ESPOSO (CRISTO)

DJN
 
La palabra griega í­os puede significar «novio», «recién casado» y «esposo». Así­ se explica que las traducciones españolas de la Biblia varí­en a la hora de traducir esta palabra griega. En el gnosticismo y la mí­stica «esposo» adquiere sentido religioso y expresa la relación del «salvador gnóstico» con el alma o del alma con Dios. El noviazgo o estado de recién casado connota en el AT gozo y alegrí­a (Is 61, 10; 62, 5; Jer 7, 34; especialmente en Cant).

En el EvJn Jesús es llamado «Esposo», a diferencia de Juan el Bautista, que es nombrado «amigo del Esposo», es decir, padrino de bodas (Jn 3, 29). La misión del Bautista consistí­a sólo en preparar a Jesús el camino, mientras que con Jesús comienza el tiempo mesiánico o escatológico (1, 19-28. 29-34). La esposa (nymfe) es la Iglesia, que le pertenece a Jesús por derecho (3, 29). La Iglesia, «la esposa», comienza a manifestarse visiblemente en el despertar de la fe de los primeros discí­pulos con ocasión de las bodas de Caná de Galilea (2, 11), pero sin que se llegue a hacer una correspondencia metafórica entre la esposa de las bodas -que ni se nombra ni aparece en la narración- y la Iglesia o comunidad de los discí­pulos de Jesús (2, 2. 11). Jesús, por el contrario, aparece representado semántica y metafóricamente en el esposo de las bodas de Caná de Galilea, al ser censurado por el maestresala: «Tú has reservado el vino de mejor calidad hasta ahora» (2, 10). Ciertamente Jesús ha reservado el mejor vino para el tiempo mesiánico, que es su revelación y manifestación como Hijo de Dios. Al oí­r la voz del esposo, el Hijo preexistente del Padre, encarnado (1, 1. 14-15. 30), se alegra el Bautista porque ha comenzado la boda, el momento solemne de reunir Jesús su Iglesia, su esposa (3, 29-30).

En los sinópticos no se puede considerar la palabra «esposo» (nymfí­os: Mt 9, 15; Mc 2, 19-20; Lc 5. 34-35) como verdadero tí­tulo cristológico de Jesús, ya que «esposo» está empleado en esta comparación de forma bastante general, de tal modo que se podrí­a aplicar a cualquier esposo o novio. «Los hijos de la boda» son los parientes y amigos del esposo, es decir, los invitados de la boda. Sin embargo, la metáfora del «esposo» y la «boda» expresa acertadamente la alegrí­a festiva de los tiempos mesiánicos (cf. Mt 22, 2-12; Ap 19, 7. 9). Jesús quiere recalcar con esta comparación que la alegrí­a y gozo de su presencia son la caracterí­stica del tiempo mesiánico; los discí­pulos de Juan el Bautista pueden ayunar porque su maestro no es el Mesí­as, pero serí­a un contrasentido que los discí­pulos de Jesús, el Mesí­as, ayunasen y estuvieran tristes cuando tienen consigo al Esposo. Mientras que en EvJn se insinúa suficientemente que la Iglesia es la esposa de Cristo, no es tan evidente una conclusión semejante en el texto sinóptico citado, porque en los sinópticos no aparece la Iglesia tan delineada como en el EvJn. Tampoco en la parábola de las diez ví­rgenes que esperan la llegada del Esposo se intenta poner de relieve que Jesús es el esposo mesiánico, sino subrayar la necesidad de estar siempre preparados para la venida del Hijo del hombre (Mt 25, 1-13).

El motivo del Esposo (Cristo) y Esposa (Iglesia) aparece también en las cartas paulinas (2Cor 11, 2) y Ef 5, 22-32. En 2Cor 11, 2 el Apóstol se considera el padrino de bodas que con su predicación y labor apostólica conduce la Iglesia, es decir, los corintios, a Cristo. En el Apocalipsis aparecen claramente el significado eclesiológico de la palabra «esposa» (nymfe: 18, 23; 21, 2. 9) y el cristológico de la expresión «las bodas del cordero» (19, 7. 9). El vidente del apocalipsis presenta a Jesús, el Cordero, como el Esposo y a la Iglesia como la esposa del Cordero, que se adorna y exclama: «Ven, Señor Jesús» (22, 17. 20). Aunque hoy dí­a no se tiene al autor del EvJn por el autor del Apocalipsis, ya que la concepción teológica de ambos autores es muy distinta, acusan, sin embargo, a veces estos dos escritos una misma tradición común (cf. los temas «cordero», «esposo», etc.).

Rodriguez Ruiz

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret