LA ARQUEOLOGíA debe interesar a los estudiantes de la Biblia. ¿Por qué? Porque los hallazgos arqueológicos han supuesto en muchos casos una mejor comprensión de la vida en los tiempos bíblicos y de los idiomas originales en los que se escribió la Biblia.
Los descubrimientos arqueológicos en ocasiones han servido para acallar a los que criticaban ciertos sucesos o afirmaciones de la Biblia. Por ejemplo, ¿existieron alguna vez un rey babilonio llamado Belsasar o un rey asirio de nombre Sargón? Hasta el siglo pasado estos nombres solo se conocían gracias a su mención en la Biblia (Isa 20:1; Da 5:1), pero el descubrimiento en dicho siglo del palacio de Sargón en Jorsabad y de la famosa Crónica de Nabonido demostró que estos gobernantes eran personajes históricos.
Con esto no se quiere decir que la autenticidad de la Biblia dependa de los descubrimientos arqueológicos. El arqueólogo hebreo Yohanan Aharoni dice: †œEn lo referente a la interpretación histórica e historicogeográfica, el arqueólogo trasciende del terreno de las ciencias exactas y debe fiarse de juicios de valor e hipótesis para obtener un marco histórico completo†. Por eso, al evaluar sus descubrimientos, a veces los arqueólogos han discrepado de la Biblia.
¿Debería esto hacernos dudar de la autenticidad de la Biblia? En absoluto. La fe que solo depende de los hallazgos arqueológicos es endeble; la prueba de que Dios ha inspirado la Biblia no se halla en la arqueología, sino en sus mismas páginas.
[Diagrama en la página 959]
(Véase la publicación para ver el texto completo)
Sección excavada
bizantino-árabe
griego-romana
israelita
filisteo-israelita
egipcia
Un sondeo profundo reveló un total de 18 niveles de ocupación, que se remontan a tiempos de los cananeos
Tell el-Husn (Tel Bet She´an)
[Fotografía en la página 959]
Montículo donde se hallan las ruinas de Bet-seán
[Fotografía en la página 960]
Inscripción que lee: †œAquí se trajeron los huesos de Uzías, rey de Judá. No abrir†. Así se identificaba el lugar donde se volvieron a enterrar los restos del rey al parecer en el siglo I E.C.
[Fotografía en la página 960]
Calendario de Guézer, según se cree del siglo X a. E.C.; uno de los ejemplos más antiguos de escritura hebrea primitiva
[Fotografía en la página 960]
Sargón II, cuya existencia pusieron en duda los críticos durante mucho tiempo, ha llegado a ser bien conocido para los arqueólogos
[Fotografía en la página 960]
Sobre una pared del túnel que conecta el manantial de Guihón con el estanque de Siloam (al parecer construido por el rey Ezequías), se encontró esta inscripción que da detalles de cómo se realizó la obra
Fuente: Diccionario de la Biblia