón II, pero quedó deshabitada poco después de su muerte
Asur: Antigua capital religiosa del imperio; según Senaquerib, esta ciudad tenía 34 templos
Babilonia: Centro comercial y administrativo de la Baja Mesopotamia
Fuente: Diccionario de la Biblia