(-> crítica bíblica, formas, redacción, narratología, retórica). La exégesis científica más significativa, a partir de la Ilustración (desde el siglo XVIII al XX), había sido básicamente diacrónica: ha estudiado el origen y despliegue de los textos, siguiendo un orden histórico. Sin dejar ese aspecto, la exégesis más reciente, desde mediados del siglo XX, ha empezado a poner de relieve el aspecto sincrónico: quiere estudiar el texto como unidad, no tanto por su origen, sino por su realidad presente, en un plano literario y teológico. Quizá es pronto para trazar una valoración de conjunto de este método, pero de un modo aproximativo podemos condensar aquí algunos de sus elementos, más desarrollados en otros artículos de este diccionario. (1) Análisis redaccional. Antes se había estudiado el proceso de nacimiento y despliegue de las pequeñas y grandes unidades literarias del Pentateuco o de los evangelios. Desde mediados del siglo XX se ha empezado a poner de relieve la aportación de los redactores y de las obras en sí mismas, tal como existen actualmente. Más que el origen de los textos aislados importa la comprensión de conjunto de los libros, que han sido escritos por autores muy personales, con su propio estilo y teología. (2) Análisis retórico. Toma el texto como unidad significativa, con su propia visión de la realidad y con sus propias formas de expresarla. Reasume elementos de argumentación helenista, los vincula a los métodos semitas de composición de un texto y de esa forma nos permite penetrar mejor en el discurso de los grandes espacios argumentativos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento. Ha dado ya frutos grandes, por ejemplo en el estudio de san Pablo. (3) Análisis narratológico. Sirve especialmente para estudiar los relatos bíblicos, es decir, los grandes textos que cuentan (recuerdan, recrean) los acontecimientos fundantes de la historia, sea en clave de orígenes (Génesis), sea de surgimiento israelita o de novedad rnesiánica (evangelios de Jesús). Este método se encuentra en período de franca consolidación y se espera que irradie nueva luz sobre el gran metarrelato fundador que es la Biblia, tanto en vertiente judía como cristiana. (4) Análisis estructural. Ha sido muy empleado en los países de cultura francesa en los últimos 30 años, utilizando elementos de semiótica, en un plano semántico y expresivo; el texto viene a presentarse como un todo lleno de sentido donde los diversos componentes han de iluminarse mutuamente, dentro de una especie de lógica de conjunto.
Cf. A. M. ARTOLA y J. M. SíNCHEZ CARO, Biblia y Palabra de Dios, Verbo Divino, Estella 1989; J. BARTON (ed.), La interpretación bíblica, Sal Terrae, Santander 2001; G. A. KENNEDY, Retórica y Nuevo Testamento: la interpretación del Nuevo Testamento mediante la crítica retórica. Cristiandad, Madrid 2003; D. MARGUERAT e Y. BOURQUIN, Cómo leer los relatos bíblicos. Introducción al análisis narrativo, Sal Terrae, Santander 2000; J. P. TOSAUS, La Biblia como Literatura, Verbo Divino, Estella 1996.
PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007
Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra