En el A. T. la lapidación era el modo más común de ejecutar la pena de muerte. Se aplicaba a los siguientes delitos: idolatría (Dt 7,2-5), blasfemias (Lev 24,16), adivinaciones (Lev 20,27), adulterio (Dt 20,21; Jn 8,1-11), infidelidad en la prometida y en su cómplice (Dt 22,24), rebeldía de los hijos (Dt 21,21), delito de lesa majestad (1 Re 21,13). La ejecución se hacía fuera de la ciudad (Lev 24,14; Núm 15,13; 1 Re 21,10; Mt 21,35; 23,37; Lc 13,34). Los testigos de cargo, después de testificar públicamente contra el reo, tenían que ser los primeros en apedrearle (Dt 17,7); a continuación lo hacían todos los habitantes de la ciudad hasta darle muerte. De este modo se hacía patente la justicia comunal.
E. M. N.
FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001
Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret
Véase APEDREAR.
Fuente: Diccionario de la Biblia