DISPERSAR

v. Esparcir
Jer 18:21 dispérsalos por medio de la espada
Jer 23:1 y dispersan las ovejas de mi rebaño
Zec 13:7; Mat 26:31; Mar 14:27 hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas
Act 5:36, 37 que le obedecían fueron dispersados


La pasión de Jesús, como ya estaba anunciado (Zac 13,7), trajo como consecuencia la dispersión de los apóstoles (Mt 26,3; Mc 14,27; Jn 16,32), como la dispersión de las ovejas cuando el lobo hace estragos en ellas (Jn 10,12). El vino a realizar, con su muerte, la reagrupación de todos, a reunir en uno todos los hijos de Dios que estaban dispersos (Jn 11,52) y que deben unirse en amor y en humildad, pues Dios dispersa a los soberbios de corazón (Lc 1,51).

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

puí†ts (í…WP , 6327), «esparcir, dispersar». El término se encuentra en el hebreo antiguo y también en el moderno. El vocablo, que aparece unas 65 veces en el Antiguo Testamento hebreo, se usa por primera vez en Gen 10:18 «Se dispersaron los clanes de los cananeos» (rva). El vocablo se usa 3 veces en la historia de la torre de Babel (Gen 11:4, 8–9) al parecer para destacar cómo el género humano y sus lenguas «se dispersaron» por el mundo. Puí†ts, en el sentido de «dispersar», a menudo tiene una connotación casi violenta. Por ejemplo, cuando Saúl derrotó a los amonitas, «sucedió que los que quedaron fueron dispersados, no quedando dos de ellos juntos» (1Sa 11:11 lba). Esta «disgregación» de fuerzas parece que fue común después de las derrotas en batallas campales (1Ki 22:17; 2Ki 25:5). Hay frecuentes alusiones a Israel como un pueblo y nación «disperso» entre las naciones, en particular, con la imagen de un rebaño de ovejas dispersas (Eze 34:5-6; Zec 13:7). Ezequiel también promete que el rebaño disperso será recogido: «Yo os recogeré de los pueblos, y os congregaré de las tierras en los cuales estáis esparcidos» (Eze 11:17; cf. 20.34, 41). En sentido figurado, el vocablo se usa para referirse al relámpago como las saetas que Dios «dispersa» (2Sa 22:15). Según Job, «El también recarga las nubes de humedad, y la nube dispersa sus relámpagos» (Job 37:11 rva; «esparce la nube con su relámpago» lba). No hay cosecha sin antes «esparcir» la semilla en los zurcos (Isa 28:25 rva).

Fuente: Diccionario Vine Antiguo Testamento