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José aparece en el Nuevo Testamento como el esposo de la Virgen María (Mt 1-2; Lc 1-2). Su culto se fue desarrollando lentamente en la Iglesia de Occidente, probablemente a causa de la extravagante literatura apócrifa, de la que puede ser un ejemplo la Historia de José el carpintero (siglos IV-VII). Su fiesta se introdujo en el calendario romano en 1479. En 1729 Benedicto XIII insertó su nombre en la letanía de los santos. En 1870 Pío IX declaró a san José «patrón de la Iglesia universal». En 1962 Juan XXIII incluyó su nombre en el canon romano (plegaria eucarística I). En la actualidad se le dedican dos celebraciones litúrgicas: la solemnidad del 19 de marzo y la fiesta de san José obrero, el 1 de mayo, introducida por Pío XII en 1955 como contrapartida a las celebraciones civiles del Día del Trabajo, especialmente en los países comunistas; es en la actualidad una memoria libre. En Oriente su fiesta se celebra el domingo siguiente a Navidad.
Con ocasión del centenario de una encíclica de León XIII sobre san José, Juan Pablo II escribió en 1989 una breve exhortación apostólica titulada Redemptoris custos: sobre la persona y la misión de san José en la vida de Cristo y de la Iglesia. En ella insistía en el carácter genuino del matrimonio de María y de José y en la realidad de su situación de esposo, al tiempo que hablaba de su papel en la Iglesia.
Christopher O´Donell – Salvador Pié-Ninot, Diccionario de Eclesiología, San Pablo, Madrid 1987
Fuente: Diccionario de Eclesiología