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Resúmenes o síntesis. Técnicamente se llaman sumarios. Se trata de frases frecuentes que generalizan o sintetizan la predicación o actividad de Jesús. Al no poder narrar pormenorizadamente todas sus intervenciones, recurren los evangelistas a estos sumarios – resúmenes para decir: así actuaba o predicaba Jesús por donde pasaba. Presuponen, por tanto, una actividad y una enseñanza mucho más amplia que la que ha sido recogida en los evangelios.
El más significativo y de mayor contenido doctrinal es el que, prácticamente, abre el evangelio de Marcos: «Jesús fue a Galilea y proclamó así el evangelio de Dios: «Se ha cumplido el tiempo y el reino de Dios está cerca; arrepentíos y creed en el evangelio»» (Mc 1,14-15). El sumario nos ofrece una síntesis de los grandes temas de la predicación de Jesús. Otros ejemplos pueden verse en Mc 1,21-22, sobre el modo de la enseñanza de Jesús; 1,32-34.39, sobre las curaciones colectivas; 2,13, sobre la atracción de la gente por su palabra…
También pertenecen a este género sumarial aquellas afirmaciones o pasajes en los que se dice que Jesús «enseñaba», sin ponernos ejemplo alguno de la enseñanza en concreto (Mc 1,22.39; 2,13;10,1…). Lo que comúnmente conocemos como predicciones de la pasión son, en realidad, sumarios sobre la misma (Mc 8,31; 9,31; 10,32ss…). Estas predicciones solemnes sobre la suerte última de Jesús demuestran no solamente que Jesús conocía anticipadamente su destino último, sino también que la pasión, muerte y resurrección del Hijo del hombre se hallan determinadas, de forma casi fatalista, por el plan salvífico de Dios (Mc 9,31: «tiene que»). De ahí que Marcos enmarque estos sumarios sobre la pasión dentro de la «enseñanza» de Jesús (Mc 8,31; 9,31).
Estos sumarios, leídos en su conjunto, nos suministran algo así como el armazón y la síntesis teológica del ministerio de Jesús. Fue Marcos el creador de estos sumarios, que fueron utilizados por los otros dos sinópticos y por el libro de los Hechos. El cuarto evangelio también recurre a ellos. Dichos sumarios pueden ser calificados de distintas maneras según el aspecto al que se refieran. Pueden ser históricos, si se refieren a las circunstancias en las que Jesús actuaba, de tipo anecdótico…, teológicos, por razón de su contenido doctrinal, como el citado de Mc 1,14-15 o simplemente literarios, que son utilizados como recursos para unir o situar las escenas, tiempos y lugares. -> géneros; evangelios.
Felipe E Ramos
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FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001
Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret