ESPOSO/A

v. Marido, Mujer, Varón
Exo 4:25 a la verdad tú me eres un e de sangre
Exo 21:8 si no agradare a su .. no la tomó por e
Psa 19:5 éste, como e que sale de su tálamo, se
Pro 18:22 el que halla e halla el bien, y alcanza
Son 4:8 ven conmigo desde el Líbano, oh e mía
Isa 62:5 como el gozo del e con la e, así se gozará
Jer 3:14 convertíos .. porque yo soy vuestro e; y os
Jer 3:20 pero como la e infiel abandona a su
Mat 9:15; Mar 2:19; Luk 5:34 entre tanto que el e está con ellos?
Mat 25:1 diez vírgenes que .. salieron a recibir al e
Mar 12:20; Luk 20:29 el primero tomó e; y murió
Joh 2:9 probó el agua hecha vino .. llamó al e
Joh 3:29 el que tiene la e, es el e; mas el amigo
1Co 7:29 que los que tienen e sean como si no
2Co 11:2 pues os he desposado con un solo e
1Th 4:4 que cada uno .. sepa tener su propia e
Rev 19:7 llegado las bodas del Cordero, y su e se
Rev 21:2 nueva Jerusalén .. dispuesta como una e
Rev 21:9 ven acá .. te mostraré .. la e del Cordero
Rev 22:17 el Espíritu y la E dicen: Ven. Y el que


(-> amor, Oseas, Ashera, Baal, bodas). El tema de Dios como esposoesposa forma parte de la religión cananea, que el Antiguo Testamento ha combatido, pues el Dios Yahvé de los israelitas no es esposo ni padre, sino Señor trascendente. Pero, en un momento dado, algunos profetas como Oseas (y después Jeremí­as y la escuela de Isaí­as) han concebido también a Dios como Padre-Esposo del pueblo, creando una de las imágenes más poderosas de la tradición bí­blica. Esa imagen, recreada en un contexto distinto por el Cantar* de los Cantares, ha llegado al Nuevo Testamento, donde influye en algunas parábolas o comparaciones de Jesús (cf. Mc 2,19; cf. Mt 25,1-13) y en las tradiciones de Pablo (2 Cor 1 i,2) y de Juan (cf. Jn 2,1-11). El signo ha culminado en las bodas finales del Apocalipsis y en la parénesis matrimonial de Ef 5,21-33. Desde esa base se pueden distinguir dos lí­neas.

(1) Lí­nea no patriarcalista. El Apocalipsis presenta el final de la historia en forma de bodas de la humanidad con el Cordero de Dios (cf. Ap 19,7.9); el Cordero-Esposo es el mismo Cristo vencedor; la Novia es la misma humanidad (antes mujer celeste: cf. Ap 12,1-3), luego Iglesia perseguida, que aparece al fin como novia del Cordero, adornada y preparada (cf. Ap 21,2.9) para el despliegue final de la historia, que se funda en el amor de un Dios que se vincula para siempre con los hombres, sin superioridad de varones sobre mujeres, ni viceversa; todos, varones y mujeres, son esposa del Cristo-Cordero (cf. Ap 21-22). El Apocalipsis no aplica al hombre el simbolismo del Esposo-Cristo y a la mujer el de la esposa-humanidad (o Iglesia), sino que los motivos principales de su trama quedan a nivel simbólico y pueden atribuirse por igual a varones y mujeres (sin la diferencia entre sexos que parece introducir Ef 5). El Esposo no actúa como varón (en una lí­nea que podí­a desembocar en el patriarcalismo de una Iglesia donde sólo son jerarcas los varones), sino como Cordero, animal sacrificado (Ap 21-22). Lo mismo podemos decir de Mc 2,19 y de Jn 2,1-2; ni en uno ni en otro caso se aplica a un esposo humano el sí­mbolo del Cristo esposo.

(2) Lí­nea patriarcalista. En contra de la visión anterior, que se aplicaba por igual a varones y mujeres en su relación con Cristo, Ef 5,21-33 ha querido aplicar la imagen de las bodas finales al mismo matrimonio de un hombre y una mujer, dentro de la Iglesia, pero de tal forma que el hombre (signo de Cristo) tiende a presentarse como más elevado que la mujer (signo de la Iglesia). Eso significa que Ef 5 ha interpretado el tema del esposo-esposa en un contexto patriarcalista (o al menos con riesgo de patriarcalismo), presentando al esposo como a Cristo-cabeza y a la esposa como Iglesia-cuerpo, dentro de una perspectiva jerárquica de la relación entre los sexos. Lo que en Ef 5 no es más que una imagen se ha convertido más tarde en ley y principio de derecho dentro de algunas iglesias, avalando de esa forma el dominio patriarcal y esponsal de los varones sobre las mujeres.

Cf. X. Pikaza, Hombre y mujer en las religiones, Verbo Divino, Estella 1997; El Apocalipsis, Verbo Divino, Estella 1999.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra