PROCREACION RESPONSABLE

TEOLOGíA MORAL
SUMARIO
I.La procreación responsable: un problema en evolución:
1. Premisa;
2. La valoración positiva de la procreación en el pasado;
3. Razones y expresiones de la desconfianza actual;
a) A nivel social,
b) A nivel familiar y personal;
4. Cometido del teólogo moralista.
II. Búsqueda del significado de la procreación responsable:
1. La procreación en relación con la persona;
2. El término de la procreación: la persona del hijo;
3. El acto de procrear:
a) Una secuencia de actos,
b) Las insuficiencias del acto en cuanto al ser del procreado,
c) La insuficiencia del acto para el devenir del procreado,
d) La insuficiencia del acto para la salvación del hijo;
4. El principio de procrear: la pareja y las cualidades de la parea:
a) La unidad,
b) La conciencia,
c) La libertad,
d) La gratuidad,
e) La providencia.
III. Procreación responsable y regulación de la fecundidad:
1. Unión y procreación en la parea;
2. La regulación de los nacimientos:
a) Magisterio y reflexión teológica,
b) Verdad del gesto;
3. Dificultades y ví­as de solución:
a) Determinación de los tiempos fecundos,
b) La necesaria mediación en la aplicación de los principios.

I. La procreación responsable: un problema en evolución
1. PREMISA. El problema de la procreación responsable es relativamente reciente. En el pasado no se planteaban interrogantes ni sobre la procreación, ni sobre la responsabilidad, ni mucho menos sobre el sentido de procrear. Procrear era considerado como el resultado natural de la decisión de casarse, porque casarse no era tanto formar pareja cuanto más bien crear familia.

Hoy procrear se ha convertido en problema social y conyugal. Se inició con el principio malthusiano del crecimiento exponencial, para el cual la procreación no podí­a considerarse ya un valor que se ha de buscar y perseguir incondicionalmente, sino un hecho ambivalente, con una carga negativa potencial respecto a la humanidad. Esta concepción se ha difundido y ha arraigado sobre todo debido a las nuevas condiciones de vida creadas por una sociedad industrializada y urbanizada, marcada por un amplio bienestar, que ha elevado enormemente el costo del hijo (fenómeno del trabajo de la mujer, vivienda reducida, aislamiento de la pareja, insuficiencia de los servicios asistenciales, prolongación del tiempo de formación del hijo, multiplicación de los bienes de consumo y estí­mulo de nuevas necesidades, elevado nivel de vida, insuficiencia del esfuerzo de los padres en la educación del hijo en una sociedad pluralista, etc.). En estas condiciones procrear ha tenido que enfrentarse cada vez más con las nuevas condiciones de vida, con el crecimiento demográfico, con las posibilidades concretas de la pareja, que debe afrontar cada vez con mayor frecuencia ella sola todos los problemas que hoy plantea el nacimiento de un hijo. La complejidad de estos problemas ha llévado precisamente a evitar la procrtFuente: Nuevo Diccionario de Teología Moral